La Idea construye ""Realidades" que a veces la Realidad destruye.
Estado de las obras de la peatonal céntrica de Mercedes por agosto.Fueron inauguradas en la segunda quincena de noviembre y su estética urbana ha merecido interesantes plácemes . Existen, en tanto, expectativas sobre su funcionalidad que hallaron ayer eco oficial negativo en la Junta Dptal. de Soriano.
Tal lo cantaron para el Puente Mercedes 1963 ,"Zenona" y "Cuarto Litro" , hubo que arreglar la peatonal a 48 hs de ser inaugurada, pues"como la mona quedó", ironizaba el primero, el finado don Isidoro Cano en sus cómicos tiempos.
En juegos de lecciones preliminares de Filosofía, valga el término de García Morente, se procuran definir los conceptos básicos que regulan la reflexión pensante del ser humano, especialmente a través de la capacidad de darse respuestas a preguntas ensayadas como hipótesis interpretativas de la esquiva realidad, la que es muy difícil de captar por la unidimensional vía de los sentidos, tantas veces ilusorios como vectores de verdades investigadas.
Casi con grosera simplificación, la búsqueda de lo”que es”, de lo que existe, frente a lo que no, algunos lo radicaron concediendo prioridades de conocimiento explicativo a la “cosa”, a lo materialmente “real”.En ese conocimiento a las imposiciones de lo sensible, adecuaron sus ideas, subsidiarias de los entes físicos. Y así funcionan, por emanaciones hijas de la materia. Son pues los llamados materialistas. No existe el alma, el espíritu, dioses, demiurgos, ángeles o demonios. Solo materia.
Pensar en términos espirituales, poéticos, religiosos, transcendentes, es el mero efecto verificable de una propiedad más y muy singular de la materia al especializarse transmutativamente con exuberante complejidad. Resulta cuando ella no queda solo en exhibir peso constatable en una balanza, ser impenetrable según la ocasión, poseer gusto y color, reflejar lo luz como un buen espejo alemán o absorberla. Es algo más,cualitativamente hablando, pero siempre materia terrenal. Se carga de esencia ficticia, aunque la piedra material, no por ello deje de ser un cascote rocoso, se le adore en La Meca, en las diademas de la Virgen, o en los cofres forts de los bancos suizos.
Otra buena parte de la humanidad cree que la realidad radica en el espíritu, en el alma, que da existencia concreta a la materia y llega a transformarla e, incluso, a re-crearla. Son los “idealistas” o “espiritualistas”. Cogito,ergo sum (“Pienso, luego existo”) diría Renato Descartes organizando metodológicamente el mundo con el espíritu o la razón. Claro que por un verdadero sincretismo, o integración de ambas concepciones, se forma una larga lista de posiciones intermedias, deleite de la Historia de la Filosofía.
A mi me place, en tanto, por puro ejercicio de horas libres, situarme rotativamente como espiritualista o como materialista y, si encuentro a un compadre o comadre con la mima perturbación que la mía, discutir con el ocasional interlocutor intercambiando roles. Que el “otro” sea espiritualista y yo materialista por un asunto cualquiera. Luego al revés. Si no encuentro un cómplice, juego solo. Lo peor ocurre cuando uno se autoconvence de la emergencia que defiende... que ayer creía en la tesis opuesta. ¡Qué birlibirloque!
-Cuando Mercedes se equivocó-
Reconozco que alguien puede acusarme de gastar energías en trivialidades con estos divertimentos en mis días energéticos. Asi lo suponía. Hasta que me di cuenta que, no en vano la humanidad, desde sus más remotos orígenes hasta hoy, ha vivido filosofando y no exclusivamente por atracciones gratuitas y lúdicas de la mente, sino para alcanzar finalidades más prácticas o, por lo menos, elevadas.
Doy un ejemplo de cómo los mercedarios, cierta vez muy cercana, se pusieron a mentar con abordaje espiritualista para interpretar una “realidad” y modificarla.
Le erraron a la postura, al método.Y macanearon por consecuencia en ese intento de cambiar la realidad, mal evaluada.
Todo empezó cuando alguien ¡vaya a saber quién! que en todos estos casos de paternidades frustradas se diluye la responsabilidad en olvidos que nadie asume cuando la criatura fue inservible, colocándose en “idealista” con brillante “idea”. Dijo:-“Qué bueno sería organizar el tránsito desordenado del centro mercedario”. -¿Por qué amigo? -“Por que hay muchos choques, riesgos, embotellamientos, lentitud, etc. Esto se arregla en un santiamén, con semáforos!” , pontificó el novicio sabio.
Convenció a muchos, entre ellos al propio ex Intendente Lapaz. Se le dio forma a la idea, pero sin mirar la realidad. Nadie reparó en el largo de las calles, el parque automotor, las frecuencias horarias de bancos y comercios, es decir los datos materiales, las estadísticas de choques. En realidad, el tránsito de Mercedes no era una realidad conflictiva a solucionar con perentoriedad. Se lo ideologizó como problema inventado, no otra cosa.
Producto de la realidad errónea en la no evaluación, se decidió crear una realidad ficticia: pusieron en el centro los bienhadados semáforos! ¡Un mamarracho aquello por las disfuncionalidades que provocó, antes inexistentes! Hubo que sacarlos porque la realidad es más fuerte y empecinada que ciertas Ideas mágicas. ¡Hay que ser realistas!¡Hay que ser materialistas de lo contrario vamos al muere, sin que aún nos haya llegado la hora!
-Otro error filosófico…para demostrar, ahora, que hay que ser espiritualistas.
Materialmente los seres humanos son diferentes. Nadie lo duda. Ya desde lo sexual se nace nene o nena. Por eso hay hombres que son hombres, y hombres que son mujeres. Y algunos y algunas corren hacia el hermafroditismo. Esa es la realidad material. No nos podemos quedar con esa realidad que crea injusticias de género. Hay que crear desigualdades para reparar, para acomodar, con una Idea, la Igualdad o,mejor, la Equidad. A los materialistas se les antojó pensar que la materia, traducida al marco político, era Igualdad. Tal que lucharon cierto especímenes de esa concepción a muerte por una sociedad sin clases que, para conseguirla, debieron guerrear con saña las sociedades. Ocurrió, inscribiéndose de esa manera los capítulos máximos de la Historia Mundial de las Infamias.
Aquí en el Uruguay, los materialistas criollos fueron los mejores corifeos del mal de la Igualdad y confeccionaron en base a ese supuesto falso, un prometido programa de Gobierno.
Instalados legítimamente en el poder estatal - tras el intento fracasado de las metralletas por experiencias fallidas de sus líderes, ahora senadores y ministros- algunos de los prosélitos se decepcionaron por el brusco cambio copernicano que produjeron en la gestión, contradictoria con los anuncios preelectorales ensayados hasta el hartazgo desde 1971. Las cosas, es decir la realidad, la materia, no es como la imaginaron viviendo ya en el Edificio Libertad y en el Parlamente con absoluta mayoría: están haciendo todo al revés del traicionado Programa. Solo con una ideología Espiritualista arreglarán el entuerto. ¡Viva el espiritualismo!¡Abajo el comunismo!¡Viva George Bush y viva un TLC con los EE.UU., inminente como desde que regresó convencido de Vietnam, en paseo de millas millonarias, el presidente Tabaré Vázquez: Todo un compenetrado vietnamita pro yanqui como los de Saigón, pese a que homenajeó a Hot Chi Minh, el de Hanoi.
-Pasa lo mismo con el Turismo en Soriano-
Casi con grosera simplificación, la búsqueda de lo”que es”, de lo que existe, frente a lo que no, algunos lo radicaron concediendo prioridades de conocimiento explicativo a la “cosa”, a lo materialmente “real”.En ese conocimiento a las imposiciones de lo sensible, adecuaron sus ideas, subsidiarias de los entes físicos. Y así funcionan, por emanaciones hijas de la materia. Son pues los llamados materialistas. No existe el alma, el espíritu, dioses, demiurgos, ángeles o demonios. Solo materia.
Pensar en términos espirituales, poéticos, religiosos, transcendentes, es el mero efecto verificable de una propiedad más y muy singular de la materia al especializarse transmutativamente con exuberante complejidad. Resulta cuando ella no queda solo en exhibir peso constatable en una balanza, ser impenetrable según la ocasión, poseer gusto y color, reflejar lo luz como un buen espejo alemán o absorberla. Es algo más,cualitativamente hablando, pero siempre materia terrenal. Se carga de esencia ficticia, aunque la piedra material, no por ello deje de ser un cascote rocoso, se le adore en La Meca, en las diademas de la Virgen, o en los cofres forts de los bancos suizos.
Otra buena parte de la humanidad cree que la realidad radica en el espíritu, en el alma, que da existencia concreta a la materia y llega a transformarla e, incluso, a re-crearla. Son los “idealistas” o “espiritualistas”. Cogito,ergo sum (“Pienso, luego existo”) diría Renato Descartes organizando metodológicamente el mundo con el espíritu o la razón. Claro que por un verdadero sincretismo, o integración de ambas concepciones, se forma una larga lista de posiciones intermedias, deleite de la Historia de la Filosofía.
A mi me place, en tanto, por puro ejercicio de horas libres, situarme rotativamente como espiritualista o como materialista y, si encuentro a un compadre o comadre con la mima perturbación que la mía, discutir con el ocasional interlocutor intercambiando roles. Que el “otro” sea espiritualista y yo materialista por un asunto cualquiera. Luego al revés. Si no encuentro un cómplice, juego solo. Lo peor ocurre cuando uno se autoconvence de la emergencia que defiende... que ayer creía en la tesis opuesta. ¡Qué birlibirloque!
-Cuando Mercedes se equivocó-
Reconozco que alguien puede acusarme de gastar energías en trivialidades con estos divertimentos en mis días energéticos. Asi lo suponía. Hasta que me di cuenta que, no en vano la humanidad, desde sus más remotos orígenes hasta hoy, ha vivido filosofando y no exclusivamente por atracciones gratuitas y lúdicas de la mente, sino para alcanzar finalidades más prácticas o, por lo menos, elevadas.
Doy un ejemplo de cómo los mercedarios, cierta vez muy cercana, se pusieron a mentar con abordaje espiritualista para interpretar una “realidad” y modificarla.
Le erraron a la postura, al método.Y macanearon por consecuencia en ese intento de cambiar la realidad, mal evaluada.
Todo empezó cuando alguien ¡vaya a saber quién! que en todos estos casos de paternidades frustradas se diluye la responsabilidad en olvidos que nadie asume cuando la criatura fue inservible, colocándose en “idealista” con brillante “idea”. Dijo:-“Qué bueno sería organizar el tránsito desordenado del centro mercedario”. -¿Por qué amigo? -“Por que hay muchos choques, riesgos, embotellamientos, lentitud, etc. Esto se arregla en un santiamén, con semáforos!” , pontificó el novicio sabio.
Convenció a muchos, entre ellos al propio ex Intendente Lapaz. Se le dio forma a la idea, pero sin mirar la realidad. Nadie reparó en el largo de las calles, el parque automotor, las frecuencias horarias de bancos y comercios, es decir los datos materiales, las estadísticas de choques. En realidad, el tránsito de Mercedes no era una realidad conflictiva a solucionar con perentoriedad. Se lo ideologizó como problema inventado, no otra cosa.
Producto de la realidad errónea en la no evaluación, se decidió crear una realidad ficticia: pusieron en el centro los bienhadados semáforos! ¡Un mamarracho aquello por las disfuncionalidades que provocó, antes inexistentes! Hubo que sacarlos porque la realidad es más fuerte y empecinada que ciertas Ideas mágicas. ¡Hay que ser realistas!¡Hay que ser materialistas de lo contrario vamos al muere, sin que aún nos haya llegado la hora!
-Otro error filosófico…para demostrar, ahora, que hay que ser espiritualistas.
Materialmente los seres humanos son diferentes. Nadie lo duda. Ya desde lo sexual se nace nene o nena. Por eso hay hombres que son hombres, y hombres que son mujeres. Y algunos y algunas corren hacia el hermafroditismo. Esa es la realidad material. No nos podemos quedar con esa realidad que crea injusticias de género. Hay que crear desigualdades para reparar, para acomodar, con una Idea, la Igualdad o,mejor, la Equidad. A los materialistas se les antojó pensar que la materia, traducida al marco político, era Igualdad. Tal que lucharon cierto especímenes de esa concepción a muerte por una sociedad sin clases que, para conseguirla, debieron guerrear con saña las sociedades. Ocurrió, inscribiéndose de esa manera los capítulos máximos de la Historia Mundial de las Infamias.
Aquí en el Uruguay, los materialistas criollos fueron los mejores corifeos del mal de la Igualdad y confeccionaron en base a ese supuesto falso, un prometido programa de Gobierno.
Instalados legítimamente en el poder estatal - tras el intento fracasado de las metralletas por experiencias fallidas de sus líderes, ahora senadores y ministros- algunos de los prosélitos se decepcionaron por el brusco cambio copernicano que produjeron en la gestión, contradictoria con los anuncios preelectorales ensayados hasta el hartazgo desde 1971. Las cosas, es decir la realidad, la materia, no es como la imaginaron viviendo ya en el Edificio Libertad y en el Parlamente con absoluta mayoría: están haciendo todo al revés del traicionado Programa. Solo con una ideología Espiritualista arreglarán el entuerto. ¡Viva el espiritualismo!¡Abajo el comunismo!¡Viva George Bush y viva un TLC con los EE.UU., inminente como desde que regresó convencido de Vietnam, en paseo de millas millonarias, el presidente Tabaré Vázquez: Todo un compenetrado vietnamita pro yanqui como los de Saigón, pese a que homenajeó a Hot Chi Minh, el de Hanoi.
-Pasa lo mismo con el Turismo en Soriano-
Por más que ideologicen el Turismo en Soriano, será al santo gas. La realidad material desmentirá cualquier esfuezo y la Idea impulsora no podrá cambiar este dictamen: no hay atractores turísticos.Los que se mencionan son gazapos.
Diríjanse para hacer algo productivo al campo y a las industrias agropecuarias, si quieren comer, vestirse y recrearse con decoro. El defensor del Turismo, si es sincero, tiene tres indulgencias de perdón. Cuando no, porque muchos saben la inutilidad del zafarrancho, callándolo, serán condenados a cien años de soledad, en Macondo, junto a Mauricio Babilonia. Sepan que técnicamente no es lo mismo ser “turista” que “viajero”; termas geológicas que agua caliente del termofón de un hotel; las arenas del Este que el pedregullo de playa El Raviol; contar con combustible y no tenerlo en la antigua Villa Soriano. Y de vez en cuando, si quieren hermosear algo que puede resultar agradable, prueben la fortaleza de la resistencia de los materiales,mediante simulacros de consistencia. Por ejemplo no dejar de pasar por las “auditorías de calidad”; así lo dijo la realidad con miles de baldosas de Córdoba, Argentina, para la peatonal céntrica de la capitalina Mercedes en las compras operadas con alto espíritu de nacionalismo hacia los productos del Uruguay.Estallaron ipso facto al pasaje de un viejo Ford. Ahora inevitablemente a corregir…lo que le costará más dinero al contribuyente y a los comerciantes del radio. Si cambiaron los semáforos, ¡cambien las baldosas! para no ser tan cabezudos en el serio error a minimizar…y estén advertidos de otros más...que por allí existen, agazapados.
Diríjanse para hacer algo productivo al campo y a las industrias agropecuarias, si quieren comer, vestirse y recrearse con decoro. El defensor del Turismo, si es sincero, tiene tres indulgencias de perdón. Cuando no, porque muchos saben la inutilidad del zafarrancho, callándolo, serán condenados a cien años de soledad, en Macondo, junto a Mauricio Babilonia. Sepan que técnicamente no es lo mismo ser “turista” que “viajero”; termas geológicas que agua caliente del termofón de un hotel; las arenas del Este que el pedregullo de playa El Raviol; contar con combustible y no tenerlo en la antigua Villa Soriano. Y de vez en cuando, si quieren hermosear algo que puede resultar agradable, prueben la fortaleza de la resistencia de los materiales,mediante simulacros de consistencia. Por ejemplo no dejar de pasar por las “auditorías de calidad”; así lo dijo la realidad con miles de baldosas de Córdoba, Argentina, para la peatonal céntrica de la capitalina Mercedes en las compras operadas con alto espíritu de nacionalismo hacia los productos del Uruguay.Estallaron ipso facto al pasaje de un viejo Ford. Ahora inevitablemente a corregir…lo que le costará más dinero al contribuyente y a los comerciantes del radio. Si cambiaron los semáforos, ¡cambien las baldosas! para no ser tan cabezudos en el serio error a minimizar…y estén advertidos de otros más...que por allí existen, agazapados.
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