viernes, 2 de noviembre de 2007

Como en el Libro de Roberto Ares Pons: "Uruguay,¿Provincia o Nación?"



El río Uruguay y Botnia.





Próximo a cumplirse un año este venidero 10 de noviembre, tuve por aquellos días la premonición que la presunta mediación de España en el conflicto de Argentina con Uruguay -por la erección de una papelera finlandesa cerca de Fray Bentos- no conduciría a nada que contribuyera a destrabar el complejo entuerto. De todo ello di cuenta en el Semanario mercedario “Entrega 2000”, página 6, del 10 de noviembre de 2006, con el título “Apostillas Sueltas”. Confirmando que lo expresado mantenía la misma validez pese a los 355 días transcurridos , recuperé los dichos de entonces los que se publicaron en la “Charada” de ayer 1º de noviembre de 2007 en lo esencial.
Nunca imaginé que con tanta celeridad debería volver sobre el tópico, mas cuando se había fijado por nuestros gobernantes que la pastera Botnia estaba autorizada para funcionar a partir de hoy mismo. Sin embargo “¡hoy mismo!” se dio la orden desde el gobierno uruguayo a la empresa que no lo hiciera por reclamo del rey de España,”facilitador” emérito para encontrar vías de resolución a un contencioso cargado de agresiones hacia el decoro de nuestro pequeño país por piqueteros oficiales de Gualeguaychú, incluidas las del incumplimiento de la Administración del Presidente Kirchner para con sus propias leyes, las comunes y las constitucionales, y tratados internacionales firmados por su nación, caso del de Asunción, que garantizan todos la libre circulación de personas y de bienes, ofensa argentina concretada con el cierre unilateral de los puentes comunes a la frontera del río Uruguay.
Un estremecimiento que, para ser misericordes en el vocablo, definiríamos como vergüenza que recorrió el territorio del país, indignado por la presión internacional hispano argentina a la que el gobierno cedió en repetitiva marcha atrás…como en tantas veces de este ciclo confrontativo que ojalá alguna vez cese.
He aquí pues lo que dije un año atrás y debí calcar ayer y reitero hoy nuevamente con aprensión nacionalista , lejos de chauvinismos, pues es el alma gregaria y profunda la que se lastima:
“En el lío de la papelera Botnia de Fray Bentos, que no quieren los de Gualeguaychú se instale en el Uruguay, se metió al medio el rey Borbón, dinastía de triste memoria que siempre jugó a las esquinitas para reinar dividiendo entre sus ex colonias del Río de la Plata, la de Nuestra Señora del Buen Aire y la de San Felipe y Santiago de Montevideo. Con actitud inconfesable Juan Carlos I de Borbón, monarca del reino ibérico por la exclusiva voluntad póstuma del plebeyo Generalísimo Paco Franco, gallego coruñés de El Ferrol, no se animó a mediar como Dios manda para intentar suprimir los actos de guerra de Argentina que cierra unilateralmente el pasaje al Uruguay por los tres puentes que cruzan el río epónimo. Sólo está apareciendo como “facilitador”.Polìtica semántica y abyecta de la no-responsabilidad y si de las apariencias capciosas.¡Facilitador...derivado de “facilongo”! Si sale bien, bien!; si no,¡no pasa nada! Y como no está pasando nada, ahora se cambió el término. Lo que hace es elaborar una “Hoja de Ruta”….porque en el otoño europeo actual, a las hojas se las lleva el viento…como en cualquier parte del mundo.¡Qué no vaya a “facilitar” como facilitó que Uruguay perdiera la pastera ENCE por la confabulación de su jefe de Gobierno, el socialista Rodríguez Zapatero, junto al montonero argentino Néstor Kirchner, bulo pergeñado en el Palacio de la Moncoa, Madrid! Ademàs los pobres españoles nunca tuvieron diplomáticos de fuste: siempre perdieron universalmente en los Tratados. Otra cosa hubiese sido que “mediara” o “facilitara” un inglés o un portugués abrasilerado.”
Todo esto me trae al recuerdo un pequeño y sustancioso libro del fallecido prof.Roberto Ares Pons elocuentemente titulado:”Uruguay, ¿Provincia o Nación?”
¿Qué somos? Definámosno. Si preferimos ser argentinos, reactualizamos una de las tres Leyes de la Florida del 25 de Agosto de 1825 cuando una Asamblea soberana y oriental sancionó una Ley de Unión a la Argentina. Si queremos ser brasileños, también será muy fácil encontrar la fórmula leguleya rehabilitando la sanción del Congreso Cisplatino instalado el 17 de julio de 1821. Allí, en la Sala de Acuerdos del Cabildo de Montevideo, pasamos a integrar el Imperio portugués y, bien pronto, año siguiente de 1822, al brasileño como denominada Provincia Cisplatina en ambos casos, tiempos del Barón de la Laguna Carlos Federico Lecor.
O finalmente reivindiquemos los pronunciamientos heroicos, los más noble de la Patria Vieja y recomencemos, otra vez, la Vida Independiente con destino de nación soberana, ni argentina, ni brasileña. ¡Oriental del Uruguay! La de Oribe y Lavalleja. La de Timoteo Domínguez y la de Leandro Gómez, patriotas de la inmortalidad.

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