La moderna tecnología ahuyentó ciertos trabajos manuales que requerían supremas energías de la tracción sanguínea,verbigracia, los de la construcción de edificios de pisos. Los sigue habiendo, sin duda. Pero las mega hormigoneras , las trascavator que pocean los cimientos, las grúas que elevan bolsas de portland , arenas y pedregullos del suelo al techo cumbrero, las motosierras, las cizayas motrices, etc, han aliviado las tareas.No los riesgos.Ni ciertos trabajos finos sólo capaces de operar por la artesanía casi artística del
buen "finalista".Pongamos, fijar revoques en techos, pisos y paredes con azulejos en baños y cocinas, cañerías, sistemas electricos e hídricos, revestimientos varios.
Todo un acontecimiento que antes fue memorioso, ahora se retrae por la modernidad de la tecnología: echar un hormigón.
Los veteranos colocaban un rama de árbol sobe una columna para comprometer a la "patronal" que al terminar, debía brindarse con un buen asado...y en lo posible, con reservas, que estuviese bien regado por un carlón y abudante pan francés o galleta de campña, dura pero muy rica. Nunca se negaba la retribución del más hermoso y gustoso menú del Uruguay histórico.
Hoy...¿los asados?...bien ¡Gracias! |
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