Varios más para atender:La Nueva Inseguridad calza no pistolas sino frenos y aceleradores embebidos en alcohol y otras yerbas.
Rambla República del Perú en Montevideo: El "trencito" de tres resultó benévolo para las anatomías y muy leve para las chapas.Pero en otros sitios del país la jornada fue sangrienta en el tránsito vehicular.
¿Impericias mecánicas al conducir? ¿Parque automotor excedentario? ¿Estrés de los conductores? ¿Circunstancias aleatorias? Quizás el juego sumatorio de todas las interrogantes planteadas. De repente ninguna incidió pues falta el esquivo fenómeno oculto e indetectable, razón profunda e intestina de la colisión. O finalmente se debió al “orden natural de las cosas”, “al destino”, “la fatalidad “ o “el horóscopo” del signo de los choferes chocadores.
Sea lo que sea: día a día los choques siguen haciendo prósperos a los talleres de chapistas y pintores al duco, sanatorios, empresas mortuorias y páginas necrológicas de diarios y radios.
Hoy a las 10 y 30 en la Rambla República del Perú de Montevideo aprecié una triple embestida en trencito.Frenó uno y se produjo el efecto dominó. ¿El horóscopo? Malo para las chapas; sin problemas para las anatomías.Menos mal.
Sin embargo en las últimas 72 horas, la Muerte anduvo de gira por mi Soriano, San José y en los ingresos a Montevideo desde Ruta 5. Es la consolidación de una conocida pero ya muy agravada nueva inseguridad. No la que irresponsablemente voceros gubernamentales -encorsetados en sus ataduras ejecutivas e intelectuales- denominaron gazapescamente “sensación térmica” al permanecer inermes frente al exponencial crecimiento de la delincuencia atroz e inmisericorde. Esta plaga tiene vectores contagiosos que manipulan mal frenos y aceleradores, no siempre con las respuestas orgánicas dotadas de los arcos reflejos de la lucidez necesaria, cuando no directamente enceguecidas por el vicio alcohólico y otras adicciones.¿Hay cura? Por ahora no. Sólo llantos y vidas mutiladas.
Sea lo que sea: día a día los choques siguen haciendo prósperos a los talleres de chapistas y pintores al duco, sanatorios, empresas mortuorias y páginas necrológicas de diarios y radios.
Hoy a las 10 y 30 en la Rambla República del Perú de Montevideo aprecié una triple embestida en trencito.Frenó uno y se produjo el efecto dominó. ¿El horóscopo? Malo para las chapas; sin problemas para las anatomías.Menos mal.
Sin embargo en las últimas 72 horas, la Muerte anduvo de gira por mi Soriano, San José y en los ingresos a Montevideo desde Ruta 5. Es la consolidación de una conocida pero ya muy agravada nueva inseguridad. No la que irresponsablemente voceros gubernamentales -encorsetados en sus ataduras ejecutivas e intelectuales- denominaron gazapescamente “sensación térmica” al permanecer inermes frente al exponencial crecimiento de la delincuencia atroz e inmisericorde. Esta plaga tiene vectores contagiosos que manipulan mal frenos y aceleradores, no siempre con las respuestas orgánicas dotadas de los arcos reflejos de la lucidez necesaria, cuando no directamente enceguecidas por el vicio alcohólico y otras adicciones.¿Hay cura? Por ahora no. Sólo llantos y vidas mutiladas.
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