sábado, 25 de abril de 2009

En Cuán Pocos Días....

El río Negro frente a Mercedes, tan rico al sentimiento de Hernán.Fue su voluntad que sus cenizas se esparcieran en el cauce.

En cuán pocos días se me han adelantado dos amigos de mi huerto, espinas y flores.
A tres de mes , Armando, artista y artesano de la Luz. El 22, siempre en ristre abril, Hernán, Lux que a tantos nos acercó de los ancestros el mensaje que queríamos leer, aún con balbuceos, en desvencijados lentes de cachados cristales que alguna vez mejoraremos.
Ambos se conocían .Uno, de Mercedes en Soriano. El otro, de San Isidro en Buenos Aires. Pero habían compartido fijaciones para la memoria colectiva porque la Luz atrae a sus cultores en acciones que chisporrotean la sensibilidad de las estéticas.
Con Armando, la querida Charada de mis ansias actuales, ya recogió el adiós. Sea, también, la despedida otoñal para Hernán Lux Wurm, Maestro de Genealogistas , académicos o aficionados.
...
Compañeros:
Ya está Hernán en su rama florida del gran árbol que regó y, antes que podar, nutrió de buen porte a los que estamos aquí, bosque igual y distinto al propio. En su San Isidro Labrador de genealogías. Y en la floresta de tierra uruguaya que misteriosa le da por humedecer en estos días de sequías.
Merece su Lux en estos versos sublimes de León Felipe:
* NO HE VENIDO A CANTAR *
No he venido a cantar, podéis llevaros la guitarra.
No he venido tampoco, ni estoy aquí arreglando mi expediente
para que me canonicen cuando muera.
He venido a mirarme la cara en las lágrimas que caminan hacia el mar,
por el río y por la nube..
y en las lágrimas que se esconden en el pozo,
en la noche y en la sangre...
He venido a mirarme la cara en todas las lágrimas del mundo.
Y también a poner una gota de azogue, de llanto,
una gota siquiera de mi llanto en la gran luna de este espejo sin límites,
donde me miren y se reconozcan los que vengan.
He venido a escuchar otra vez esta vieja sentencia en las tinieblas:
Ganarás el pan con el sudor de tu frente
y la luz con el dolor de tus ojos.
Tus ojos son las fuentes del llanto y de la luz.
León Felipe.

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