Humor...Ayer, Hoy.
"Peloduro": humor, la ternura del miedo.
Peloduro y la Potota
El humor actual con procedimientos tecnológicos("La Democracia Digital")Uruguay ha tenido una grande y muy heterogénea pléyade de humoristas-dibujantes-carica-turistas, como de humoristas, dibujantes y de caricaturistas.
Mi subjetividad y el respeto a la de los demás, conflictúa la mención de paradigmas.Pero con las cínicas disculpas del caso, hago predominar mi autoestima selectiva y menciono de la extensísima galería de diversores, generalmente filósofos muy sui géneris, a Julio “Peloduro” Súarez, Hermenegildo Sabat, Wimpi y Aroxta…con lastimera privación de no poder incluir con cédula nacional al de Santa Fé, República Argentina, el super Fontanarrosa. (Consuelo ¡ cómo nos quería el rosarino!)
La mayoría ya fue a ofrecer la suave dulzura de las sonrisas –no la estentórea y atroz carcajada vulgar, sonora y apócrifa- al cielo de las chanzas sutiles.
A riesgo, otra vez de equivocarme, siento el lamento que se vive un vacío de reemplazos y sustituciones en el rango ausente de la comicidad testimonial de los calendarios.
Estos son también tiempos para ella, tierna vigilante de contradicciones. Anota el parcelamiento de la realidad en dolorosas islas de dramas y tristezas donde fecunda el pródigo bergel del humor….que es ¡la ternura del miedo, cuando la inteligencia se divierte y mimetiza denuncias y sucesos!
Si la vida continúa, obviamente, hay vastedades para lo gracioso, tanto para el que lo llora como para el que lo ríe. Lo que no se ha logrado amplificando encantos, son aquellos geniales vehiculizadores del regio festival, pitonisos del más cercano tiempo pretérito.
Los actuales son solo decorosos y penan por encontrar el elam vital que ayer nutrió la sagacidad de sus colegas idos.
Tienen, pese a sus carencias, ventajas comparativas en la búsqueda de aproximaciones, tal la de contar con medios tecnológicos que producen maravillas desde las artes gráficas y las del diseño.No obstante nada aún ha podido sustituir al viejo lápiz Faber o la carbonilla del trazo veloz, seguro, abierto, y al talento de las fecundas neuronas de quienes sabían con sonrisas y melancolías aprisionar realidades comunes o conflictuadas.
Fueron ellos y no la televisión que efectivizó la sentencia de cosa juzgada que vale más una imagen que las mil palabras del más intelectualizado ensayo o discurso oral de solvencia académica.
-"Firmamento: Firma que puso Dios a su obra una vez que la hubo terminado. El hombre se la fue borrando después, poco a poco" (Peloduro, en su Diccionario del Disparate)
-"Abrupto: Hombre de mentalidad escarpada, que no sabe encontrar un teléfono en la guía ni entender la realidad política nacional. Con relativo empeño suele llegar a diputado nacional" (Peloduro,Idem.).
Creo que nuestra decadencia actual so riesgo de equívoco o de ignorante puede diagnosticarse externamente en que ya no existen las mágicas “chilenas” de Míguez o el pase perfecto de Schiaffino y los desbordes por la punta de Venancio Ramos; ni los erotismos de los versos de Juana; la sociología teatral de Florencio; los trazos del realismo de Blanes o los impresionistas de Carlos Federico; los gorjeos de Carlitos o de Julio; la ciencia de Clemente; la pedagogía de Ferreiro; los discursos de Zelmar y del viejo Luis Alberto ; la filosofía de Vaz Ferreira. Solo son comparables “Los Atenienses”, “Los Asaltantes” y “Los Patitos” de la década del treinta con “La Catalina” de hoy.¡Qué poquito!...e insuficiente. Claro, siempre alguien se ha acordado de nosotros, los uruguayos. Aguardemos activos. Y confiados. Sin migrar nuestras esperanzas.
Mi subjetividad y el respeto a la de los demás, conflictúa la mención de paradigmas.Pero con las cínicas disculpas del caso, hago predominar mi autoestima selectiva y menciono de la extensísima galería de diversores, generalmente filósofos muy sui géneris, a Julio “Peloduro” Súarez, Hermenegildo Sabat, Wimpi y Aroxta…con lastimera privación de no poder incluir con cédula nacional al de Santa Fé, República Argentina, el super Fontanarrosa. (Consuelo ¡ cómo nos quería el rosarino!)
La mayoría ya fue a ofrecer la suave dulzura de las sonrisas –no la estentórea y atroz carcajada vulgar, sonora y apócrifa- al cielo de las chanzas sutiles.
A riesgo, otra vez de equivocarme, siento el lamento que se vive un vacío de reemplazos y sustituciones en el rango ausente de la comicidad testimonial de los calendarios.
Estos son también tiempos para ella, tierna vigilante de contradicciones. Anota el parcelamiento de la realidad en dolorosas islas de dramas y tristezas donde fecunda el pródigo bergel del humor….que es ¡la ternura del miedo, cuando la inteligencia se divierte y mimetiza denuncias y sucesos!
Si la vida continúa, obviamente, hay vastedades para lo gracioso, tanto para el que lo llora como para el que lo ríe. Lo que no se ha logrado amplificando encantos, son aquellos geniales vehiculizadores del regio festival, pitonisos del más cercano tiempo pretérito.
Los actuales son solo decorosos y penan por encontrar el elam vital que ayer nutrió la sagacidad de sus colegas idos.
Tienen, pese a sus carencias, ventajas comparativas en la búsqueda de aproximaciones, tal la de contar con medios tecnológicos que producen maravillas desde las artes gráficas y las del diseño.No obstante nada aún ha podido sustituir al viejo lápiz Faber o la carbonilla del trazo veloz, seguro, abierto, y al talento de las fecundas neuronas de quienes sabían con sonrisas y melancolías aprisionar realidades comunes o conflictuadas.
Fueron ellos y no la televisión que efectivizó la sentencia de cosa juzgada que vale más una imagen que las mil palabras del más intelectualizado ensayo o discurso oral de solvencia académica.
-"Firmamento: Firma que puso Dios a su obra una vez que la hubo terminado. El hombre se la fue borrando después, poco a poco" (Peloduro, en su Diccionario del Disparate)
-"Abrupto: Hombre de mentalidad escarpada, que no sabe encontrar un teléfono en la guía ni entender la realidad política nacional. Con relativo empeño suele llegar a diputado nacional" (Peloduro,Idem.).
Creo que nuestra decadencia actual so riesgo de equívoco o de ignorante puede diagnosticarse externamente en que ya no existen las mágicas “chilenas” de Míguez o el pase perfecto de Schiaffino y los desbordes por la punta de Venancio Ramos; ni los erotismos de los versos de Juana; la sociología teatral de Florencio; los trazos del realismo de Blanes o los impresionistas de Carlos Federico; los gorjeos de Carlitos o de Julio; la ciencia de Clemente; la pedagogía de Ferreiro; los discursos de Zelmar y del viejo Luis Alberto ; la filosofía de Vaz Ferreira. Solo son comparables “Los Atenienses”, “Los Asaltantes” y “Los Patitos” de la década del treinta con “La Catalina” de hoy.¡Qué poquito!...e insuficiente. Claro, siempre alguien se ha acordado de nosotros, los uruguayos. Aguardemos activos. Y confiados. Sin migrar nuestras esperanzas.
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