El Día Después.
Al modo de don Ata: "Tristes pararrayos, los caballos uruguayos". Escudos en la lucha contra la marginación en Montevideo. En Mercedes, por lo menos, para que se luzcan sus jinetes los días de efemérides patrias y de celulares adjuntos de última generación entre la plateada numismática de los cintos y la exqusita talabartería de los arreos, que ya no son necesarias las veloces destrezas de los chasques que volaban en corceles cuando la patria tradición.
Lavalleja y Oribe, un Juramento hacia la Independencia---------->
Conmemoramos otra vez el "Día de la Independencia" que, a toda sinceridad, debería ser el Día Evocativo del Proceso de la Independencia.
En la ciudad de Mercedes desfilaron los caballos en acartonada reminiscencia de los "centauros de la raza", aunque comunicándose entre ellos con celular y no con baqueanos a la usanza de otrora. La Banda orquestal fudada a principios del siglo pasado por el célebre Alfredo Magliacca- batuta fina en su clasicisimo- tocó ahora cumbias al público reunido. Y hasta se bailó el pericón de Gerardo Grasso. Todo, más o menos, como todos los años en repitencia de asiduidad rutinaria.
La noche previa fue dedicada a la nostalgia y quizás por ello la concurrencia pudo haber sido más que el buen número de gente que, no obstante, atrajo la infantería montada de nuestros jinetes contemporáneos.
El asunto si el 25 de Agosto de 1825 queríamos a no la Independencia -cuando en el mismo proceso legislativo se sancionó una ley de unión a la Argentina y un pabellón provincial, no nacional- , seguirá haciéndole rascar la cabeza a los exégetas de los procesos históricos, dificultando integrar nuestra verdadera identidad, sobre todo en períodos críticos, tal el que estamos viviendo, metidos en un MERCOSUR donde no nos dan pelota los socios mayores y, por ende no jugamos,estando teóricamente vestidos de pantalón cortito dentro de la cancha regional.
Cuando se decía que la Enseñanza era buena en el país, adiestraban sobre la Historia como que una historieta fuese en la oposición maniquea del “bueno” contra el “malo” y el triunfo final de la “verdad y la justicia”. Desde Berra, H.D. y sus sucesores.
En la ciudad de Mercedes desfilaron los caballos en acartonada reminiscencia de los "centauros de la raza", aunque comunicándose entre ellos con celular y no con baqueanos a la usanza de otrora. La Banda orquestal fudada a principios del siglo pasado por el célebre Alfredo Magliacca- batuta fina en su clasicisimo- tocó ahora cumbias al público reunido. Y hasta se bailó el pericón de Gerardo Grasso. Todo, más o menos, como todos los años en repitencia de asiduidad rutinaria.
La noche previa fue dedicada a la nostalgia y quizás por ello la concurrencia pudo haber sido más que el buen número de gente que, no obstante, atrajo la infantería montada de nuestros jinetes contemporáneos.
El asunto si el 25 de Agosto de 1825 queríamos a no la Independencia -cuando en el mismo proceso legislativo se sancionó una ley de unión a la Argentina y un pabellón provincial, no nacional- , seguirá haciéndole rascar la cabeza a los exégetas de los procesos históricos, dificultando integrar nuestra verdadera identidad, sobre todo en períodos críticos, tal el que estamos viviendo, metidos en un MERCOSUR donde no nos dan pelota los socios mayores y, por ende no jugamos,estando teóricamente vestidos de pantalón cortito dentro de la cancha regional.
Cuando se decía que la Enseñanza era buena en el país, adiestraban sobre la Historia como que una historieta fuese en la oposición maniquea del “bueno” contra el “malo” y el triunfo final de la “verdad y la justicia”. Desde Berra, H.D. y sus sucesores.
Ahora que se la reconoce mala, enseñan poco o nada a los alumnos- en general bastante elusivos como aprendices- según evaluaciones consagradas con cierta veracidad tecnológica, siendo exiguo e insuficiente lo que se introyecta en el aula.¿Qué será mejor? ¿Qué no nos enseñen más fantasías o que no nos enseñen nada, cuestión que cada cual se desasne a su manera sin “magisterios” curriculares?
Buenan cantidad de opinantes sobre este tema , desmitifican heroicidades pretéritas y, a riesgo de pulsar la guitarra sin ritmo fehaciente, me parece que lo que afirman, con criterio a tenerse en cuenta por venideros análisis pedagógicos, es si los revisionismos vigentes los aprendieron en la escuela o en el Liceo. Apuesto a que ocurrió fuera del recinto aúlico. Tal , por ejemplo, quienes se remiten per se a la humedecida Biblioteca Nacional y lugareñas sorprendiéndose al escuchar tenues decibeles de gloria a jornadas como la del 18 de mayo, por decir una. O en charlas del "clú" político entre veteranos que mantienen tradiciones orales y familiares.
De las lecturas críticas , da la sensación que no hay en la constancia de lo nuestro un “destino manifiesto” al estilo norteamericano, sino sucesos aleatorios donde el azar metió la manivela, en otras el diablo la cola y en una ocasión eterna fue la mereced de la “sonrisa de Dios”, intuición del poema magno de Zorrilla de San Martín ya en sus primeros versos al delinear la jurisdicción fronteriza del territorio pradera limitado por el “Uruguay y el Plata de la salvaje primavera”.
Creo que a la Historia, como a sus protagonistas, sus luces y sus sombras, hay que comprenderlos y no juzgarlos ligeramente, apretando graciosamente el anillo del garrote vil. Juzgar es fácil a doscientos años de aquello sin ninguna posibilidad de haber podido torcer -quienes hoy vivimos en el Uruguay- un piolín para que las cosas sean de otra manera. Más saludable y sustentable. Atados estamos a una crisis que no podemos mover palancas para arreglar cada entuerto que nos afecta en la asignada vida real y concreta que se nos adjudicó, vaya a saber por quién. Comprender es entender e, incluso, perdonar en ciertas emergencias y felicitar en circunstancias. Juzgar a la distancia es tener genes de Cheveste, el gran baqueano de los 33.
Mirar de arriba y bien de lejos es fácil, por no quedar comprometido en el aserto.
Para juzgar hay que hablar necesariamente con los protagonistas.Ya están muertos. Imposible.¡Ah!, ¡pero dejaron documentos! se nos dirá. No, amigo . Obsta leer para un mismo asunto de esta mañana, la de hoy, “El País”, “La República” y “La Juventud”. ¡Qué visiones contrapuestas! ¿A quién creerle? Capaz que los tres tienen la razón , aún desafiando todas las reglas de la lógica metodológica, no las de la humana filosofía , tan polifacetada desde que está guiada por la libertad , esto es, por la capacidad de opción de cada cual. Eso es muy bueno, aunque cuántos entreveros y hasta infamias se pergeñan con tantas libertades heterogeneizadas en exageraciones.
Ahora bien. Para un individuo “20 años no es nada”, según dijo el brasileño Alfredo Le Pera a Gardel para que el oriental lo divulgase cantándolo como nadie.Error del tango, pese a las sabidurías que se le atribuyen al género, pues nosotros todavía no hemos podido salir de colisiones que ya tienen más de dos décadas de duración. Y la cosa parece seguir de largo en interminable periplo.A su vez, ya no son 20, sino 200 años que, en el curso de los tiempos históricos, es nada. Menos que una pestañada.
Claro que si no nos gusta esta “independencia”, ¡busquemos otra, muchachos de las noches nostalgiosas, comerciales o no!
Apuesten chicos: ¿Nos apuntamos a ser brasileños como en la época de la Cisplatina? Tendremos bananas y café baratos y podremos revitalizar el cántico victorioso “...campeones de América y del Mundo, esforzados atletas”. ¿Con Argentina? Notable! , no tendremos que ir los mercedarios hasta Salto para luego entrar después de muchos quilómetros al santo gas a ver en vivo y en directo al neo compatriota Tinelli y a las nuevas argentinas Mónica y Claudia, pese a que a la Sra. China habría que compartirla. ¿Asociarnos cstilo Puerto Rico con los EE.UU?
Los brasileños no nos cerrarían en la hipótesis TLC yanqui, la frontera del Chuy al arroz y a los camiones ,y los argentinos la de Fray Bentos-Puerto Unzué. Se asustarían de solo pensarlo ya que detrás estaría la voz de Sam, el amo, viejo Tío.
Otra sería cubanizarnos y escapar del chu-chu chúm de las cumbias por una “nueva trova”, aunque sería un destiempo pues la Isla vive el ocaso de Matusalén?. (Además, ¿no sé quién querría esta posibilidad que ya cerró el Sorocabana, el Tupí Nambá, etc. donde, con diletantismos, arreglaba el universo la bohemia de siempre entre un cortadito y otro, mientras el resto de sus conciudadanos del Interior agachaban el lomo para darle alimento que nutría sagaces mentes enciclopedísticas de artistas, políticos,periodistas, y haraganes, de aquellos próceres de la intelligentzia nacional?
Buenan cantidad de opinantes sobre este tema , desmitifican heroicidades pretéritas y, a riesgo de pulsar la guitarra sin ritmo fehaciente, me parece que lo que afirman, con criterio a tenerse en cuenta por venideros análisis pedagógicos, es si los revisionismos vigentes los aprendieron en la escuela o en el Liceo. Apuesto a que ocurrió fuera del recinto aúlico. Tal , por ejemplo, quienes se remiten per se a la humedecida Biblioteca Nacional y lugareñas sorprendiéndose al escuchar tenues decibeles de gloria a jornadas como la del 18 de mayo, por decir una. O en charlas del "clú" político entre veteranos que mantienen tradiciones orales y familiares.
De las lecturas críticas , da la sensación que no hay en la constancia de lo nuestro un “destino manifiesto” al estilo norteamericano, sino sucesos aleatorios donde el azar metió la manivela, en otras el diablo la cola y en una ocasión eterna fue la mereced de la “sonrisa de Dios”, intuición del poema magno de Zorrilla de San Martín ya en sus primeros versos al delinear la jurisdicción fronteriza del territorio pradera limitado por el “Uruguay y el Plata de la salvaje primavera”.
Creo que a la Historia, como a sus protagonistas, sus luces y sus sombras, hay que comprenderlos y no juzgarlos ligeramente, apretando graciosamente el anillo del garrote vil. Juzgar es fácil a doscientos años de aquello sin ninguna posibilidad de haber podido torcer -quienes hoy vivimos en el Uruguay- un piolín para que las cosas sean de otra manera. Más saludable y sustentable. Atados estamos a una crisis que no podemos mover palancas para arreglar cada entuerto que nos afecta en la asignada vida real y concreta que se nos adjudicó, vaya a saber por quién. Comprender es entender e, incluso, perdonar en ciertas emergencias y felicitar en circunstancias. Juzgar a la distancia es tener genes de Cheveste, el gran baqueano de los 33.
Mirar de arriba y bien de lejos es fácil, por no quedar comprometido en el aserto.
Para juzgar hay que hablar necesariamente con los protagonistas.Ya están muertos. Imposible.¡Ah!, ¡pero dejaron documentos! se nos dirá. No, amigo . Obsta leer para un mismo asunto de esta mañana, la de hoy, “El País”, “La República” y “La Juventud”. ¡Qué visiones contrapuestas! ¿A quién creerle? Capaz que los tres tienen la razón , aún desafiando todas las reglas de la lógica metodológica, no las de la humana filosofía , tan polifacetada desde que está guiada por la libertad , esto es, por la capacidad de opción de cada cual. Eso es muy bueno, aunque cuántos entreveros y hasta infamias se pergeñan con tantas libertades heterogeneizadas en exageraciones.
Ahora bien. Para un individuo “20 años no es nada”, según dijo el brasileño Alfredo Le Pera a Gardel para que el oriental lo divulgase cantándolo como nadie.Error del tango, pese a las sabidurías que se le atribuyen al género, pues nosotros todavía no hemos podido salir de colisiones que ya tienen más de dos décadas de duración. Y la cosa parece seguir de largo en interminable periplo.A su vez, ya no son 20, sino 200 años que, en el curso de los tiempos históricos, es nada. Menos que una pestañada.
Claro que si no nos gusta esta “independencia”, ¡busquemos otra, muchachos de las noches nostalgiosas, comerciales o no!
Apuesten chicos: ¿Nos apuntamos a ser brasileños como en la época de la Cisplatina? Tendremos bananas y café baratos y podremos revitalizar el cántico victorioso “...campeones de América y del Mundo, esforzados atletas”. ¿Con Argentina? Notable! , no tendremos que ir los mercedarios hasta Salto para luego entrar después de muchos quilómetros al santo gas a ver en vivo y en directo al neo compatriota Tinelli y a las nuevas argentinas Mónica y Claudia, pese a que a la Sra. China habría que compartirla. ¿Asociarnos cstilo Puerto Rico con los EE.UU?
Los brasileños no nos cerrarían en la hipótesis TLC yanqui, la frontera del Chuy al arroz y a los camiones ,y los argentinos la de Fray Bentos-Puerto Unzué. Se asustarían de solo pensarlo ya que detrás estaría la voz de Sam, el amo, viejo Tío.
Otra sería cubanizarnos y escapar del chu-chu chúm de las cumbias por una “nueva trova”, aunque sería un destiempo pues la Isla vive el ocaso de Matusalén?. (Además, ¿no sé quién querría esta posibilidad que ya cerró el Sorocabana, el Tupí Nambá, etc. donde, con diletantismos, arreglaba el universo la bohemia de siempre entre un cortadito y otro, mientras el resto de sus conciudadanos del Interior agachaban el lomo para darle alimento que nutría sagaces mentes enciclopedísticas de artistas, políticos,periodistas, y haraganes, de aquellos próceres de la intelligentzia nacional?
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