El mural largamente inconcluso de Fernando Cabezudo y el muro colombiano.
El coterráneo y remersne Ruben Lopez Pacilio, tomó testimoniales fotografías de las tareas de un artista colombiano, entre los varios que están dando por estos días de enero una cara nueva a Mercedes con sus polícromos murales. Trabajan, hacen arte, en espacios verticales baldíos que aguardaban con urgente apremio un pasaje ritual de alguna inspirada musa pictórica.
Miré con atención en facebook el buen aporte gráfico de López Pacilio.Y la memoria me estalló de gozo y de viviente interés, situándome la evocación renacida en el año, aproximado, 1957. Aclaro que no tengo la datación fija en una certeza ni menos con pretensiones de ser infalible...Para colmo seguramente cada vez se debilitan mas mis reminiscencias por vejetud.
En ese año acordaron los dirigentes del Remeros Mercedes y el artista tan referencial de nuestra plástica local y nacional, el ya fallecido don Fernando Cabezudo, erigir un mural en la adyacencia del frontón del juego de pelota de la institución costera.
El pintor y muralista,"capaz de un golpe olímpico" -me animo aquí a plagiar a José Enrique Rodó cuando sea refería a Sóstrato y su Faro de Alejandría en la parábola epónima- comenzó a trabajar en la fijación de sus mosaicos bizantinos en altura, trepado desde altisimos andamios que, por lo menos al adolescente que yo era entonces, me causaban cierto temor verlo allá arriba a mi querido profesor liceal..
Aun perviven recios y arraigados los adelantos de entonces, procedentes del 57, tal lo recordábamos con certezas solo aproximadas.
Miré con atención en facebook el buen aporte gráfico de López Pacilio.Y la memoria me estalló de gozo y de viviente interés, situándome la evocación renacida en el año, aproximado, 1957. Aclaro que no tengo la datación fija en una certeza ni menos con pretensiones de ser infalible...Para colmo seguramente cada vez se debilitan mas mis reminiscencias por vejetud.
En ese año acordaron los dirigentes del Remeros Mercedes y el artista tan referencial de nuestra plástica local y nacional, el ya fallecido don Fernando Cabezudo, erigir un mural en la adyacencia del frontón del juego de pelota de la institución costera.
El pintor y muralista,"capaz de un golpe olímpico" -me animo aquí a plagiar a José Enrique Rodó cuando sea refería a Sóstrato y su Faro de Alejandría en la parábola epónima- comenzó a trabajar en la fijación de sus mosaicos bizantinos en altura, trepado desde altisimos andamios que, por lo menos al adolescente que yo era entonces, me causaban cierto temor verlo allá arriba a mi querido profesor liceal..
Aun perviven recios y arraigados los adelantos de entonces, procedentes del 57, tal lo recordábamos con certezas solo aproximadas.
No sé por cuál razón la obra se paralizó...y alli quedó en stand by hasta nuestros días, mostrando una fortaleza de calidad que no hubo viento, ciclón ni huracan de los tan comunes en Mercedes capaz de desencastrar las piedras incrustradas en el muro pelotaris.
Hoy advierto que el artista colombiano ha entrado en confluencia de lo suyo con el territorio aéreo de Fernando Cabezudo.
Mis muy descastados deseos subisidiarios, apenas en la nula legitimidad e intimidad de mi ser más íntimo y personal, hacen votos para que los dos almas- la del uruguayo y la del nativo de Colombia- sin haberse conocido físicamente, sean tocados por el Daimón de una estética universal que es gracia en los que poseen el don de crear belleza .¡Y armonicen los dos constructos! El pensado allá por el 57 y el de este 2019 y su filosofia de "Grado 33". El Arte está más allá y más acá de los espacios,de los tiempos y de sus ejecutores, a pesar de que cada ejecutante porte una visión propia de los hermoso y bello. Son seres capaces de unificar diferencias ensamblando armonía. Esto suceso plástico del Club de Remeros Mercedes puede consituirse en un ejemplo de mágica realidad lugareña para un fenomeno muy comun de concordias artísticas en el mundo..
Hoy advierto que el artista colombiano ha entrado en confluencia de lo suyo con el territorio aéreo de Fernando Cabezudo.
Mis muy descastados deseos subisidiarios, apenas en la nula legitimidad e intimidad de mi ser más íntimo y personal, hacen votos para que los dos almas- la del uruguayo y la del nativo de Colombia- sin haberse conocido físicamente, sean tocados por el Daimón de una estética universal que es gracia en los que poseen el don de crear belleza .¡Y armonicen los dos constructos! El pensado allá por el 57 y el de este 2019 y su filosofia de "Grado 33". El Arte está más allá y más acá de los espacios,de los tiempos y de sus ejecutores, a pesar de que cada ejecutante porte una visión propia de los hermoso y bello. Son seres capaces de unificar diferencias ensamblando armonía. Esto suceso plástico del Club de Remeros Mercedes puede consituirse en un ejemplo de mágica realidad lugareña para un fenomeno muy comun de concordias artísticas en el mundo..
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