Pasaba por la calle Rodó montevideana cuando me llamó la atención un pizarrón escrito con tiza común, ubicado casi que en el perímetro más exterior de un vallado de obra en erección. Establecía que tras 92 días de labores no había ocurrido ningún accidente y que se aspiraba a que, con el esfuerzo de todos los albañiles involucrados en el Obrador, ampliar las cifras. Es la construcción una de la tareas laborales más riesgosas, sobre todo cuando se trabaja en altura y en espacios mínimos, tal las actuales torres rascacielos, estilo de la que se está levantando en el caso que nos ocupa.
¡Buena la medida de Prevención y del Prevencionista, recurso que està normativizado pero importa que más allá de ciertas frialdades formales en la redacción de un decreto, ley, o toda la pirámide del jurista Kelsen, se empleen estas estrategias tan cercanas de inmediatez vivencial hacia quienes están expuestos a riesgos reales con fúnebres desenlaces, tantas veces, que las estadísticas se han escrito con llantos y lutos de mujeres y huerfanitos. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario