lunes, 30 de noviembre de 2009

Pre Drama, Afortunadamente Inconcluso, en Dos Actos Testimoniados.

Segundo Acto->



Primer Acto.-Domingo 29 de noviembre de 2009, quilómetro 237.500 de Ruta 2 hacia el sur. El viaje se realizaba desde Mercedes hacia Montevideo siendo de retorno tras haber cumplido la familia las responsabilidades cívicas en el balotaje.
El tiempo se tornaba amenazante con claros presagios de lluvia , la que incluso nos había tomado a la salida de Mercedes por las 16 y 3o aunque luego paró.
(Después nos enteramos que en la noche la ciudad fue baldeada desde el cielo con un nuevo empecinamiento hacia los muros de Avda. Clemente Fregeiro del Estadio "Koster" y que algunos autos por pretender ser anfibios nadaron por las calles.)
De repente la soledad a esa altura de la vía, nos atrajo de manera más atenta la observación del trillo cuando a unos quinientos metros delante divisamos un semi remolque de gran tonelaje y muy cerca detrás de la culata le seguía la pista una motito.
El motociclista marchaba refugiado detrás del cono de succión del super camión para mejorar el rendimiento de su pequeño vehículo.
La mínima distancia ya es crítica si acaso el camionero debe frenar imprevistamente por alguna circunstancia de las que potencialmente siempre acompañan por azar o no tanto las peripecias del camino. La colisión sería la grave consecuencia.
Transitábamos en coche portando la fiel compañera de salidas viajeras, una maquinita fotográfica digital Nikon con una fotógrafa ad hoc incluida en el asiento de atrás dada la imposibilidad de hacerse caso de pulsar el obturador el conductor de la roja unidad japonesa.
-¡Aprovechemos y registremos pues le podemos dar uso didáctico a las tomas, no nos quedemos sólo en el comentario!, se oyó en nuestra cabina.

Segundo acto.- Nuestro auto fotógrafo toma el carril de adelantamiento y se aproxima y registra con mayor precisión el peligroso riesgo que ha tomado el motociclista.
El camionero suponemos ignora que viene trayendo de tiro ventoso a un temerario con casco.Menos mal que no ocurrió nada de lamentar. En otros casos, vaya que suceden estos accidentes, atribuibles a errores e impericias humanas.

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