Transformar y modernizar, pero con racionalidad y pureza.
Leemos en la página del Diario Digital de Presidencia de la República (www.presidencia.gub.uy):
“Modernización del Estado"
-Avanza cronograma de trabajo del Gobierno para concretar conjunto de reformas-
"OPP entregó un documento que establece lineamientos para transformación y modernización del Estado. El objetivo, acercarlo a la gente, hacerlo más sensible, rejuvenecerlo. Plantea capacitación en lo técnico, sin que signifique aumentar el peso económico. También se consideró el proyecto de un tercer nivel de gobierno nacional, con creación de municipios en localidades mayores a los dos mil habitantes.”
En un país donde el rezago de su tecnología administrativa es notorio con obesidades y lentitudes quelónicas, tantas veces estremecedoras; donde sigue resultando difícil meterse a plenitud en el Valle del Silicio de la Informativización pues la Galaxia Gutenberg-la del papel meca dactilografiado o con estilográfica BIC- se resiste a compartir o ceder espacios pues gozan de acomodos seculares, que se nos proclame que la intelligentzia política uruguaya está actuando para modernizar los procedimientos burocráticos, hace glorioso el salto de sorpresa del confundido corazón nacional. ¡Menos mal! ratificamos con voz de tonante apoyo.
Pero si a ese propuesta de actualización hacia los tiempos de avances que vivimos, se le agrega todavía como potente motor de compañía , el de la descentralización, el respingo es doble y casi nos acerca a una probanza ergométrica del músculo cardíaco sobre su resistencia a infartos emocionales. Tiembla hasta la quinta cavidad, no solo las cuatro tradicionales.
Tenemos pues el derecho a la alegría y, cuando ella descanse de su floreo, darle por razones de equilibrio un lugarcito a la reflexión.
¿Modernizar?...cuando en la justificación de ese término se nos impone con publicidad una Reforma cualificada como Progresista (“paga más el que tiene más”) y los dolores de bolsillo son muy específicos para los humildes que experimentan el auténtico Regresismo del mega impuesto al trabajo. La inflación o la deflación comienzan a hacer la pre temporada y no tendrán temor a las manipulaciones de los precios y las relaciones cambiarias inducidas e impondrán sus condiciones. Ya por lo pronto la inflación largó su agresiva carrera en ferias, almacenes y supermercados, aunque no la hayan visto los anteojéricos papeles estadísticos oficiales en su verdadera magnitud social.
¿Descentralización? ¿Territorial y Administrativa? Bienvenidas! Si la Territorial promovió el país cabezón de piernas cortas. Macrocefálico, dicen los doctores en economía y sociología, y los burócratas aprovechan para poner Ministerios ociosos, Oficinas de Correo o del servicio estatal que sea, si la cosa común ( la “res pública”) funcionaría mejor y eficientemente con dos o tres de menos. Se sabe, además, que los recursos administrados desde el mismo lugar de su demanda brindan más beneficios a los usuarios reales que cuando es manipulado desde la lejana Montevideo por fantasmagóricas inspecciones y sistemas de controles de birlibirloque.
Pero no alcanza con esas buenas intenciones descentralizadoras, aunque sean muy razonables, si no se les acompaña por la ponderación del caso, cuestión de no caer en exageraciones perjudiciales.
¿Qué es eso de poner alcaldes dentro de los actuales departamentos? ¿Para qué están las Juntas Locales y, por mandato constitucional, la respectiva Intendencia en cada capital departamental?.¿No existe el riesgo potencial de burocratizar más y poner a los alcaldes, alguaciles, cónsules, “missi dominici,” capataces, capangas, marqueses, o cómo se les quiera llamar, en dependencia directa y vertical con la autoridad central y su ronda de nuevos asesores y funcionarios, para terminar, antes que descentralizar, centralizando con visión super estatista metropolitana?Incluso cuando algunos Intendentes se dieron a la imaginería de hacerle guiñadas a la designación químicamente pura de las Juntas Locales por la vía de la negación, su gestión fue aprobada por el pueblo con rotundas reelecciones. Y existe una lógica: Nuestros departamentos, pese a que mantienen la misma extensión jurisdiccional de décadas, el mejoramiento de las carreteras interiores, los medios de comunicación y en algunos las redes de computación, hace que para un Intendente activo, responsable y dinámico, recorrerlo asiduamente sea función asaz práctica y rentable.¡Son un mini pañuelito con un buen auto,camioneta o celular!
El asunto motiva, también, nuestra reflexión pasando ella por consideraciones de debilidades, estrategias políticas y partidarias y… “otros justos títulos”. Con un gobierno central de absoluto predominio de una divisa, y algunos de los departamentales con la orientación de las opuestas,tal como ocurre hoy, por ejemplo, las seducciones de un co gobierno que se destrate en choques de hegemonías,¿ favorecerá al pueblo soberano que eligió en plebiscitos máximos a un Intendente y ya no tanto a un alcalde o missi dominici de procedencia administrativa?
Obviamente que consideramos atendible las necesidades de replantear cuestiones que el congelamiento de la aptitud de ir hacia cambios deseables ha esclerotizado, mineralizado, en la dimensión gobernante de la creatividad y ajuste a los tiempos.
Siempre nos resultó opinable que departamentos vecinos, a veces con localidades de cada uno más próximas entre sí, que con las de uno solo, tuvieran que disponer de un idéntico parque de maquinaria. Se doblan los gastos y los esfuerzos. ¿Por qué una retroexcavadora para cada departamento, pongamos, que con una alcanza para ambos y nos privamos, también para ambos, de contar con una, dos o tres hormigoneras compradas con el ahorro supernumerario? Cooperativizando usos afines y comunes, se hace una mejor economía.(Cardona de Soriano y Florencio Sánchez de Colonia están separadas por una vía, pero cada cual tiene su propio aparato de funcionamiento.) ¿No resulta irracional?
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