lunes, 29 de octubre de 2007

De atrás, cualquiera aprieta el obturador de la Nikon.

Ya están los finalistas para el Cpto.Mundial de Colas:"Mund ano"

Nefertiti, esposa de Amenophis y madre de Tutankamón, va de frente .



Enseña la Historia del Arte que las primigenias expresiones plásticas de la mayoría de los pueblos, especialmente los que cimentaron las bases de la cultura m denominada occidental, expusieron una clarísima y no meramente intuida predisposición a seguir lo que el danés Julius Lange denominó Ley de la Frontalidad.
Las pinturas, pero sobre todo la estatuaria, muestran en el recorrido germinal y arcaico, modelos de frente, algo rígidos sí, sin la depuración técnica que daría el perfeccionamiento posterior, aunque advirtiendo microcósmicamente los acentos de su brillante porvenir clásico.
Desde la "Venus" cavernícola de Laussel (Francia), a la estatua del Rey Gudea I de Tello en Mesopotamia, la esfinge de Gizeth o los Colosos guardianes del Templo de Abu Simbel (Egipto), los kúroi y las korai de la Grecia primitiva con sus sugerentes sonrisas apenas esbozadas que inspirarían quizás a la muy posterior de la Gioconda leonardina y renacentista, siempre se pretendió ilustrar y sublimar los bello ofreciendo visiones frontales.¿No es acaso mas cautivante una fachada que una nave catedralicia?
Pues bien, cuando nació a mediados del siglo XIX la fotografía, técnica óptica y físico química que obligo en alguna medida a la pintura tradicional a nuevas búsquedas, los artesanos inaugurales, junto al documento testimonial de sus retratos , profundizaron el juego de las luces y de los gestos oportunos para adentrarse en la psicología de sus personajes eternizados en la fugacidad del instante. La artesanía se metamorfoseaba en arte….pero siempre fiel a la Ley de Lange, Ley de la Frontalidad. Así quedaron en mi familia- seguramente en la de Uds.- los retratos del abuelo y de la abuela, hieráticos y canónicos en la pose del casamiento de labios apretados y ojos incisivos, remarcando la arruga del entrecejo,”algo que impera y vence con noble encanto”, tal lo decía Ruben Darío al describir su admiración fisonómica y literaria por el poeta Walt Whitman..Quién más, o quien menos, atesora con afectos de sentimiento, de genealogía y de coleccionista amateur, su prospapia fotográfica, ingenua, sincera y casera..
Los tiempos, no obstante, cambian y con ellos los gustos y las estéticas. No sé si durará mucho la estos enfoques no revolucionarios, meramente revulsivos que estimo no sacarán patente de permanencia clásica claudicando en la pestañada leve de las modas efímeras.
Los fotógrafos del verano boreal o austral, con sus invertidos inviernos, atacan el objetivo de sus flashes por la retaguardia. No van de frente y aborrecen a Lange. Teniendo la belleza clara y frontal de un camino pulcro de ojos y miradas inmaculados, cautivantes, de ese garbo luminoso que viene hacia nosotros con elegancias felinas y tersa esbeltez de senos, buscan el antiestético tajo de las zanjas glúteas que han quedado a la retaguardia…de ese trillo guijarroso tan cercano a la caca y al orín.
La televisión que es fotografía en movimiento, también se contagia o imita, y el espectador no descubre el secreto de lo individual, de la belleza pura y personal que sólo se transmite por el encanto del iris ocular como los pintó Pedro Pablo Rubens. O una boca sensual coloreada por el hombre de Vinci.
En tanto la identificación dorsal es ordinaria, totalmente ordinaria, porque es común a todos más allá del simétrico músculo glúteo, en casos redondo y altivo de màs, que a veces se cae y hay que levantarlo con el artificio de los zapatos de taco fino y otros chorrean flaccideces y celulitis. Pero ¡no hay dos ojos iguales! Y unos mismos, no lo son semejantes según el instante, “porque el ojo no es por que lo ves, sino porque te ve”,cantaba su copla Antonio Machado.De una misma propietaria ¡cúantas formas de lenguaje es capaz de expresar sin recurrir a la estrechez barata de una minúsculas tela o al vertebreo forzado de una columna culebrera!
Alguna vez los fotógrafos volverán a la frontalidad y cuenta se darán de qué recuperarán, si lo desean, condición de artistas, y no mantendrán el cansino estatus de mercaderes de la frivolidad en la vigente sociedad anal, visual consumidora de trastes. De atrás, cualquiera aprieta el obturador…

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