Pocos chupetes,exiguos martillos y abundancia de bastones

¿For export made in Uruguay?

El país vive hoy la dolorosa sangría de la migración de sus jóvenes.La natalidad es baja en su índice demográfico.Crece la ancianidad cuantitativamente.Envejecemos como nación e hipotecamos la esperanza en una resurrección. Faltan chupetes, los martillos para brazos adultos están ociosos, sin fraguas ni morsas; proliferan los bastones y las canas.

El Uruguay contemporáneo sigue gobernado por “Generales”.El Presidente es el General Mayor por rango constitucional. Después están todos los “Directores Generales” en esa parafernalia verticalista de Senadores, Diputados, Ministros, pomposos Directores Generales de Secretaría, etc). Todo muy similar al orden castrense, palabra que deriva de un término de la organización social de los romanos patricios, la clase de las “castrensii”.Los romanos antiguos seguían rigurosamente dos costumbres: a) la “Carrera de los Honores” ( freno que enlentecía el crecimiento de los “hombres nuevos”, o “outsider” en la nomenclatura política actual) mediante la rigurosa precedencia de empezar por el cargo más bajo ( creo que edil o cuestor ). Luego de superarse los puestos intermedios, recién se llegaba a senador como una suerte de culminación pico montañosa. De esa manera la experiencia enriquecía, decían, la más exitosa formación republicana, y controlaban simultáneamente la ambición de los muy ligeros; y b) esa “Carrera de los Honores” demandaba por sumatoria, muchos años de vida. De tal forma, cuando más se aproximaba al poder máximo, más viejo era el vocacional corredor. Consecuencia: Aquello era el gobierno de los gerontes, de una Gerontocracia de “paters familias”. Así en Roma y así en casi todos los pueblos antiguos. Pero no se evolucionó. Hoy la cosa sigue igual. Los pueblos, viejos o jóvenes, están mandados por ancianos. Mao Tse Tung, Hiroito, Reagan, de Gaulle,Tatcher,Tito,Duvalier,Stalin, Balaguer, Perón en su momento; Fidel, Simon Peres hoy, Komeini, Batlle o Arafat casi ayer. Es por eso que los vetustos Generales, siempre en las batallas, están a mil metros del combate, y mandan a los más novatos y pueriles al cruel y sanguinario duelo mano a mano. A ese grupo de desgraciados se le llama “Infantería”, integrado por “infantes”, o infantiles, niños y jovencitos. Los “Generales” muertos en acción son excepcionales: la super mayoría murió en la cama sin las botas puestas con las petulantes cocardas colgadas en vitrinas de exhibición, lustradas con la sangre de otros.(Repasar casos puntuales en la memoria o en la Historia Nacional, Americana y Universal!)
El achacoso envidia, afirmaba Freud, a los jóvenes pues estos tienen la vida por delante y a aquél se le acaba la propia, acompañada la recesión por poli disfunciones fisiológicas, algunas afectando la virilidad. ¡Y así se venga frente al menoscabo de su senilidad presente, represando a los menores! En el Uruguay pasa lo mismo. Por eso la migración…por eso se plafonan los puestos de trabajos, ocupados por inermes arrugados. El fenómeno de las valijas y el adiós amargo muestra en nuestros días una característica tristemente particular:se están yendo también los adultos mayores y permanecen "activos" los que yacen, infecundos, en los Ministerios, mientras la juegan de graciosos en reportajes de prensa.En tanto sus coetáneos del Palacio Legislativo pelean duro para que no les quiten unos pesitos de las partidas de Secretaría que, con ellas, hacen pingües " ¡¡ring caja!!” por más que “racionalizan” excusas. --“Son para el partido”; o para “contratar asesores”; para “comprar diarios”, agregan .Yo, ya soy un geronte de 64 años, por las dudas….
Ojo…que están alimentando mis coetáneos, retornos castrensii…para que asuman otras funciones inespecíficas, sin aprender nada de lo ya ocurrido.….
El viejo por lealtad con la Vida, tiene que ser noble y generoso. Muchos ancianos no lo son y mal se aferran a lo que ya no son.Adolecen del compromiso sagrado que les exige la edad. Ser lo que deben ser.Y no lo son. Hasta en la música ocurre con ciertas estrellas del rock- más de 65 años los supremos “dioses”- jugando a ser adolescentes en un triste remedo de la subversión de la vitalidad.