Es difícil encontrarle la vuelta exacta a la toma de decisiones en el ejercicio de una conducta opcional, cuando se elige individual o corporativamente una alternativa entre varias y, por hacerlo, se descartan para siempre y simultáneamente las restantes. Pero ocurre que en la dialéctica de la selección, lo que fue excluido poseía méritos propios y deseables y que incluso podían lastimar la idealidad, la inmaculada categoría de lo finalmente distinguido.
Para colmo es posible que ciertas susceptibilidades queden magulladas por el raleo, actitud normal porque en definitiva el hombre está hecho de sensibilidades recias que defiende con ahincos, justificables en casos, aunque en otros estén meramente prostituidas de egocentrismos que descansan sobre débiles cimientos.
A quien asume la carga de hacerse responsable de una resolución-
y nuevamente destacamos que los campos gestionarios pueden ser tanto de talante singular o colectivo- debe ser preocupante, doloroso y aprensivo, pronunciarse a sabiendas de que está dando sincrónicamente, a la vez, vida y muerte .Por acción en un término de la ecuación; por corolario de exclusión en el otro.
Al parecer la Intendencia de Soriano-
un corporativo político- adelantó una decisión. que muy bien puede ser abarcativa de las reflexiones precedentes:
Sustituir el monumento ecuestre al centauro gaucho de las patriadas iniciales en pos de la Independencia de país, obra de José Luis Zorrilla de San Martín que evoca al Gaucho del pronunciamiento libertario del 27 de febrero de 1811 en los campos del arroyo Asencio, muy cerca de Mercedes, por algo que todavía no se sabe qué será, y darle carretera en miniplazoleta intermedia entre las pistas gasoleras de los Guastavino y los Echenique Gómez en R-2.
Rebobinamos y establecemos que no fue el Grito en un 28 de febrero de 1811como se insiste en reiterar porque la ciencia histórica ya reconoce que en esa jornada lo que se hizo fue tomar Mercedes, tras la corrida del día anterior por el arroyo de las huestes de Viera y Benavidez, los jinetes líderes del hecho.
Fue emplazado el broncíneo y escultórico paisano a caballo-
exagerado estilo Miguel Ángel por la estampa musculosa que nuestra gente y equinos eran esmirriados-en el año 1942, corazón de la plaza Independencia de la capital de Soriano, principal centro cívico de la urbe fundada en 1788 por el cura hasta entonces de Villa Santo Domingo Soriano, Manuel Antonio de Castro y Careaga.
Desplazaba la obra de
Zorrilla de San Martín a una Columna de la Libertad que se había instalado en 1867 por el dinámico afán de estética urbana y dinámica progresista que caracterizaba al gran caudillo rural que tuvo Soriano en aquella época del Uruguay aún feudal, don Máximo Pérez. Columna corintia que construyó el escultor Negri, un porteño venido de Buenos Aires, la que se reinstaló en la ex Plaza “Ramón Fernández”, ahora Fructuoso Rivera, versatilidad correctiva de las cosas humanas cuando se detectó que don Ramón, antes que un héroe de Asencio, había sido un traidor, infiltrado al movimiento
..( ¡Ay!,”cosas veredes Sancho”….ayer…hoy…y siempre….)
Al parecer el Monumento será llevado a la radial de Ruta 2 en el ingreso a Mercedes y al momento, reiteramos, no se sabe qué se pondrá en el hueco de la Plaza.¿Volverá después de 68 años a su primitivo sitio la Columna de la Libertad, cambiando de plaza, de la actual Rivera a la Independencia? ¿O se pondrá otro
“algo”?
Ya la aldea mercedaria está perezosamente siguiendo estas interrogantes y al parecer mostrando germinales disgustos por la pre decisión intendentil. Juega y mucho el acostumbramiento que generan percepciones añosas, siempre no muy afectas a cambios donde el costumbrismo congela pensamientos….¡qué por sus diversas razones será!
A mi en lo personal me parece un despropósito pues la estatua de Asencio está en el mismo lugar, o en las más próximas cercandanzas de dónde Arrigas, el 11 de Abril de 1811, lanzó en Mercedes su célebre proclama convocando a la lucha independentista:
-“A la empresa compatriotas que el triunfo es nuestro y tiemblen esos tiranos de haber excitado vuestro enojo”…
Existe pues una notoria identidad sentimental, de proximidades geográficas y espirituales por la vía de las memorias colectivas que se estimulan ante el mensaje recio,viril, del artista plástico. Al mes y una semana los orientales demostraban que el llamado del Prócer no era un gritito histriónico como tantos han sido, sino un heroico vozarrón persuasivo. El 18 de Mayo se escucharon en la Platania ubérrimos los trinos de la victoria con la Batalla de las Piedras; y nace junta a ella, el humanismo de la filantropía misericordiosa en el pais de los orientales:
-”Clemencia para los Vencidos; Curad a los Heridos”.
¡No destruya esa imagen sagrada Sr.Besozzi Arocena! Sé que no tiene buenos consejeros en materia cultural, pero…entonces, por lo menos, escuche otras voces…
Ya a Mercedes le metieron otros errores.Uno a título de ejemplo:La nominación del escenario del Teatro
“28 de febrero” con inspiración ( ¿) de la Junta Dptal. de Soriano a través del nombre de un meritorio ciudadano. No obstante volvemos al caso de las postergaciones. Se desestimaron unas nominaciones eventuales que fueron flagrantes omisiones en la
“Carrera de los Honores” al quitar chances a reconocidísimos ciudadanos de méritos muy relevantes. Puedo presentar la extensa nómina, aunque no venga al caso, pero está a disposición de quien la quiera. Se nos dirá que juega nuestro subjetivismo personal. Sí, claro, juega, y mucho, que no soy una máquina robótica. Soy periodista y por lo tanto no soy objetivo ni parlanchín…y no me avergüenzo frente a objeciones de quienes -
con derecho- no piensen igual, porque compito en ofrecer curriculums de los no considerados y postergados.¡Y muchos sentirán vergüenza de sus analfabetas amnesias!
El cura
Letamendi, a cargo de la Iglesia de Mercedes cuando Máximo dispuso colocar la columna de la Libertad -
que los contemporáneos llamarían “La Pirámde”-, cuenta don
Washington Lockhart en su magna publicación
“Máximo Pérez, Caudillo de Soriano”(Edit.Monteverde,año 1962, página 119) , brincó indignado al ver el ícono femenino bastante descapotado en zona pectoral:
-“Esta mujer es una desvergonzada.Bien podrían haberle hecho el vestido más decente como lo usan nuestras chinas”…..y no las efigies griegas, supongo, pensaría el presbítero, de los griegos Fidias o Praxíteles.
Pérez, muy amigo del párroco, le dio más filo todavía y ordenó que la
“china” se colocara mirando en directo al templo para hacer salir más de sus casillas no seglares a su “
compadre” y gran amigo vecinal. Sobre todo cuando el sol esteño de Mercedes de sabroso refilón bronceara pechos no de las prominentes siliconas actuales, pero sí de buena mezcla de construcción.
Cuando entonces la llevaron a doña Libertad en 1942 a Plaza Rivera para que dejara su lugar a la obra de
José Luis Zorrilla de San Martín, quedó orientada hacia el Este, siempre con buen sol mañanero para las tetas. Luego por el 2000 el Intendente del momento
Sr. Gustavo Lapaz ordenó que la giraran hacia el Norte. ¡Qué cosa con la Lbertad, la marearon y la marean con tantos giros, encerrada en su soporte, o fuera del mismo!….
Llevar el centauro de bronce a la radial de Ruta 2 tiene de ventajoso darle mayor interés a un zona fea, la del ingreso justamente a la ciudad. Y punto.
 |
| La Corrida del 27. |
Además se presentan estos inconvenientes:
a) al estar en zona de cielo y topografía tan abierta, hay que darle un basamento de envergadura porque perderá vuelvo, minimizándose.
b) Eso cuesta dinero y hay que racionalizar su empleo de acuerdo a prioridades comunitarias.
c) Pero podrá , de ser así, quitarle la visibilidad conductriz a los automovilistas y camioneros que, por otra parte, no pasan por allí para mirar estatuas.
d) En medio de un nudo de tránsito se acabarán los homenajes patrios al Grito de Asencio con escolares y público general, que será muy riesgoso y lejano.
e) Finalmente, si ahora está muy bien dónde está, según las razones expresas
¿para qué cambiar?
EN EDITORIAL,"CRONICAS " DE MERCEDES, APORTA ELEMENTOS QUE DECIDIDAMENTE DRAMATIZAN EL DISLATE DE BESOZZI AROCENA.
Es válido equivocarse, lo inadmisible es pasar a la historia por ello
Al borde del error
Editorial
27 Oct. Cuando nadie lo esperaba, los integrantes de la Comisión del Bicentenario recibieron la noticia de que la Intendencia tenía dispuesto un futuro para el monumento al Gaucho de Asencio y su sustitución en Plaza Independencia por "otro que saldrá de un llamado a plásticos locales".
La decisión supuestamente ya tomada (como otras tantas de dudosos resultados) dejó sin argumentos a los presentes.
La autoridad se había pasado por alto ni más ni menos que la identidad de los ciudadanos, tanto como su sensibilidad, y el derecho a la memoria.
La decisión de sacar de su basamento una epopeya de la escultura y mandarla a los accesos tiene un agravante mayúsculo: su sustitución. Como si la historia fuera capaz de parir todos los meses un escultor nuevo, se ha propuesto (o decidido) cambiar el trazo de José Luis Zorrilla de San Martín por el de alguno de los muchachos de nuestro tiempo.
Casi como bajar un cuadro de Blanes y sustituirlo por una foto de Gardel.
Aterroriza el solo pensar con qué "realización" se podrá rellenar semejante agujero a la historia.
Sólo ignorándola, se puede olvidar el proceso que los mercedarios iniciaron en 1898 para llegar sucesivamente a la conclusión del bronce. Podría perdonár-sele a los más jóvenes que no sepan que en el primero de los llamados se presentaron maquetas de escultores italianos, franceses, norteamericanos y uruguayos, pero no puede perdo- nársele a la autoridad que, esgrimiendo esa simple potestad, ordene mandar la obra a las orillas de la ciudad "donde el gaucho les dirá a los automovilistas para qué lado queda la ciudad".
Más que un error histórico se está al borde de una afrenta imitativa de la que se intentó en Montevideo con Artigas, por suerte amputada a tiempo.
No es bueno que se confunda poder con autoritarismo. Es falso que gobernar es tomar decisiones inconsultas aunque parezcan las mejores. Gobernar es otra cosa empezando por respetar lo ocurrido, porque por algo existe el pasado.
Mercedes se jacta y con razón de estar sembrada de obras de arte. Pero todas ellas son el resultado de maravillosos momentos de un artista, únicos e irrepetibles. Costaron millones y en nada se parecen a algunos intentos de estos tiempos en que se han querido agregar dibujos, pinturas o esculturas cuyas desproporciones métricas parecen no haber sido advertidas; de lo contrario no se habrían autorizado. Podría hacerse una lista con ellas. Nadie dice nada quizá para no herir a sus autores, vecinos de la ciudad.
¿Habremos de repetir la experiencia?
