lunes, 30 de junio de 2008

Lo Erróneo y lo Bueno en los asertos pedagógicos del Senador Larrañaga.


-"La educación de nuestros hijos" según Jorge Larrañaga.
-"La gran prioridad que debe tener nuestra sociedad es mejorar la calidad de la educación".
Dijo públicamente el gobernante en esta semana:
-"Los tiempos actuales generan nuevas demandas, nuevos requerimientos de formación e información. La posibilidad de generar y trasmitir conocimiento es el aporte principal que una sociedad puede otorgar a las nuevas generaciones. Debemos educar a nuestros hijos para el nuevo milenio. Pertenecemos a una generación que pudo recibir una educación de buena calidad, caracterizando al país, motivando el orgullo nacional y más importante, creadora de oportunidades; en base al esfuerzo personal se podía acceder a nuevas y mejores posiciones. El nuestro es uno de esos casos. Somos producto de la enseñanza pública de este país. Escuela Pública, Liceo y Universidad Pública nos han permitido acceder al título de Abogado. Este camino fue transitado por muchos de mi misma generación.La enseñanza pública no tenía nada que envidiarle a la privada." http://www.montevideo.com/ de la fecha por el Dr.J.Larrañaga.

Todo el entrecomillado precedente son, nos reiteramos, palabras textuales del Senador Larrañaga en 2008.Escribe de un tiempo idílico que no existió. Ya en 1963 se hizo un trabajo profundo y serio del Gobierno -que encabezaba entonces el Partido Nacional- sobre el Uruguay total, tarea formidable aquella que fue liderada por Wilson Ferreira Aldunate y en la que colaboró, valga la anécdota, entre otras mentes sagaces y preparadas, un joven prometedor llamado Danilo Astori. Se elaboró en definitiva un diagnóstico y prognosis del Uruguay que aún se le recuerda por su excelencia mediante la sigla CIDE (Consejo Interministerial de Desarrollo).De aquello han pasado casi dos generaciones, incluida la del Sr. Senador en tanto matriculado él, según lo confiesa, en la Educación Pública. No eran tiempos de “Educación de Calidad“, ni de equidad, como afirma.El CIDE en materia educacional denunciaba cuestiones muy diferentes lanzando cifras y conceptos de alarma. La Universidad, por ejemplo, no diplomaba dado el estado de situación socio-económica del país, hijos de obreros, menos si estaban radicados en el Interior.
Me es imposible sintetizar tan ilustre y pródigo trabajo. Voy, parcialmente, a lo más fuerte y viceral.
En Educación Primaria la nota destacable era la extensión y cobertura (pese a que no serlo así en preescolares), pero deficitaria en calidad pues arrastraba tres patologías pedagógicas insolubles, tanto ayer como hoy, agravadas más en nuestros días pese a cosméticas por jugar a las apariencias: Repetición, Deserción y Extraedad. Problemas gravísimos y descalificantes para obtener un Certificado de Calidad en cualquier época.
Empezaba a crecer la educación privada en sectores pudientes, pongamos de Montevideo, y algo menos en el Interior, porque los padres, creyentes, ateos o agnósticos, más allá de lo confesional ideológico, sabían que sus niños eran llevados y traídos en vehículos sin padecer los riesgos de una inseguridad callejera que ya comenzaba a mostrar su inicial sensación térmica, hoy infierno hecho realidad. Recibían cursos extracurriculares, sobre todo una segunda lengua, y estaban más horas útiles en el centro escolar.
En Educación Secundaria liceal ( en esta oportunidad excluimos la problemática de UTU que tenía caracteres muy propios junto a los análogos con Secundaria), a raíz de la presión benéfica de la extensión, se cuadruplicó la matrícula, pero no la infraestructura ni en recursos humanos (profesores formados) ni materiales ( edificios y materiales didácticos) ni financieros. Además, situada al medio de los dos niveles, el primario y el terciario, estaba sin coordinación su currícula hacia arriba y hacia abajo. Amén de ser solamente propedéutica, pensada como grado intermedio hacia la meta universitaria y por ende sin contemplar a quienes terminaban el bachillerato, imposibilitados de entroncarse con el mercado laboral tras concluir el liceo. Quedaban en banda sin conocimientos pragmáticos y escasos los humanísticos y axiológicos. Además la sub cultura de la pobreza chocaba con la oficial, expresa en el idioma, usos y costumbres del hogar mísero por un lado con los mensajes aúlicos en una colisión expulsiva, reproduciendo los tres problemas comunes con Primaria: Repetición, Ausentismo y Extraedad.
En la Universidad: También Extraedad. Didácticas frontales, autoritarias pedagógicamente, repetitivas y exiguamente re-creativas del conocimiento por insuficientes didácticas y, en casos, nula la investigación,vedadero motor de las "universalitas".Más que una Universidad era una High School por el nivel de su epistemología.
En síntesis, lo que el Dr.Larrañaga no se ajusta estrictamente a la realidad del lapso que describe y un problema, si se pretende solucionarlo, primero hay que bien plantearlo, y en esta emergencia inicial la visión del senador, repito, es idílica y extemporánea.
Afortunadamente el Dr.Jorge Larrañaga, para nuestro parecer, luego hace un análisis actualizado de viejos males, no tan recientes, muy anteriores y vigentes a cuando personalmente se formaba, para censurar acertadamente el intento actual de corrección y reforma de la educación que ha planteado el Gobierno, la que nos resulta errática tal cual lo explica en el nuevo entrecomillado el senador sanducero:

-"Sin embargo, a pesar de la tarea de nuestros docentes, la brecha de calidad entre la enseñanza pública y privada, aumenta.Como sociedad no nos podemos permitir “condenar” a unos y “salvar” a otros por provenir de familias de distintas posibilidades económicas. Aspiramos a una sociedad justa y solidaria, donde cada uno pueda ser responsable de la construcción de su destino, en base a sus méritos, al esfuerzo de sus capacidades. No queremos escuelas de pobres y otras de ricos; no podemos permitir que algunos “compren” su destino, sino que debemos lograr que todos lo puedan construir con igualdad de oportunidades. Este es el gran objetivo de la sociedad, y para generar esa igualdad de acceso a las oportunidades la educación juega el rol principal. Es tan relevante el propósito que supone superar a las visiones cortoplazistas, los enfrentamientos partidistas y los corporativismos. Se impone un acuerdo nacional sobre educación, una verdadera política de Estado. El modelo del sistema educativo condiciona la propia conformación de la sociedad. Debemos estar todos convocados a esa tarea. Elegir un camino diferente, optar por construir un sistema de educación en sin escuchar a todos, sin permitir opinar e incidir sobre él, es un error en la estrategia de país que debemos generar. El proyecto de ley del Poder Ejecutivo es negativo en forma y sustancia. Carece de una concepción integral del sistema educativo, vulnera la autonomía de la enseñanza y el principio de laicidad, priorizando una puja de poder al interior del sistema. Es malo en su forma por desconocer el sentido nacional del tema. No permaneceremos estáticos frente a los intentos por parcializar a la educación. El Partido Nacional recurrirá a todos los instrumentos que la Constitución y la ley brinden para defender la visión nacional de la educación. Apelamos a que el oficialismo revise su posición. El unilateralismo, el exclusivismo aplicado sobre una cuestión tan delicada como la educación de nuestros hijos, no tiene justificación alguna. Pensamos a la educación como el diferencial de la sociedad uruguaya; una sociedad equitativa, solidaria e igualitaria en el acceso a las oportunidades. Pretendemos que sea la educación el gran instrumento de justicia social, habilitando a la verdadera libertad, la de construir uno mismo el destino de su vida.
Hoy la situación es otra. La educación pública presenta una multiplicidad de carencias; desde lo edilicio, hasta la sobrepoblación de alumnos, el ausentismo docente y la falta de recursos didácticos. Estas y otras son las insuficiencias con la que nuestros maestros y profesores deben convivir; solo el esfuerzo y dedicación de los docentes logra mitigar todas estas circunstancias. Sin embargo, a pesar de la tarea de nuestros docentes, la brecha de calidad entre la enseñanza pública y privada, aumenta.Como sociedad no nos podemos permitir “condenar” a unos y “salvar” a otros por provenir de familias de distintas posibilidades económicas. Aspiramos a una sociedad justa y solidaria, donde cada uno pueda ser responsable de la construcción de su destino, en base a sus méritos, al esfuerzo de sus capacidades. No queremos escuelas de pobres y otras de ricos; no podemos permitir que algunos “compren” su destino, sino que debemos lograr que todos lo puedan construir con igualdad de oportunidades. Este es el gran objetivo de la sociedad, y para generar esa igualdad de acceso a las oportunidades la educación juega el rol principal. Es tan relevante el propósito que supone superar a las visiones cortoplazistas, los enfrentamientos partidistas y los corporativismos. Se impone un acuerdo nacional sobre educación, una verdadera política de Estado. El modelo del sistema educativo condiciona la propia conformación de la sociedad. Debemos estar todos convocados a esa tarea. Elegir un camino diferente, optar por construir un sistema de educación en sin escuchar a todos, sin permitir opinar e incidir sobre él, es un error en la estrategia de país que debemos generar. El proyecto de ley del Poder Ejecutivo es negativo en forma y sustancia. Carece de una concepción integral del sistema educativo, vulnera la autonomía de la enseñanza y el principio de laicidad, priorizando una puja de poder al interior del sistema. Es malo en su forma por desconocer el sentido nacional del tema. No permaneceremos estáticos frente a los intentos por parcializar a la educación. El Partido Nacional recurrirá a todos los instrumentos que la Constitución y la ley brinden para defender la visión nacional de la educación. Apelamos a que el oficialismo revise su posición. El unilateralismo, el exclusivismo aplicado sobre una cuestión tan delicada como la educación de nuestros hijos, no tiene justificación alguna. Pensamos a la educación como el diferencial de la sociedad uruguaya; una sociedad equitativa, solidaria e igualitaria en el acceso a las oportunidades. Pretendemos que sea la educación el gran instrumento de justicia social, habilitando a la verdadera libertad, la de construir uno mismo el destino de su vida. http://www.montevideo.com/ de la fecha por el Dr.Jorge Larrañaga.

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