Una catarsis y una esperanza mientras no parece retroceder el mórbido avance de la pandemia por C-19.
Tristezas novicias en la gris Montevideodía testimonial del año que se escabulle,
callejeando linyeras el diario merodeo
cuando la vírica peste aún no concluye.
Lamento episcopal del canto gregoriano
en canoras lágrimas de musicales monodias,
ecos catedralicios incluidos orfeones de Soriano,
silenciando los troveros, risueñas sus parodias.
Nueva ola moja al enfermo, hominoide planeta,
ahogado en la asfixia de los cotidianos barbijos
mientras padecen sus lutos, las abuelas y los hijos.
Exorcismos reclaman rituales en años de negra yeta
apocalipsis final del nefasto Calendario Gregoriano.
¡Venga ya la resiliente asepsia del mesías Feliciano!
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