-El anatema de la caterva-

La Libertad entre las barricadas, obra de Gericault.



No conozco de horas ni de edénicos senderos
cuando muy absorto camino manso junto al río,
flojas y agotadas las mochilas y cuerinos aperos
y allá lejos, en la brumosa distancia, diviso el caserío.

El pensamiento domina in totum los pasos corporales
apenas ardientes calores de febrero sonrojan la piel
con el monte umbrío en desdén de frescos manantiales,
ni llaman los dulzores del camoatí, muy ahíto de miel.

En súbito me llegan los rituales del solapado igualitarismo
zumbante anatema social que aboga cortar las diferencias
como si la lid proletaria la resuelve prioritario el animismo,
ausentes los ardores de la voluntad y el saber de las ciencias.

“Nada de talentos y virtudes”,¡oh el abanderado va por sorteo!
edicto de tramposa fraternidad pregona sociedad universal,
explosión parasitaria, miseria generatriz en clan del reserveo,
astuto Poder del oligarca hacia el pobre en desahucio intelectual.

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Ciertas Constituciones reconocen y ameritan dogmáticamente una sagrada desigualdad al distinguir en sus textos el valor social de "los talentos y las virtudes". En tanto, en otras normas o movimientos ideológicos, no emiten nada de "talentos y virtudes"" :Son asistencialistas del desvalido, sin reclamar retornos ni garantías por lo que se le ofrece al pordiosero. Secundarizan los reconocimientos al derecho premial. Socavan enterezas y sacrificios. Igualan por la bajo con sus procederes perversos y consiguen que el pobre siga en su vulnerable exposición,vida decadente condicionada a limosnas. Una apostasía de la Justicia clemente y pura. Juego miserable de azar por y para decadentes, el que "da" y el que recibe. Otra cosa es la equidad, no la mera "igualdad", candado a eternizar el pobrismo.