¡ Aristófanes fue el Primero!
La gente, no hay caso, necesita comunicar ideas, pensamientos, hechos, pues la humanidad es gregaria, convive en grupo.Robinsoe Crusoe - personaje de semi ficción- no hubiese necesitado hablar en su Isla solitaria frente al Pacífico chileno.
En ese intercambio de interlocutores no siempre se coincide:Nacen las polémicaas, que algunas se ofrecen tranquilas, siguiendo normas arregladas o disciplinadas a las que impuso el siglo XVII con la Etiqueta y el Protocolo con sus precedencias urbanas y civilizadas. Pero en otras la pulsión afectiva hace levantar los tonos y el asunto curte tonante e irascible.Ríspido.Me consta.
En ese intercambio de interlocutores no siempre se coincide:Nacen las polémicaas, que algunas se ofrecen tranquilas, siguiendo normas arregladas o disciplinadas a las que impuso el siglo XVII con la Etiqueta y el Protocolo con sus precedencias urbanas y civilizadas. Pero en otras la pulsión afectiva hace levantar los tonos y el asunto curte tonante e irascible.Ríspido.Me consta.
El dedo del corazón, del índice, bien erecto, punzante en el espacio y orientado hacia un blanco u objetivo, mientras el resto digital se acurruca para sostenerlo solidario y darle fueza a su proósito indicativo de penetrabilidad.
Es el dedo ideal o más práctico en esta última materia de incisividad, que así se le usa para descargar alguna molesta mucosidad en las narinas, o de repente la cera en el embudo del oído.También se lo puede introducir en la concavidad que sea necesaria pues es polifuncional.
Cuando polemistas están en el alto agravio de sus intenciones y uno de ellos cree que metió un impacto retórico, lo acompaña con el gesto señalado. El Hombre, para comunicarse, antes de hablar articuladamente, empleó gestos y, luego que dominó el lenguaje, aquellos siguieron acompañando fraternal y necesariamente a las palabras hasta nuestros días. Se debe ayudar solidariamente al cerebro pensante a conseguir el propósito de la persuasión comunicante.¿O no?
Y aquí está, el Gran Indicador, en posicicón de misil que no en vano algo tiene alta carga de agrevisidad, traviesa, humorística, y siempre acusadora. Hay que bancárselo, y si s pretende que vuelva al guante...hay que tener mucha garra e inteligencia...y tributar al antagonista una devolución con suprema sentido del humor negruzco.
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