En el zoológico humano hay jaulas para todos según su condición de multi diversidad.

En la semana anterior anduvo por Montevideo el Sr. Daniel Santillán conductor televisivo argentino de programas de bailes populares, aunque ahora imprevistamente y más conocido por su participación en el show imperial del rating del Río de la Plata, "Bailando por un Sueño". Estuvo acompañado por la riverense uruguaya Virginia Doobrich, partenaire en el baile, y el propio coreógrafo de la pareja rioplatense que debe hacer,seguramente, malavares para mimetizar y acotar el pródigo tonelaje del varón.
El trabajador del espectáculo vino a aprovechar la fama efímera de estos formatos-lo cual está bien pues cada cual vende en el mercado libre lo que quiera si hay alguien que puede pagarlo-y nuestos compatriotas capitalinos no permanecieron, algunos, ni la prensa del ocio, insensibles ante la coptación que hoy impregnan las artes mediáticas de los mass media en su formidable dossier de la intermediación hipnótica entre el emisor y el receptor de los mensajes comunicacionales por cátodos electrovisivos de los chips del silicio.
Ya es de común recibo señalar la epidemia de culteranismo que arrasa a buena parte de nuestra sociedad, ácidamente crítica con la calidas de los modelos de la compañía "Ideas del Sur" y sus ofertas cuyo prinmcipal ejecutivo es un señor llamado Marcelo Tinelli .No obstante,medio mundo está religiosamente prendido y conoce al detalle la última sentencia que excluyó a alguna pareja de la danza, desplazada por el lote que queda aguardando eludir esas mismas instancias descalificadoras hasta que quede el ganador final, poco menos que héroe nacional de la frivolidad.
Ahora la presencia del Sr.Santillán, alias "La Tota", hombre que padece como tantos uruguayos la enfermedad del sobre peso, pero que ha tenido la oportunidad de trocar esos riesgos a sus órganos de fisiologías corporales en ventajas que él conocerá, y algunos audazmente intuimos, motivó otra vez la cantinela repetitiva de lo "culto" en colisión con lo "vulgar", del "yo nunca lo veo...pero una vez por casualidad sí", entre quienes se salen de vaina para sacar el filoso facón de la censura torquemadesca y quienes , ingenuos o solventes, entienden que se atenta contra el liberalismo de opciones sustentadas en derechos a cortar los capítulos del largo ciclo.
Porque en un zoológíco humano caben todos los especímenes dentro de la gran biodiversidad afín a la especie, ubicados en jaulas diferentes.Si todos fuesen "lindos" y "rubios", con "ojos verdosos", resultaría cansina la empalagosa y cotidiana reiteración.En la variedad está el gusto.A tal punto que un año ganó la Sra.Calabró el certamen de canto...¡qué no sabe entonar, ni ritmar...ni dominar el instrumento vocal! En baile las mejores jamás han ganado (me parece) como Fidalgo y la propia dama del conductor. A mi el programa me convoca pues es sedante y en el instante en que exclusivamente se baila, hay bellezas y ritmos producidos con destrezas y cierta plasticidad artesanal que no será comparable a la exquisitez de Isadora Duncan,Ana Pavlova, Margot Fonteyn, Fred Astaire, Michael Johnson, Madonna,Santiago Ayala y Noma Viola, Julio Bocca, Maximiliano Guerra o el super ruso Rudy Nuruyev pero que, por lo menos entretienen. Las ordinarieces complementarias, exigen el blindaje de cada cual, y para ello hay diversas metodologías profilácticas y preservativas para quienes se vean heridos en su sensibilidad profunda.Más revulsivos me resultan,eso sí, los intentos de censuras desde el Poder, que en general comienza por esto, luego por lo otro, después por aquello y, de repente, nos han encarcelado el alma.Y otras cosas que viene en el paquete de la intromisión coactiva.
Algo que no entiendo: Si se le teme tanto al poder del tinnelismo invicto ¿para qué gastar esfuerzos de tantos estamentos en movilizaciones para obtener millonadas del 4,5 del P.B.I a favor de la educación, actividad que por definición pretende imponer excelencias y eliminar excrecencias? Si no se lo puede contrarrestar, no dilapiden entonces fortunas de antemano los angelicales y fogosos restauradores de la cultura y destínenlas, por ejemplo, a enfermeros y a policías.