miércoles, 9 de abril de 2008

Las Verdades no son Predicciones ni Ficciones, sino Dudosos Anticipos Funcionales a Constatar.

Un volcán arroja más dioxinas que toda la humanidad en su actividad industrial.

Entre los fenómenos solares y la industria humana, se fundan las hipótesis del mayor recibo para explicar el cambio climático en el planeta.



En 1949 debuté como escolar en el Primero Año de la Escuela No.4 “José Artigas” de Mercedes. Hace 59 años.¡Cómo pasa el tiempo con recuerdos tan frescos!
Recuerdo del Libro Primero de Lectura de Humberto Zarrilli , páginas inolvidables y los iniciales pininos juguetones con el abecedario. "Adiós a las vacaciones", decía uno de los primeros títulos. Desde la ventanilla del ómnibus un veraniego Tito, el personaje, junto a su hermana Anita, daba el adiós a las olas y a la arenosa playa recreativa.
Luego, el otoño. El niño ahora se dibujaba en el libro muy arropado, con bufanda, en medio de fuertes brisas que estremecían las copas arbóreas desnudándolas de sus hojas, la mayoría girando al viento en medio de una lluvia inmisericorde. Era marzo y la figura globalmente se acompasaba con la veraz realidad del tiempo otoñal de aquellas décadas del medio siglo XX.
Hoy la imagen estaría fuera del actual escenario meteorológico normal.Marzo se corrió irremediablemente al verano total. Abril también. Los veteranos solemos decir, y con razón, “veranos eran los de antes”. Sólo tres meses: del 21 de diciembre al 21 de marzo. El cambio climático esta ahí, cambiando las antiguas memorias gestadas en la infancia.
Me imagino que idéntica sensación de transformación incontrolada debieron sentir en la vieja Europa de los Pirineos y los Alpes los pobres cavernarios Cro Magnon de Altamira y de Lascaux cuando, compulsivamente, debieron emigrar hacia el norte detrás de los renos que los glaciares retrocedían, modificando el clima con sus efectos zoológicos y botánicos sobre la fauna y la flora.
Las modificaciones, las advertencias científicas, las hipótesis de las más diversas sustentaciones , no siempre confiables, sobre la temática de marras han avivado mis preguntas interiores:

.El cambio climático, ¿quién lo produce?
.Recurrentes fenómenos geográficos y cosmográficos, tal el ciclo de la actividad solar y otros “etc.” que uso el apócope de “etcétera” como camuflaje porque los desconozco y ni sé si existen y, en caso de que así fuese, ¿cúales serían como portantes de los más graves y urgentes desafíos?
.¿Todo se debe a la actividad humana industrial?
.¿O a la suma de los dos factores?
.Y en caso de que sea así, la doble responsabilidad -antropológica y cosmográfica- sumatoria ¿cuál es la más incidente y en qué grados de influencia?
.Si fuera mayor la gravitación de lo cosmográfico ¿cómo nos arreglaríamos en nuestra primitivez de novatos navegantes del espacio?
.En lo antropológico, ¿todo el recetario está bien ajustado de acuerdo al contemporáneo saber de la ciencia sin quistes espurios de distracción?
.Las profilaxis médicas ¿son las favoritas del vademecum filosófico y económico de los centros de salud ante los desajustes sanitarios que se están padeciendo?

Las incertidumbres de lectores y escuchas de informaciones catastróficas crean expectativas.
Obviamente que lo más rico y sustancioso está en el cerno del tratamiento temático por probados especialistas que , en lo conceptual, actúen con probidad intelectual y que su estilo literario sea sugerente y animador.
Las predicciones están a la orden del día y tienen madre putativa en verdades actuales, más o menos constatables. Se anuncian algunas con cargada visión de denunciados salvajismos eto- ecológico y, también, mediante ficciones. Pero las verdades no son predicciones ni menos ficción, que ficción es fingir, a veces con tan buena puntería que los asertos resultan si no creíbles, “ben trovato”, señalara Orlando.
Es muy posible que algunas predicciones en órbitas antiguas y contemporáneas se hayan transformado en certezas. Dejémoslas que regocijen la fama del predictor ocasional, gloria actual o en la post mortem.
Pero otras, por el momento, no se han compadecido de su aleatoriedad. Marx previó la dictadura del proletariado y el capitalismo sigue con buena salud. Hitler el Reich de los mil años fue pitoniso de los dioses del precoz ocaso que ni tuvieron un Olimpo de una mínima docena de años. Artigas testimonió que alguna vez se levantará el tribunal severo de la nación el que hará justicia equitativa para todos. (No se lo cuenten a un jubilado verdadero de 2 mil pesos mensuales…que hay muchísimos en el país). Nostradamus fue el más astuto de todos: usó mensajes y predicciones criptográficos edulcorados que pocos entienden o inventan bajo forceps. Son las tretas del francés, tal los horóscopos funcionales vigentes para alienadas mil vidas diarias simultáneas que respirarán, sin embargo, episodios cotidianos encontrados y, nunca, aproximadamente similares.Pero creen y actúan bajoel mandato del augur. -“¡¿Por qué no habla claro!?”, le recriminaron. Contestó que lo hacía para disminuir la fricción de temores que encerraban sus sofismas transgénicos. Malthus dio a los suyos hasta expresas formulaciones futurólogas en una relación de progresión geométrica ( 2...4...16...256...) del aumento de la población contra el crecimiento aritmético( 2...4...6...8) de la capacidad de producir alimentos. Conclusión: el quiebre se emparejaría con muertes, guerras, epidemias y hasta con antropofagias, pero sin la fantasía carnívora que escribió Harry Harrison por 1960 con esas hamburguesas de glúteos homínidos. Le erró el malthusianismo.Vino la revolución tecnológica y verde, aunque falló la política porque la distribución de las proteínas se hizo infame y desigual. Las hambrunas persisten, aunque alacenas privilegiadas estén ahítas de comestibles ociosos.
Ahora se aguardan dos predicciones de igual destino, aunque de diversa procedencia epistemológica. Carl Sagán, por decir un horáculo que se lee mucho, nos habla del fin del sistema solar cuando el astro engulla a sus satélites planetarios dentro de tres billones de años. En tanto, el más famoso de los libros judíos, que luego asimilaron los cristianos, anota un Apocalipsis con monumentalidad de jinetes al galope y un ecuánime juicio final redentor, para unos, no para otros.
En la performance precognitiva de la ciencia, se habla de un big rip si la catástrofe se produce por expansión infinita del universo; y big crucher si por explosión de una masa super concentrada. No estaremos para constatarlo. Pero sí para seguir conociendo más predicciones renovadas, mientras “el mundo sigue andando”, dijera Gardel mediante los versos del brasileño Alfredo Le Pera.

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