martes, 7 de octubre de 2008

Con los números a otra parte...

Esa multitud no sabe ella misma qué es,ni qué pretende.Lo supo, pero ya en el Poder sus líderes se fueron a baraja.


Con la ciencia Matemática, en tanto ciencia instrumental, se puede y se tiene que sustentar el ejercicio del arte de gobernar.El “buen manejo de los números” es fundamental, pongamos, en los Ministerios para presupuestar los gastos e ingresos de la nación, su justa, ecuánime y necesaria distribución pragmática, para los ahorros, las inversiones, los impuestos, etc.
La Matemática, por ciencia se maneja con ciertos criterios o leyes generales que se van concatenando y forman un Sistema orgánico sin lagunas, razón de su superioridad cuando se aplican sus enseñanzas a ciertas parcelas de la realidad, en verdad en muchas y muy importantes. Aunque no en todas. El carpintero lo sabe para ahorrar madera pues el "cuadrado de la hipotenusa es igual a la suma del cuadrado de los catetos". También le sirve al agrimensor esa misma ley geométrica...Por ende no hay buena Política sin buena Matemática. Pero lamentablemente, las fenomenologías no siempre son así. Si Ud. sistematiza exageradamente fuera del correspondiente contexto, puede cometer serios errores. Eso lo enseñó Carlos Vaz Ferreira en sus intentos que hoy se revitalizan de promover el olvido del buen pensar criterioso.Si aplicamos, por ejemplo, esa premisa o axioma matemático que rige la operación denominada Multiplicación referido a que el “el orden de los factores no altera el producto” 3 x 4 ó 4 x 3 es siempre igual a 12-, sería lo mismo que fuese Primero en la puja de actualidad, el “factor” Astori y luego el “factor” Mujica” o, al revés, que nada cambiaría. Primero “Mujica” y luego “Astori”.Y no es así: la Política es solo parcialmente Matemática.Y entonces dentro del humano conocimiento de las opciones ¿a quién se debe apelar? Puede ser a la propia Matemática: Se vota y el que tenga más papeletas es el “primer” factor. Y chaú. ¿El segundo?…que con el segundo lugar se conforme…que sería lo mismo en la coherente identidad ideológica ya que están, suponemos, en un mismo partido llamado F.A. y no, por definición unitaria del término, en retazos de los cielos que nada iguala a su lucir, su lucir, en la creencia estética de sus parroquianos.Salvo que debilidades humanas de soberbias lo impidan, las que no pertenecen ni a la Política ni a la Matemática y sí a la Psicología profunda.No obstante las mayorías numéricas, pese a la cándida ideologización democrática, no siempre garantizan idoneidad frente a minorías, que también participan de algún cantón de la verdad universal. Ni en el fútbol, todo un universo, que diez o nueve le ganan algunas veces a un cuadro entero pues aparecen otros valores en los menos, aunque estos no hayan pasado por la Academia de Pitágoras ni en la de todos los numerólogos. Son esos “otros valores” –no medibles numéricamente-los que apabullan de aprensión al Frente Amplio. Mujica tiene los números, es su propietario, y eso que no es contador de aritméticas y sí contador de fantasías no cumplidas. Pero alguno otros entes están escriturados a favor de Astori que Mujica no los posee.¡Qué se arreglen como puedan!...sin Matemáticas o con ellas, que el país, mal o bien igual sobrevivirá hasta que venga, dijera el General Artigas, ”el Tribunal severo de la Nación que administrará Justicia equitativa para todos”, aún todavía ausente con manos derechas y manos zurdas. Pero la conmixtión, mezcolanza y cocktail, de las resolución que surja del enjuague "Mujica-Astori / Astori-Mujica" siempre traerá ineveitables remesones en la geología sísmica del Uruguay político,acosándonos a sus habitantes:El problema es que los habitantes, por tales, se van cuando quieran;sólo los ciudadanos quedamos...y ¡la quedamos!
El problema es angustiante para el pais y su sociedad. El F.A en sus praxis es neoliberal, pero fatigadas reminiscencias mentales izquierdistas que el gozo del Poder borró, todavía no anquilosadas, lo tornan socialista en el rótulo oficialesco. Cuando juega a ser socialista -para demostrar externamente que que no es neoliberal- se le va la mano y arremte contra el personalismo y mete la mano en vuestro bolsillo de trabajador o jubilado. Pero le sobreviene otro drama:no sabe si es socialista a lo Lenín o a lo Saint Simón, y en esa confusión encalla. Termina siendo ni chicha ni limonada y, por ejemplo, sus ministras, sí, sus mujeres, por psicología maternal, más sensibles, festejan la desorientación por la vía gestual del exhibicionismo y "culto a la personalidad", en Tel Aviv culebrando sus aparatos esqueléticos y musculares subidas a las mesas de nocturnales "Dancing" o, en Montevideo, haciendo revistas de tropas a caballo como en los tiempo de los Grales. Máximo Santos y Venancio Flores. Si viviera Juan Manuel Blanes ¡qué cuadros ecuestres se mandaría! en estos tiempos en que parecería estar de moda la equinoterapia.Claro, no necesitamos cuadrúpedos para gobernar.Solo bípedos compenetrados con lo suyo, sin tener que trasladar las incompetencias propias a culpabilidades de inocentes que son terceros excluidos.

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