-¿Por qué se debilitan los Clientelismos Populistas?-
Todo lo que sube, baja.Es la ley cósmica y terráquea.No está mal eyectarse y, hasta en ciertas peripecias existenciales, es deseable el despegue. No está mal descender que el cambio de estado es también de pertinencia ineludible. Claro que es bueno bajar con dominio dentro de una buena pista. Se aplica a la aviación.O a la política.El Uruguay ya exhibe contundentes señales que se aproxima el descenso de un avión que viene con el tren de aterrizaje averiado.
La Torre del Control social indica que es la hora de corretear buscando el suelo pues arriba no se puede volar más. Se han dañado los motores y la propia perturbadora entropía señala el fin de un viaje que fue, al comienzo, esperanzador para tantos viajeros. Terminó siendo un colapso para las desencantadas y apremiadas mayorías
La Torre del Control social indica que es la hora de corretear buscando el suelo pues arriba no se puede volar más. Se han dañado los motores y la propia perturbadora entropía señala el fin de un viaje que fue, al comienzo, esperanzador para tantos viajeros. Terminó siendo un colapso para las desencantadas y apremiadas mayorías
Los acontecimientos tristes de estos últimos días- no digo ya de una década,un año, un mes o una semana- son claros por sí indicadores generales de una perturbación atmosférica muy dura y riesgosa para las coordenadas del país.
Se agotó el modelo.Es la hora de otros aeronautas.Ya las turbulencias recorrieron la Argentina, el Brasil, Francia las está sufriendo y en España la primera región "afectada" fue Andalucía.Se caen las em-bajadas populistas.
***
Para el caso de Andalucía, España, el análisis que leerán en modo entrecomillado pertenece a la periodista liberal y pólitóloga Cristina Losada del diario “Libertad Digital. es”-03.12.18- tras la derrota fáctica del socialismo español en las elecciones autonómicas del poblado territorio andaluz. Ocurre cuando muy pronto se aproximaban cuarenta años de predominio absoluto del P.S.O.E. Se trata de algo similar , aunque no tan contundente en esa región mediterránea ibérica, aunque sí esclarecedor, a lo ocurrido recientemente en el Brasil del victorioso Bolsonaro. O a la la caída de Fernández de Kirtchner en la convulsionada Argentina. Dice Losada:
Se agotó el modelo.Es la hora de otros aeronautas.Ya las turbulencias recorrieron la Argentina, el Brasil, Francia las está sufriendo y en España la primera región "afectada" fue Andalucía.Se caen las em-bajadas populistas.
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Para el caso de Andalucía, España, el análisis que leerán en modo entrecomillado pertenece a la periodista liberal y pólitóloga Cristina Losada del diario “Libertad Digital. es”-03.12.18- tras la derrota fáctica del socialismo español en las elecciones autonómicas del poblado territorio andaluz. Ocurre cuando muy pronto se aproximaban cuarenta años de predominio absoluto del P.S.O.E. Se trata de algo similar , aunque no tan contundente en esa región mediterránea ibérica, aunque sí esclarecedor, a lo ocurrido recientemente en el Brasil del victorioso Bolsonaro. O a la la caída de Fernández de Kirtchner en la convulsionada Argentina. Dice Losada:
-“¿Qué ha pasado entonces? ¿Por qué ahora? Las causas latentes de la derrota socialista, que derrota es, pese a lo que dice la derrotada, estaban ya ahí ( referencia a la veterana candidata Díaz que mantendrá aún debilitado Poder al no contar con mayorías en manos ahora de los partidos de oposición).Como suele ocurrir.
El clientelismo, finalmente, ni favorece a todos ni lo compensa todo.
El precio de una Administración puesta al servicio de mantener, por la vía de los favores, a un partido en el poder son las trabas a la prosperidad.
Cuando el partido en cuestión ya ni siquiera se ocupa de garantizar unos servicios públicos eficaces, el coste para el ciudadano sube. Cuando la fiscalidad se dispara, sube más. Cuando la corrupción, acompañante habitual de ese estado de cosas, se instala impúdicamente, el precio se vuelve intolerable. Pero todo esto ya estaba ahí en las elecciones anteriores.En 2015, el PSOE andaluz recibió un rasguño. Importante, pero no letal. Las elecciones fueron en marzo, fecha en la que aún no habíamos estrenado la fragmentación. Díaz las adelantó; es lógico suponer que quiso evitar el efecto arrastre de lo que se veía venir. Entonces estaba al máximo, en España, la inquietud por la corrupción. Irrumpió ahí “Podemos”( Partido Político de ultra izq.), el “Podemos” que bramaba contra la casta. Y entró el reformismo de “Ciudadanos” (Otro partido nuevo, quizás de Centro). De modo que el binomio corrupción y crisis, junto al resto de causas latentes, le hizo mella. Pero no barrió al PSOE (Socialismo español) del poder. Sólo – ¡sólo!– empezó la decadencia.La decadencia se puede arrastrar un tiempo. Hasta es posible revertirla. Pero un día, un acontecimiento, incluso uno que en teoría no debía influir tanto, precipita la caída: un sistema de poder deteriorado se viene abajo. De pronto. De manera inesperada para los que administraban en beneficio propio la decadencia: la decadencia de la región más poblada de España. Porque sin decadencia, el clientelismo no prospera.Si hay que buscar en algún lado el acontecimiento que ha precipitado la caída del socialismo andaluz, convendrá empezar a buscar en Cataluña. En el golpe separatista y en la posterior estrategia de apaciguamiento del Gobierno Sánchez. Cuando uno seguía la campaña andaluza, era evidente que los dos partidos de oposición de centro y derecha entendían que el asunto catalán era un tema electoral. Como debía de ser. Era un tema electoral andaluz por español. Un tema especialmente vivo en una comunidad donde muchos tienen familiares en Cataluña. Y especialmente lacerante para quienes más han padecido el desprecio del supremacismo separatista.”.-
***
Sigue la nota de Losada …pero ya concluyó el análisis en su esencia fundamental y comunicacional del aguardado fenómeno de la derrota socialista por el peso de causas afines al desquicio del gobierno y sus fatigas irreversibles.. Apela ahora la periodista a describir los factores de incidencia externalista presionantes exógenamente, circunstanciales, por su color local en exclusivo matiz español. En tanto, lo párrafos primarios tienen valor universal, útiles como prospectiva comparativa para cualquier país de paisajes análogos. (De repente para el Uruguay.)
El clientelismo, finalmente, ni favorece a todos ni lo compensa todo.
El precio de una Administración puesta al servicio de mantener, por la vía de los favores, a un partido en el poder son las trabas a la prosperidad.
Cuando el partido en cuestión ya ni siquiera se ocupa de garantizar unos servicios públicos eficaces, el coste para el ciudadano sube. Cuando la fiscalidad se dispara, sube más. Cuando la corrupción, acompañante habitual de ese estado de cosas, se instala impúdicamente, el precio se vuelve intolerable. Pero todo esto ya estaba ahí en las elecciones anteriores.En 2015, el PSOE andaluz recibió un rasguño. Importante, pero no letal. Las elecciones fueron en marzo, fecha en la que aún no habíamos estrenado la fragmentación. Díaz las adelantó; es lógico suponer que quiso evitar el efecto arrastre de lo que se veía venir. Entonces estaba al máximo, en España, la inquietud por la corrupción. Irrumpió ahí “Podemos”( Partido Político de ultra izq.), el “Podemos” que bramaba contra la casta. Y entró el reformismo de “Ciudadanos” (Otro partido nuevo, quizás de Centro). De modo que el binomio corrupción y crisis, junto al resto de causas latentes, le hizo mella. Pero no barrió al PSOE (Socialismo español) del poder. Sólo – ¡sólo!– empezó la decadencia.La decadencia se puede arrastrar un tiempo. Hasta es posible revertirla. Pero un día, un acontecimiento, incluso uno que en teoría no debía influir tanto, precipita la caída: un sistema de poder deteriorado se viene abajo. De pronto. De manera inesperada para los que administraban en beneficio propio la decadencia: la decadencia de la región más poblada de España. Porque sin decadencia, el clientelismo no prospera.Si hay que buscar en algún lado el acontecimiento que ha precipitado la caída del socialismo andaluz, convendrá empezar a buscar en Cataluña. En el golpe separatista y en la posterior estrategia de apaciguamiento del Gobierno Sánchez. Cuando uno seguía la campaña andaluza, era evidente que los dos partidos de oposición de centro y derecha entendían que el asunto catalán era un tema electoral. Como debía de ser. Era un tema electoral andaluz por español. Un tema especialmente vivo en una comunidad donde muchos tienen familiares en Cataluña. Y especialmente lacerante para quienes más han padecido el desprecio del supremacismo separatista.”.-
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Sigue la nota de Losada …pero ya concluyó el análisis en su esencia fundamental y comunicacional del aguardado fenómeno de la derrota socialista por el peso de causas afines al desquicio del gobierno y sus fatigas irreversibles.. Apela ahora la periodista a describir los factores de incidencia externalista presionantes exógenamente, circunstanciales, por su color local en exclusivo matiz español. En tanto, lo párrafos primarios tienen valor universal, útiles como prospectiva comparativa para cualquier país de paisajes análogos. (De repente para el Uruguay.)
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