Rambla, sobre Avda.Asencio de Mercedes,13 de diciembre de 2018.
EL COMBATE DE LOS CIELOS
Estoy solo cuando cruzo doliente el desierto de mis horas,
Crucigrama de venturas por las penas de memorias sonoras. Tú acompañas las tristezas del amor furtivo, Retorno que alivia los pesares del camino, Fantasía inconclusa del feroz golpe de la duda Que en el alma estéril y quebrada ya se anuda. ¡Aleluya, Aleluya! Razón de las nostalgias benditas Que desde los blancos agapantos de la Rambla, ¡Todo, todo! es la caricia fluvial que se ensambla En las cimbreantes caderas de bonitas chiquilinas… Acerada garra maldita atrapa la soledad de los instintos Mutilando esa locura tribal de las tímidas voces, Sensual beso heroico de rojos labios indistintos, Permuta restringida al placer carnal de los goces Mientras los acuosos espejuelos de la mente Saludan la calma vespertina…azul que brilla silente… De pronto, jueves caliente de muy fatídico género Oculta la ciega ira en callejeros toques de Jazz. Mercedes ingenua tributa esmeros al alegre viajero Diáfano y muy cálido el cielo por toda la límpida faz. Promedia la tarde, fin de la tregua, ya muy locas las Furias Ojos céleres lanzados a iracundo combate en el cielo Que aprestan los Titanes anuncios de graves penurias. Ciclón y anticiclón confrontan la fuerza de sus bélicos velos. Del azimut nadie concede leve ternura, menos San Pedro, Y en su trono predilecto, contempla la lid de los meteoros. ¡Vaya! Madera noble para su silla, tirando al suelo mi cedro, Techos, antenas y cables, salvaje fuerza de aéreos mil coros. ¿A quién atribuirle tanta selecta y silvestre maldad? ¿Acaso venganzas y celos en gris por culpas y excesos? ¿Reclamas Madre Natura, piedad en besos austeros? ¡Sí, Santa Lucía en tu día, venga a nos la Piedad!
a.s.s.
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