Reminiscencias Atávicas de Migrantes al Son de los Goles del ¡ U-ru-gua-yo! y en la Poesía de la Diáspora de Sonia Fernández.
No obstante son las Ciencias Sociales las que han tomado la responsabilidad acadèmica con sus cientistas mediante afanes analíticos para extender la comprensión de la diáspora , mensaje, y caracterizar el peregrinaje.
Un migrante tiene ante sí dos rostros.El del emigrante y del inmigrante. No es un inocuo vocablo de sugerencias homofònicas creado para el uso indistinto e inicial de la "e" o de la "i". El de emigrante es la resultancia del que se irá o va yendo tras la decisoria resolución de abandonar el terruño en un acto que lleva implícito el corte heroico de dejar afectos y paisajes, familiares y amigos, mientras refulgen incertidumbres y fortalezas anímicas ponderadas. Ellas deben ser, sin duda, magnetizadas de rupturas con el pasado, sin imágenes de impensables retornos, por más que se esté apostando -quizás en algún lugar del corazón- a un regreso triunfal post logros de aquellos objetivos prioritarios instalados en las primarias esperanzas.
El inmigrante, en tanto, es el que ya llegó al pago desconocido. Al real y concreto. No al de las informaciones caseras del aprestamiento .Es el tiempo de pisar la cancha declaradamente ajena. La moratoria de expectativas comienza a ser ahora convulsivas luchas y acomodos al desconocido ambiente de recepción. Que podrá ser hostil, amable, neutro, confuso. Que lo pone a prueba, sabiendo que si mira hacia atrás frente al acoso de preliminares sinsabores …devendrá en estatua de sal¡Y eso no lo quiere que, por ello, hizo la tensa punción transmutativa de emigrante a inmigrante. Allí están los molinos. Desafiantes e inmensos.Y debe cargar contra esos gigantes en divina locura, dentro del reinado de la realidad sin ninguna fantasía alienante que debilite sus energías.Hacerse fuerte con el bálsamo incluido de algún furtivo lagrimón, húmedo o seco, refrescando los calores de la agobiante lid.
…
Cada cual sabe a su intimidad el diagnóstico de la aventura que emprendió años atrás con el corolario de sus avatares.
Corren y crecen en su torno los hijos pequeños que llevó al nuevo nido de fijación, o los que trajo al mundo para que porten dos cartas de ciudadanía y un acento en el habla que no es el igual al primitivo suyo.
Sea cual sea, es posible que la valija que quedó a medio preparar muy cerca del living, se archive, como dice el tango, en el desván. Para siempre.
Y seguramente quedarán hibernantes ,como dormidas, esas reminiscencias atávicas de la patria genésica hasta el momento de cada ocasión en que se dé y escuche una alarma específica . Recrean por doquier toques de evocación que tienen el dulce encanto de una momentánea fuga al pasado, otra vez vestido de presentismos.¿La excusa.? ¿El estímulo? Los más variados!
Para los uruguayos en Europa,y especialmente en España, lo fueron los goles de Forlán el que ya va perdiendo su identificación nominal de cédula montevideana y es el héroe deportivo magno al cual se le reconoce por su gentilicio.¡U-ru-gua-yo! ¡U-ru-gua- yo! Y la alegría singular es para Diego,indudablemente; pero las emociones cenrtrífugas se transfieren haciendo blanco en todo uruguayo migrante. Placentera sensación que revivifica, que implota íntimos fulgores de raigambres profundas que ocultas parecían.
Todavía el ícono reúne rasgos de ciertos valores actitudinales que los uruguayos pretendemos portar sin mayor esfuezo–porque así lo sentimos antropológicamente en efluvios de pueblo de demografía pequeña- vinculables a una postura del gran goleador plena de sencillez, de humildad y de simpatía generosa, que la gloria del exitismo, que trina pedante en demasiados espíritus de la globalización mundial, no le han erosionado las virtudes del recato.
Los uruguayos podemos reivindicar que Forlán es nuestro compatriota .Es nuestro. La piel se eriza cuando multitudes con extranjeros gritos corales en la dicción parlante, claman sones unánimes tras las reiteradas proezas del centrofordward.:¡U-ru-gua-yo! ¡U-ru-gua-yo!. ¿Sensación provinciana? Quizás. No nos importa.Gozamos ingenuos, sin maldad y sin ofender.
Antes de ayer hice una charada sobre Diego, acompañada por una foto en la que se le ve con sus colores del Atlético Madrid, ,la Copa European League en ristre y rodeado su atuendo de gladiador por el sol y las nueve franjas bicolores del pabellón nacional del Uruguay.
Llegaron –especialmente de España- comentarios a mi sitio de facebook mercedario, los más desde compatriotas residentes en la pensínsula ibérica. Una señora me contaba que sentía un orgullo infinito cuando en el ómnibus descubrìan que su pequeño hijo era de la misma nacionalidad de Diego. Inmediatamente lo levantaban al niño en andas y cantaban, ahora en la ocasión reciclado en diminutivo parvular, el ya atronador eco actual del río Manzanares ¡U-ru-gua-yi-to!¡U-ru-gua-yi-to!
He aquí otro muestrario de emociones confesas de gente en red:
Daniela Pardal:
Qué emoción sentir en tus oídos que gritan uruguayo y ver a Diego .
Forlàn con su bandera rodeando su cuerpo que es mi bandera también. Qué orgullo viva Forlán y viva el fútbol .Desde Coruña un saludo para todos los uruguayos del mundo.
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Sara Pereyra Barcelo:
Acá todos los colchoneros (atléticos)cantan ¡Uruguay1 Uruguay! Urugol!Urugol! Quién me lo iba a decir .Cuando llegamos en el 80 no sabían ni donde quedaba el paisito. Con él (fuimos) internacionalmente conocidos, ¡Gracias Dieguito!
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Humberto Mario Liotti Blanco:
Soy uruguayo y llevo 23 años en España, en Albacete, gracias por este triunfo, y felicidades para vos que te lo mereces. Quizás pudieras en algún momento enviarme una bandera uruguaya firmada por vos. Ahora vamos por la otra copa y dentro de poco con la celeste.
- o0o-
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1 comentario:
Edgardo me enviò este Comentario que transcribo textual:
.=Edgar Cadiac ha dejado un nuevo comentario en su entrada "Reminiscencias Atávicas de Migrantes al Son de los...":
Estimadisimo amigo, al terminar de leer su nota, me descubri a mi mismo asintiendo con cabezasos ritmicos... cuanta verdad en sus palabras.
Me vi frente a un espejo, Ud describe las sensaciones que yo personalmente como inmigrante he vivido en carne propia.
Ya no son los cuentos de los amigos, lo conocidos, o la lectura de alguna gazetilla que relata la vida como inmigrante, es la pura, la feroz, la implacable realidad la que debemos enfrentar.
En algunos casos matizada con algun pincelazo de buena ventura, tan necesaria muchas veces y tan esquiva por regla general.
En lo personal y familiar hemos sorteado los obstaculos y la experiencia ha sido positiva y beneficisiosa.
Los uruguayos no somos muchos ni adentro ni afuera del pais, pero somos visibles, nos conocen y valoran afuera a los que demuestran sus dotes, sus talentos y virtudes.
Hubo, si, que cortar amarras con el terruno,hubo, si, que dejar atras una miriada de afectos y de
cercanias, todo en pos de una decision tomada y de una batalla
en la que no cabia perder.
Llegamos a lo desonocido... debimos competir con los nativos, con el idioma, con la cultura diferente, con molinos reales e irreales. Debimos dejar incertidumbres arrumbadas y apelar a una fuerza animica que solo descubrimos en ocasiones extremas.
Pero aca estamos, venciendo miedos, y demostrando que pudimos, que lo que ayer fue una quimera hoy es realidad. Por eso nos gratifica cuando un de nostros un URUGUAYO como Diego en lo deportivo
o alguien anonimo en su lugar de trabajo deja en alto nuestra dignidad y decimos con orgulo es URUGUAYO.
Saludos, Alfredo, desde Canada, tierra que se ha convertido en mi segunda patria Tierra a la que tambien he aprendido a querer ya que me abrio sus puertas y me ha brindado oportunidades que creo he sabido aprovechar, tierra donde hoy reside mi "rama" familiar y donde han nacido mis nietos.
Un abrazo:
Edgardo Cadiac
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