Todo cambia...¿ Sí ?
* Todo cambia (¿o no?) ... menos las flacuchentas piernas de las manequins artificiales pues advienen ampulosas caderas, cinturas de avispa y fornidas piernas femeninas al estilo de Miguel Angel, musculosamente andróginas.
Toda cambia, y hay cientos de ejemplos para atestiguarlo. Se modifican los usos y costumbres; aparecen gobiernos de nuevos signos que el precedente; las tecnologías de la comunicación pasaron de las señales de humo o el tum tum de las Llamadas desde el Barrio Sur, a la velocísima fibra óptica; el veterano evoca sobre los veranos y asegura que auténticos eran los de antes, secos y sin lluvias inundantes; varones con varones y mujeres con mujeres se casan y cada vez sorprende menos; el Dios de un mismo Libro sagrado mandó matar sin compasión con una bomba atómica a Sodoma y Gomorra y otro prefirió matarse él en una cruz para redimir a los sodomitas y gomorreños.
En fin….todo cambia, y Mercedes Sosa lo celebra cantando desde un Mp3 como nadie aún.
Pero no todos comparten ni acompañan el aserto dogmático al que consideran solamente ilusorio.
El Eclesiastés reafirma en contundentes repeticiones que no hay nada nuevo bajo el sol y así creerlo es, dice, vanidad de vanidades.
Más allá de incoincidencias temporales, el químico Lavoisier niega el cambio y lo refuta: Nada se crea ni se pierde, sólo hay transformaciones.
También con otra conceptualización análoga, el antiguo griego pre pitagórico Parménides afirma que el movimiento no existe pues lo que troca de lugar dejaría un lugar vacío y ese vacío sería la Nada, pero si la nada es nada, no existe, ni siquiera puede ser pensada.
Pero no todos comparten ni acompañan el aserto dogmático al que consideran solamente ilusorio.
El Eclesiastés reafirma en contundentes repeticiones que no hay nada nuevo bajo el sol y así creerlo es, dice, vanidad de vanidades.
Más allá de incoincidencias temporales, el químico Lavoisier niega el cambio y lo refuta: Nada se crea ni se pierde, sólo hay transformaciones.
También con otra conceptualización análoga, el antiguo griego pre pitagórico Parménides afirma que el movimiento no existe pues lo que troca de lugar dejaría un lugar vacío y ese vacío sería la Nada, pero si la nada es nada, no existe, ni siquiera puede ser pensada.
Todo está quieto e inmutable, solo vemos apariencias…como los esclavos que veían pasar sombras exteriores imaginándolas realidades en la prisión de su mítica caverna que describió Platón, el idealista.
Otro griego antiguo se sumó a la tríada, Zenón de Elea y célebres sus paradojas. Una flecha jamás avanza en su vuelo pues en un momento está detenida en un instante de su recorrido, igual a su tamaño, pero todo el trayecto es entonces un enlace de sumatorias inmóviles, por ende siempre está quieta , sin que exista movimiento, mero engaño e ilusión de óptica para la mente pensante.
La muerte es democrática, nadie se escapa al suceso incambiable, por más que se levanten vistosos mausoleos en el primer cuerpo del Cementerio de Mercedes y en otros para las glorias momificadas de todos los tutankamones habidos y por haber.
Aquí en el Uruguay se pretendió el cambio político no privatizador de las empresas de pública propiedad, pero se siguen privatizando…por lo menos las aeronaves de Pluna y las limpiezas del Hospital Pasteur.
La moda -por esencia tan cambiante- vuelve siempre a lo mismo. Si se acorta la pollera, sube el cuello. Si baja este, se alarga la falda. Calcado el mismo juego, con Chanel o con Saint Laurent.
Ahora están de moda las extremidades rellenitas, como las gorditas modelos de Miguel Angel, de Tiziano y de Rubens y las caderas ampulosas de la Goulue de Toulousse Lautrec, y ya no se permite que desfilen en las pasarelas alfombradas de las Cibeles de Madrid o de la Plaza España en Roma las top models esqueléticas. Una vuelta a lo mismo, como en el tiempo de las Venus de Praxìteles o las de los primeros escultores de la prehistoria, siempre tan obesas.
Por eso las artificiales manequines del Shopping de Punta Carretas siguen con sus piernas anoréxicas….porque nada cambiará en tres semanas más. No es conveniente disponer nuevas esculturitas de yeso y plástico para efímera temporada de cambios en los talles estándares.
La muerte es democrática, nadie se escapa al suceso incambiable, por más que se levanten vistosos mausoleos en el primer cuerpo del Cementerio de Mercedes y en otros para las glorias momificadas de todos los tutankamones habidos y por haber.
Aquí en el Uruguay se pretendió el cambio político no privatizador de las empresas de pública propiedad, pero se siguen privatizando…por lo menos las aeronaves de Pluna y las limpiezas del Hospital Pasteur.
La moda -por esencia tan cambiante- vuelve siempre a lo mismo. Si se acorta la pollera, sube el cuello. Si baja este, se alarga la falda. Calcado el mismo juego, con Chanel o con Saint Laurent.
Ahora están de moda las extremidades rellenitas, como las gorditas modelos de Miguel Angel, de Tiziano y de Rubens y las caderas ampulosas de la Goulue de Toulousse Lautrec, y ya no se permite que desfilen en las pasarelas alfombradas de las Cibeles de Madrid o de la Plaza España en Roma las top models esqueléticas. Una vuelta a lo mismo, como en el tiempo de las Venus de Praxìteles o las de los primeros escultores de la prehistoria, siempre tan obesas.
Por eso las artificiales manequines del Shopping de Punta Carretas siguen con sus piernas anoréxicas….porque nada cambiará en tres semanas más. No es conveniente disponer nuevas esculturitas de yeso y plástico para efímera temporada de cambios en los talles estándares.
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