Nuevos Gritos en la Selva Urbana.
Habré pasado por allí tres minutos después del accidente. A las 15.28 de ayer en la intersección de la Rambla M.Gandhi y Tabaré pues aún el motociclista sin recuperar la verticalidad, caído y aplastado en la pierna por su vehículo, y algo menos la acompañante, se quejaba de dolores. La moto en el suelo, el auto detenido a un metro y el tránsito complicándose por la forzosa interrupción en la bocacalle.
No sé de quién sería la culpa: si de uno, si de otro o de los dos a la vez. Pero el suceso se repite con mayor intensidad cada vez más por todo el circuito urbano de Montevideo, constituyéndose ya en un fenómeno a multi diagnosticar, preparar estrategias y ejecutarlas.
Al rato llegó la ambulancia para el herido mayor. En tanto el congestionamiento desde el lugar continuaba con el desafinado concierto de cláxones y bocinas inquietas e impersonales, tal lo habitual en esos sucesos donde la paciencia no se compadece de nadie, esquilmada vaya a saber por qué tipo de urgencias.
….
La ciudad se extiende en horizontalidad y en verticalidad. Pero la horizontalidad afecta a los más, que en los vértices góticos hay más posibilidades de acomodarse al medio transformado.
Pero los “horizontales” tienen que viajar hacia sus trabajos y retornar a los hogares. El boleto omnibusera en sumatoria de viajes quita una fracción significativa a los ingresos y es una peripecia diaria.
El mercado ofreció de repente veloces vehículos de dos ruedas ,muy pero muy accesibles en precio y facilidades de compra..¡Bienvenido! En su medida también resulta a muy importantes sectores acceder a un autito del sub 90 rendidor y precio alcanzable con algún esfuerzo y un mocho a otro compromiso asumido con anterioridad.
Las que no han crecido en su medida es la capacidad de cupo de calles y avenidas y en horas picos el tránsito es un pandemónium.
En la comparecencia de riesgos por impactos en convulsionados y cada vez más pequeños trillos, goza de mejor protección un automovilista que el motociclista. Aquel tiene relativo blindaje en las chapas y fierros. Éste en la suerte y en la fortaleza de sus tejidos vivos. Llevará siempre, entonces, la peor parte.
Para colmo los nuevos transeúntes motorizados a dos ruedas son novicios que recién saben lo que es un motor. Se hipnotizan en el trance de la velocidad que muchas veces supera las posibilidades de los recaudos mecánicos del frenaje. ¡Pummm! y al suelo…Ulular de coches patrullas, de la División tránsito y después las Ambulancias a toda sirena y luces faro, sea día, sea noche..
Los demás no se conoce o sólo o se presume por el peso de la costumbre. Análisis de los expertos, sentencia, la intervención del Seguro, talleres mecánicos, y vaya a saber qué tiempo de recuperación sanitaria del accidentado, pérdida de jornadas laborales, cuando no de la pérdida mayor…
Si ya sé…falta el cierre formal a la charada con la abstracta y tan concreta observación
-“¡Hay que hacer algo!”... ante el nuevo fenómeno de la selva urbana.
No sé de quién sería la culpa: si de uno, si de otro o de los dos a la vez. Pero el suceso se repite con mayor intensidad cada vez más por todo el circuito urbano de Montevideo, constituyéndose ya en un fenómeno a multi diagnosticar, preparar estrategias y ejecutarlas.
Al rato llegó la ambulancia para el herido mayor. En tanto el congestionamiento desde el lugar continuaba con el desafinado concierto de cláxones y bocinas inquietas e impersonales, tal lo habitual en esos sucesos donde la paciencia no se compadece de nadie, esquilmada vaya a saber por qué tipo de urgencias.
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La ciudad se extiende en horizontalidad y en verticalidad. Pero la horizontalidad afecta a los más, que en los vértices góticos hay más posibilidades de acomodarse al medio transformado.
Pero los “horizontales” tienen que viajar hacia sus trabajos y retornar a los hogares. El boleto omnibusera en sumatoria de viajes quita una fracción significativa a los ingresos y es una peripecia diaria.
El mercado ofreció de repente veloces vehículos de dos ruedas ,muy pero muy accesibles en precio y facilidades de compra..¡Bienvenido! En su medida también resulta a muy importantes sectores acceder a un autito del sub 90 rendidor y precio alcanzable con algún esfuerzo y un mocho a otro compromiso asumido con anterioridad.
Las que no han crecido en su medida es la capacidad de cupo de calles y avenidas y en horas picos el tránsito es un pandemónium.
En la comparecencia de riesgos por impactos en convulsionados y cada vez más pequeños trillos, goza de mejor protección un automovilista que el motociclista. Aquel tiene relativo blindaje en las chapas y fierros. Éste en la suerte y en la fortaleza de sus tejidos vivos. Llevará siempre, entonces, la peor parte.
Para colmo los nuevos transeúntes motorizados a dos ruedas son novicios que recién saben lo que es un motor. Se hipnotizan en el trance de la velocidad que muchas veces supera las posibilidades de los recaudos mecánicos del frenaje. ¡Pummm! y al suelo…Ulular de coches patrullas, de la División tránsito y después las Ambulancias a toda sirena y luces faro, sea día, sea noche..
Los demás no se conoce o sólo o se presume por el peso de la costumbre. Análisis de los expertos, sentencia, la intervención del Seguro, talleres mecánicos, y vaya a saber qué tiempo de recuperación sanitaria del accidentado, pérdida de jornadas laborales, cuando no de la pérdida mayor…
Si ya sé…falta el cierre formal a la charada con la abstracta y tan concreta observación
-“¡Hay que hacer algo!”... ante el nuevo fenómeno de la selva urbana.
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