-Montevideo-
Platense estuario/
y bahiana Montevideo,/
un cerro te vigila/
conífero y enano;/
pequeña para metrópolis/
grande para aldea/
en tu áurea medianía/
eres aurora y noche/
del amor en merodeo./
Tu historia cíclica/
es nueva repitencia/
de penas y alegrìas,/
esperanza de migrantes/
ayer de Asia, Africa y Europa/
hoy trenzas y pieles caribeñas/
en tus ahítas calles y avenidas/
mientras notivagos hijos nativos,/
indecisos, exhiben pasaportes,/
lacrimales documentos,/
en aduanas y en aviones./
Padeces violación de las rejas/
y la libertad de los cerrajes,/
emites corales cantos mestizos/
de negros, blancos y lubolos/
repiqueteando las Llamadas/
retumbante candombe tamboril./
Bellas mujeres/
de mínimos vestuarios/
agraciados sus bustos/
con caderas avispeñas/
hermosean urbana tu figura./
Una lástima está latente,/
profundidad que se acrecienta,/
en la tensa grieta social/
por injusta y perversa distribución/
de la edáfica riqueza nacional:/
políticas de oscuras intenciones/
mitologías en pasiones ideológicas ./
Un celeste grito tremola vibrante/
en escenarios planetarios /
-vítores, redes y goles-/
refrescando cansinos deterioros/
desde unánime identidad./
La Providencia seguro que te mima/
y así como bella amas, Montevideo,/
divina beatitud en sanidad /
será ¡ grácil !tu bienvenida salvación.
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