jueves, 3 de diciembre de 2020

-Montevideo-

Platense estuario/ y bahiana Montevideo,/ un cerro te vigila/ conífero y enano;/ pequeña para metrópolis/ grande para aldea/ en tu áurea medianía/ eres aurora y noche/ del amor en merodeo./ Tu historia cíclica/ es nueva repitencia/ de penas y alegrìas,/ esperanza de migrantes/ ayer de Asia, Africa y Europa/ hoy trenzas y pieles caribeñas/ en tus ahítas calles y avenidas/ mientras notivagos hijos nativos,/ indecisos, exhiben pasaportes,/ lacrimales documentos,/ en aduanas y en aviones./ Padeces violación de las rejas/ y la libertad de los cerrajes,/ emites corales cantos mestizos/ de negros, blancos y lubolos/ repiqueteando las Llamadas/ retumbante candombe tamboril./ Bellas mujeres/ de mínimos vestuarios/ agraciados sus bustos/ con caderas avispeñas/ hermosean urbana tu figura./ Una lástima está latente,/ profundidad que se acrecienta,/ en la tensa grieta social/ por injusta y perversa distribución/ de la edáfica riqueza nacional:/ políticas de oscuras intenciones/ mitologías en pasiones ideológicas ./ Un celeste grito tremola vibrante/ en escenarios planetarios / -vítores, redes y goles-/ refrescando cansinos deterioros/ desde unánime identidad./ La Providencia seguro que te mima/ y así como bella amas, Montevideo,/ divina beatitud en sanidad / será ¡ grácil !tu bienvenida salvación.

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