domingo, 6 de agosto de 2017

EL CONTAGIO DE LAS SENTENCIAS

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Este fin y principio de semana anduve por Mercedes.Estaban fuertes las nostalgias de la separación circunstancial con mi ciudad de la nacencia.Es que ahora tengo constituidos dos domicilios, el mercedario y el montevideano.Amo a ambos.
Hablé en Mercedes con varios amigos de cuestiones comunes con placer y deseos de tener de ellos sus sensaciones sobre sucesos del andar cotidiano, procurando la perspectiva de quienes estando en proximidad fisica -de repente- poseen otras ópticas que ya no son concordantes para idènticos asuntos con la visión del que está un tanto ajenizado de la eto-eco geografìa del querido pago .
-Saqué la conclusión que uno de los asuntos mas ásperos está relacionado con la Justicia-.
La urbe del Hum, vive por esos días –quizás todo el país y no sé si hasta el mundo pleno- los atolladeros que crean ciertas colisiones entre dos entes cercanos, pero diferentes. El Derecho y la Justicia. Son ellos, apelando a la metáfora, analogìas entre el guante y la mano, que aquél no siempre calza en cualquiera de las dos extremidades digitales. Y no siempre la gamuza o la lana protege con las calorías de la razón y de los afectos las necesidades térmicas de la epidermis . La temperatura social se crispa de meteoros punzantes y sorpresivos.
Encuadrable todo en un rótulo muy abarcativo de falta de seguridad por agresiones físicas y éticas a las personas, indefensión de la propiedad, y la aparición germinal de respuestas en sectores que han ido tomando cuerpo mediante riesgosas distancias revulsivas hacia las normas del derecho, birlándoles de repente a la Justicia su rol directriz del ordenamiento social.
La Justicia, bella y ciega...pero la queremos,
además, clemente y pura.
La responsabilidad de asegurar la paz interior, ciertamente está algo sofocada.
La Justicia (del latín, Iustitia) es la concepción predominante en cada tiempo y civilización respecto de la equidad y a la búsqueda del bien común y, fundamentalmente,a la oportunidad de acceder a ella por todos los integrantes de una sociedad determinada.
El Derecho es, en tanto, el camino que se recorre para alcanzar los ideales y fines justicieros, que determina la creación de un constructo de normas ordenadas y coherentes, su interpretación y su aplicación.Son funciones de la vida intelectual no siempre firmes y,sin dudas, azarosas, adheridas a búsquedas de activas dinámicas pensantes.
El camino no es “derecho”, mas bien es culebrero, y está lleno de rispideces en virtud de las propias complicaciones de la existencia comunitaria .Para colmo existen varias sendas procurando teorizar cuál será el mejor trillo rumbo a una Justicia clemente y pura. Incluso aletea, trayendo equilibrios, no obstante, la convicción fortuita de que se arribará a la meta adecuada por ajuste a un deseado sosiego general.¡Sea!
* Dos cosas me traje de Mercedes en el retorno a Montevideo. Como totem mágico, una antiquísima balanza manual de los verduleros de antes, tiempo de mis abuelos .Es lo suficientemente precisa y sencilla como para operar sin menoscabar el peso de la mercadería al adquirente.En una palabra: es una balanza fiel.
Pero también me traje esta aprensión: Si la Justicia falla contra un Vicepresidente cuestionado y denunciado en Montevideo...los crujidos se van a sentir muy inquietantes en la Capital de Soriano por una suerte de contagio en autos que involucran actualmente, también, a políticos lugareños, denunciados por un ciudadano ante la Justicia penal.En tiempos de pacifismos,sentencias pacíficas; en tiempos tempestuosos, las aguas corren procelosas...¡Ojo!
* Confìamos finalmente en que se cumpla el sabio consejo del gran Couture a su hijo."Si entran en conflicto el Derecho y la Justicia...elige la Justicia".
Viejita, la manual balanza del
verdulero.¡Pero efectiva!

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