Los Buenos Pensamientos.
La silueta azabache atiza las ardientes brasas de sus buenos pensamientos que ya no pueden ser contenidos en la soledad intimista de la alcoba.
Ansiosa repara en la plazoleta del río de la Plata, sector de los Pocitos, que le ofrendan las frescas brisas de un afrodisíaco Montevideo costeño, evocador del jardín versaillesco de Le Nottre y Le Brun.
Allí jadean de gozos y belleza buenos pensamientos, sensual desborde cromático de verdes y rojos, violetas y amarillos... revolcándose seductores en el suelo fértil y tan complaciente a sus exhuberancias colmadas.
Ansiosa repara en la plazoleta del río de la Plata, sector de los Pocitos, que le ofrendan las frescas brisas de un afrodisíaco Montevideo costeño, evocador del jardín versaillesco de Le Nottre y Le Brun.
Allí jadean de gozos y belleza buenos pensamientos, sensual desborde cromático de verdes y rojos, violetas y amarillos... revolcándose seductores en el suelo fértil y tan complaciente a sus exhuberancias colmadas.
¿Qué estoy pensando? En la sensaciòn de riesgo en que parecen entrar y caer ciertos sectores nacionales cuando con afán de exgerado triunfalismo ingenuo, se tomó en términos absolutos el fallo de La Haya como una victoria plena.
El más importante fundamento , o uno de los mas significativos, fue afirmar superficialmente que "ganamos en lo sustancial, y acaso solo se nos advirtió de una omisión formal". ¡Ojo al piojo!
Las violaciones formales, que al principio parecen inocentes, asépticas, luego entran en una escalada imparable de crecimiento uniformemente acelerado que conduce al avasallamiento de lo ¡sustancial! Cuidado con separar forma y contenido; el envase, del líquido. Se desparrama todo. Chorrea.
¿No hemos aprendido nada de la más reciente historia?...¡que todo comenzó con el violentamiento de las formas.
Estos son, aunque no lo parezcan, tambén, "buenos pensamientos"...que nos sigue y persigue la escalada de violaciones a las formas. Lo horroroso, venal y cnesurable, se exonera de la pena o de un recio y ejemplarizante llamado de atención, en que fue una disculpable e inenua "desprolijidad" o "error".
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