Milo: ¡ Confío en el Reencuentro de Vozeis!
Milton Ferreira, ex "Vozeis". . Del Amor herido->
Alfredo Saez
Convenido,Milo.
Ayer a las 22:57 · Eliminar
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Vía www.Facebook.com , recibí y contesté el envío precedente de mi amigo Milo Ferreira, ex alumno en el Liceo No.2 , que junto a su familia emigró hacia España, radicándose en la célebre Ibiza donde trabaja con la Curia.
Milo era el más alto de estatura pese a su registro de bajo vocal en “Vozeis”, aquel grupo de seis voces nuestras que deleitaron a Mercedes en el eje del 2000, al país y a la propia Argentina que hasta Crónicas TV de Buenos Aires los recibió en un concierto de su ambicionado ratting comunicacional.
Su historia y la de tantos otros ya la describió Jaime Ross en “Los Olímpicos”, ese notable y melancólico cuplé del ostracismo cruel que nos ha afectado a los uruguayos. Desgarrador pues hace crujir sentimientos sagrados de familia y de amistad, de apego al pago de la nacencia, de sus costumbres y vínculos supremos.( “Se nos viene Fin de Año, festejando Navidad, uruguayos….uruguayos… por las calles más remotas de Colombes o Amsterdam”)
Milo cuando nostalgia las brisas del Hum, escribe por Facebook, escucha allá el compacto que grabó aquí junto a Peressini, Miguel Nieto, Castillo y al Tito Di Mattías, o se va a sestear, no tanto para protegerse del sol del mediodía balear, sino para olvidar un ratito y recuperarse de las saudades… las que de repente igual aparecen, mimetizadas en un sueño que le revive oníricamente la murga del Praga, la del Baby ,Gary, el Pepe, Premazzi, los Mesa, Sanguinetti, Villalba y los otros saltimbanquis.
Convenido,Milo.
Ayer a las 22:57 · Eliminar
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Vía www.Facebook.com , recibí y contesté el envío precedente de mi amigo Milo Ferreira, ex alumno en el Liceo No.2 , que junto a su familia emigró hacia España, radicándose en la célebre Ibiza donde trabaja con la Curia.
Milo era el más alto de estatura pese a su registro de bajo vocal en “Vozeis”, aquel grupo de seis voces nuestras que deleitaron a Mercedes en el eje del 2000, al país y a la propia Argentina que hasta Crónicas TV de Buenos Aires los recibió en un concierto de su ambicionado ratting comunicacional.
Su historia y la de tantos otros ya la describió Jaime Ross en “Los Olímpicos”, ese notable y melancólico cuplé del ostracismo cruel que nos ha afectado a los uruguayos. Desgarrador pues hace crujir sentimientos sagrados de familia y de amistad, de apego al pago de la nacencia, de sus costumbres y vínculos supremos.( “Se nos viene Fin de Año, festejando Navidad, uruguayos….uruguayos… por las calles más remotas de Colombes o Amsterdam”)
Milo cuando nostalgia las brisas del Hum, escribe por Facebook, escucha allá el compacto que grabó aquí junto a Peressini, Miguel Nieto, Castillo y al Tito Di Mattías, o se va a sestear, no tanto para protegerse del sol del mediodía balear, sino para olvidar un ratito y recuperarse de las saudades… las que de repente igual aparecen, mimetizadas en un sueño que le revive oníricamente la murga del Praga, la del Baby ,Gary, el Pepe, Premazzi, los Mesa, Sanguinetti, Villalba y los otros saltimbanquis.
Miguel también emigró.
Me acuerdo de una lectura personal siendo adolescente ¡cuánto tiempo ha! del belga Maurice Maeterlinck que primero me había deslumbrado con “La Vida de las Abejas”y luego, aún más, con “La Inteligencia de las Flores”.
Cuenta que el gran drama de los seres vivos de la botánica es tener, por amor, que desprenderse de sus hijos.Y el amor vegetal es tan complejo como el humano. Pero agrega un plus diferencial y muy especial. Los humanos padres, a veces, nos quedamos relativamente cerca de nuestros hijos. Los árboles y las plantas no. No se pueden almacigar. Si lo hacen mueren ellas y sus progenies. Arraigadas, enraizadas, inmóviles a un lugar que no da para la subsistencia comunitaria, se tienen que desprender unos de otros.Alejarse, ajenizarse, aunque sin dolores de coraje porque el determinismo orgánico privó al univeso floral de conciencia,dicen.
Así produjeron mil formas de cortar el cordón umbilical. Los cardos lanzan al vuelo la minúscula semilla bebé y rodante que llamamos en Mercedes “panaderos” cuestión que vuelen lejos, llevados por el viento, aterrizando luego a la vida propia. En otro casos son los pájaros los que comen las frutas con el cerno incluido que descargarán en raídes aeronáuticos de altura hacia otro sitio. Las abejas, no sólo las aves, también los colibrí, se asocian a la instintiva y análoga tarea de cigueños obstetras…
El prójimo que se debe ir –en definitiva porque la tierra natal no provee y, ahora, no entro a describir diagnosis y razones-tiene que volar con el lagrimón que se oculta en cada desprendimiento. Hay sólo una vía: el coqueto Carrasco y el avión de Iberia , Lan Chile o Pluna. El que sea y haya.
Después del desembarco, o mejor, del aterrizaje, ni pensar. Hay que iniciar el combate de la subsistencia.
Mientras se procesan estos recios sucesos que ponen a dura prueba enterezas, sobrevienen las catarsis analgésicas de las reminiscencias gratas, bálsamos de tristezas hasta que llegue el acomodo existencial.
-¿Te acuerdas Milo cuán era bravo era conseguir los medios para trasladarse al Este a brillar en Treinta y Tres, nicho de “Los Olimareños”, y recoger laureles de distinciones como para volver invitados una y otra vez? A veces Gustavo y el Charo estaban duros pero, finalmente, sobre la hora, hacia allá o acullá partían a enseñorear repertorios románticos, bien melodiosos y armónicos , seductores de públicos .
-Difícil de conciliar tantas veces los horarios laborales de Castillo.
-¡Y ese potenciómetro que se rebela y no dejar salir al primer intento y sí recién al tercero las notas del mágico teclado de Peressini!.
-¡Qué bien que está la flauta amerindia de Miguel!
-Pobre Tito, mire que hacer los arreglos musicales con tantos belicosos…
Milo, yo extraño a Vozeis, quizás menos que tú a nosotros.En fin…Evoco vuestro arte naif. Vuestra amistad pueblerina, de esa aldea fluvial que somos. Los carnavales. Las festividades populares en torno al improvisado tablado de la IMS. Los fuegos artificiales y los Judas que alumbraban la mesa de los pobres en gélidos inviernos o en cálidos veranos de jazmines y sandías. Y chapuzones en El Raviol, Los Michis, La Isla y El Biguá en medio de tan lindas chiquilinas.
Vuelvo con Jaime Ross y “Los Olímpicos” que tú, Milo, eres uno de ellos:
-“No te olvides de nosotros y que seas muy feliz”.
Y cierro pues temo que mi lírica emoción nos humedezca .Otra vez del gran Jaime, con su “Amor Profundo” pues además de la Verdad, el cariño por lo que se hace ante la gracia de un llamado, en este caso el canto, nos hace libres:
-“En este tiempo, /en este tiempo de antifaz /así cambien las modas /tuquero ahí estás /Siempre cantando /y siempre fiel a tu verdad /voz de la misma calle /el barrio vive en ti /Herido estoy, /por una pena loca /de la que no me curo /y así pasan los años y se ahonda /no afloja y pide que siga /y me parte la boca cuando canto /Amor profundo /es lo que siento al cantar /poco hay en el mundo /que me haga así vibrar.”
Me acuerdo de una lectura personal siendo adolescente ¡cuánto tiempo ha! del belga Maurice Maeterlinck que primero me había deslumbrado con “La Vida de las Abejas”y luego, aún más, con “La Inteligencia de las Flores”.
Cuenta que el gran drama de los seres vivos de la botánica es tener, por amor, que desprenderse de sus hijos.Y el amor vegetal es tan complejo como el humano. Pero agrega un plus diferencial y muy especial. Los humanos padres, a veces, nos quedamos relativamente cerca de nuestros hijos. Los árboles y las plantas no. No se pueden almacigar. Si lo hacen mueren ellas y sus progenies. Arraigadas, enraizadas, inmóviles a un lugar que no da para la subsistencia comunitaria, se tienen que desprender unos de otros.Alejarse, ajenizarse, aunque sin dolores de coraje porque el determinismo orgánico privó al univeso floral de conciencia,dicen.
Así produjeron mil formas de cortar el cordón umbilical. Los cardos lanzan al vuelo la minúscula semilla bebé y rodante que llamamos en Mercedes “panaderos” cuestión que vuelen lejos, llevados por el viento, aterrizando luego a la vida propia. En otro casos son los pájaros los que comen las frutas con el cerno incluido que descargarán en raídes aeronáuticos de altura hacia otro sitio. Las abejas, no sólo las aves, también los colibrí, se asocian a la instintiva y análoga tarea de cigueños obstetras…
El prójimo que se debe ir –en definitiva porque la tierra natal no provee y, ahora, no entro a describir diagnosis y razones-tiene que volar con el lagrimón que se oculta en cada desprendimiento. Hay sólo una vía: el coqueto Carrasco y el avión de Iberia , Lan Chile o Pluna. El que sea y haya.
Después del desembarco, o mejor, del aterrizaje, ni pensar. Hay que iniciar el combate de la subsistencia.
Mientras se procesan estos recios sucesos que ponen a dura prueba enterezas, sobrevienen las catarsis analgésicas de las reminiscencias gratas, bálsamos de tristezas hasta que llegue el acomodo existencial.
-¿Te acuerdas Milo cuán era bravo era conseguir los medios para trasladarse al Este a brillar en Treinta y Tres, nicho de “Los Olimareños”, y recoger laureles de distinciones como para volver invitados una y otra vez? A veces Gustavo y el Charo estaban duros pero, finalmente, sobre la hora, hacia allá o acullá partían a enseñorear repertorios románticos, bien melodiosos y armónicos , seductores de públicos .
-Difícil de conciliar tantas veces los horarios laborales de Castillo.
-¡Y ese potenciómetro que se rebela y no dejar salir al primer intento y sí recién al tercero las notas del mágico teclado de Peressini!.
-¡Qué bien que está la flauta amerindia de Miguel!
-Pobre Tito, mire que hacer los arreglos musicales con tantos belicosos…
Milo, yo extraño a Vozeis, quizás menos que tú a nosotros.En fin…Evoco vuestro arte naif. Vuestra amistad pueblerina, de esa aldea fluvial que somos. Los carnavales. Las festividades populares en torno al improvisado tablado de la IMS. Los fuegos artificiales y los Judas que alumbraban la mesa de los pobres en gélidos inviernos o en cálidos veranos de jazmines y sandías. Y chapuzones en El Raviol, Los Michis, La Isla y El Biguá en medio de tan lindas chiquilinas.
Vuelvo con Jaime Ross y “Los Olímpicos” que tú, Milo, eres uno de ellos:
-“No te olvides de nosotros y que seas muy feliz”.
Y cierro pues temo que mi lírica emoción nos humedezca .Otra vez del gran Jaime, con su “Amor Profundo” pues además de la Verdad, el cariño por lo que se hace ante la gracia de un llamado, en este caso el canto, nos hace libres:
-“En este tiempo, /en este tiempo de antifaz /así cambien las modas /tuquero ahí estás /Siempre cantando /y siempre fiel a tu verdad /voz de la misma calle /el barrio vive en ti /Herido estoy, /por una pena loca /de la que no me curo /y así pasan los años y se ahonda /no afloja y pide que siga /y me parte la boca cuando canto /Amor profundo /es lo que siento al cantar /poco hay en el mundo /que me haga así vibrar.”
1 comentario:
Muy lindo su blog linda tambien su manera expresarse se nota que es un maestro lo felicito.-
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