sábado, 22 de agosto de 2009

La Degradante Mutación de Metáforas en la Zoológica Política Criolla.

Mujica y Larrañaga, amigos en la chacra,vociferantes de ofensas ante micrófonos.¿Cuál es el verdero cuál?

Aristóteles: "El Hombre es un Animal Político"






Perrito Faldero



Mona de seda




La culpa, estimo, empezó en Aristóteles de Estagira, fundador del Liceo, 300 años y pico antes de Cristo que definió al ser humano como animal político por su condición de ser vivo gregario que organiza su vida colectiva en polis , o sea en Ciudades-Estados.
En el fútbol, deporte nacional de los uruguayos, ser un animal es juicio descalificador al quedar superado el inepto practicante por sus torpezas en dominar los atributos técnicos del deporte que eligió.
En la política criolla, en tanto, quien se estime dedicado a esa artesanía, acepta y autoproclama con orgullo su voluntarismo de ser considerado un
animal político.
En alguna época, quienes se destacaban por una virtud especial asimilando la categoría y rol de gobernantes, se les cualificaba en forma animalista, tal como si estuviesen posesos de un tótem que guardaba y protegía sus excelencias. Eran bien vistos los nombres en aposición. Así, Zelmar Michellini, era el “Yatasto de la Oratoria” por la velocidad hípica de gran campeón en exponer sus ideas en las cámaras legislativas y tribunales de las arengas, concatenada por extensión su noble afición por las actividades turfísticas.
Por supuesto que hay analogías en otras partes del mundo. Sir Winston Churchill era el León inglés.
Pero volvamos a lo nuestro.
A los nacionalistas , para remarcar sus preferencias cromáticas, no le disgustaba ser caballos pues asimilaban para sí los huesos blancos de aquellos baguales de heroicas cargas y embestidas, muchas veces fúnebres en aras de una consigna discutible, aunque siempre sentida.
Los batllistas no les iban a la zaga y clamaban su coloradismo cornúpeta y portante de sangre ‘e toro, viril y corajuda.
En general esos bichos mencionados tenían noblezas heráldicas. No eran comunes las zoofilias. Buen zoológico el de antaño.Sano.
De repente, se produjo una mórbida mutación genética. Que no sólo afectó a la gente común, meros votantes en las urnas, sino también a varios elegibles de antes de las Internas de junio y preferentemente en este lapso que nos conduce veloz a las Nacionales de Octubre.
La fiebre porcina atacó a puercos y a algunos bípedos ambulatorios. Hubo que combatirla con mucha higiene y horas extras de agua Jane y lampazos carísimos en la patógena encrucijada del Hospital Maciel con aquella plaga de chanchos.
Aparecieron además perros homosexuales según expresaba un Senador de la mayoría cuando correligionarios suyos de otro Poder del Estado se hacían los distraídos en atender asuntos de importancia general. Parecía que se preparaba el entierro del Barón de Montesquieu. Sí, el filósofo político de la separación de los Poderes de acuerdo a la teoría de los controles que aseguran equilibrios contra pretensiones de autoritarismos.
Otros canes eran falderos, arremetía el presidenciable correligionario del anterior con respecto a un colega de otra filiación partidaria. Y a este mismo acusador, por cambiar de atuendo en asuntos estratégicos de protocolo político, se evaluó en muchos blogers de la red informática que la tela de su traje, necesariamente, tendría que ser de seda por clara alusión a conocido dicho de la paremiología animalesca.
Como se puede apreciar en las analogías, donde antes predominaban los mejores pedigrís, depositados en el ADN de soberbios animales, ahora la moda es establecer comparaciones con cuzquitos.
Estos animales políticos cánidos, sin embargo, cuando llegan al poder son bravos pues se transforman en lobizones de todos los días, no solo en los esporádicos viernes de luna llena si son el séptimo hijo macho de la prole. Y depredan sin aullidos. Pero ladran…ladran… y ladran aquí y acullá.¡Ladrones!
Pobre país.
Ojalá se produzca una nueva mutación salvadora. Para que vuelvan las águilas, fuertes, dignas sobrevolando bien arriba los aires puros con imperio. También pumas y dorados. Cimarrones y zorzales. Hacendosos horneros. Visionarias lechuzas en las trémulas oscuridades. Cardenales amarillos, tan libres como que no resisten encierros.
Hoy por hoy no hay debates. Discursos. Informaciones y formaciones. La competencia es un intercambio de groseros epítetos mal tomados y tergiversados de las viejas Zoologías de Torre de la Llosa o de Vacarezza en un decadentismo que aterra a la salud espiritual de la colectividad nacional.¡Qué gente!

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