lunes, 11 de junio de 2007

LA FRÁGIL CAPACIDAD DE LOCALIZAR EL MAL

Francisco Goya

Decía hace poco el intelectual europeo Pío Moas y valoramos de lo suyo, como hontanar de fresca y sabia reflexión, cuando expresó que “la capacidad de localizar el mal explica comportamientos”, agregando el siguiente memorable pasaje:
-“ Pero el bien y el mal constituyen el tormento de la vida, dada la dificultad de localizarlos, la imposibilidad de prever con amplitud y precisión la consecuencia de nuestros actos, la frecuencia con que el bien se transforma en mal y viceversa. La religión cristiana y otras atribuyen el mal a la propia naturaleza humana (el pecado original), por lo que nadie estaría libre de él, libre de culpa, en mayor o menor proporción. Pero las ideologías, en especial las ateas ciencistas, suponen haber superado esa presunción: ellas son capaces de localizar las fuentes del mal, y, por tanto, permiten secarlas. Consiguen cumplir, por fin, la promesa de Satán: dominaréis la ciencia del bien y del mal, y seréis como dioses. El marxismo localiza el mal en la burguesía; el nazismo en los judíos, por ejemplo. Por fin se hace posible aplastar definitivamente el mal en sus portadores, y la historia humana se abre a nuevos y prodigiosos horizontes.” En el Uruguay el mal se localizó, acertado, aunque parcialmente por miopía restricitva del faltante enfoque holístico, en el autoritarismo arbitrario y criminal de la Dictadura castrense durante una docena de años oscuros, 1973 a 1984,consecuencia de pretéritas patologías socio-económicas. Cayó la dictadura, pero dejó vivo un entrevero conceptual: confundir autoritarismo con autoridad. Aquel es delictivo. Este es necesario para salvaguardar el pacto social civilizatorio como actitud cautelar, protectora y ejemplarizante.
La síntesis que logra Moas es una hipótesis indicativa que ayuda a comprender muchas emergencias, quizás sabidas por intuición, provistas por los hechos y, finalmente, jerarquizadas como contenido de la Historia a insertar en la autoestima de los vencedores y en las lágrimas de los perdedores. Dice el español:
-“Si hemos de buscar una causa del extraordinario poder de sugestión de esas ideologías, creo que lo encontraremos en esa capacidad para identificar y localizar el mal. Hazaña, por así llamarla, que libera de la culpa, proporciona un enorme descanso moral y aporta una sensación de poder muy satisfactoria”.
Por eso en el Uruguay, “Rompan todo”…que aquí el servicio de Seguridad será tranquilo y obediente observador de desmanes! Aquí no queremos mártires(¡por supuesto!) por algún accidente de gestión policial, ni "combatientes de la Libertad" ( la defienden con las manos cargadas de piedras destructoras de vidrios) , ni menos sentencias para delicuentes encapuchados que atentan contra la propiedad pública y privada ( pobrecitos,"serán presos políticos de un gobierno ahora progresista"). ¿Las víctimas de robos, roturas, tensiones, impotencias ? No importa…paga el Estado, a veces, con algún Seguro para cubrir sólo algunas pérdidas materiales, no las de la indefensión espiritual y las que afectan de resfriados neumónicos al Estado de Derecho.Eche que se derrame. A todo eso -tan irracional- nuestra organización gregaria se ha blindado éticamente con una perniciosa conducta elevada a la condición de seudo bálsamo,"Optar por el mal menor".¿Hasta cúando?... que la "minoridad" ya está por cumplir los 18 años...

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