-El sesquicentenario del fallecimiento de Gustavo Adolfo Bécquer.-
2020 ha sido proclamado en España el “Año de Bécquer” en
homenaje al romántico de las Rimas y Leyendas.
Mas me encantan éstas que aquellas. Cuestión de gustos que solo los grandes escritores ofrecen a la
sensibilidad de sus lectores los dilemas en
la estética opción de la literaturalidad.
No obstante recuerdo con fervor que siendo adolescente, en
plena etapa del desarrollo genético, abandonaba la niñez para introducirme en el mágico
mundo de los cambios y pulsiones diversos de nuestro Ser, sean somáticos o
psíquico sociales. Se coincidía con la currícula de los Liceos y sus contenidos cognitivos que algunos nos paspaban y, otros, nos
atraían equilibrando placeres y
displaceres. En ese orden abjuraba de la Tabla de Logaritmos; en tanto en Literatura me aburría extremadamente el
Quijote, El Lazarillo y Virgilio que poco o nada los entendía. Ni me erizaban.
Pero me apasionaban las Leyendas fantasiosas
de Bécquer y los poemas de Ruben Dario. Y mucho del primero sus rimas amorosas las que se ajustaban a la iniciación de los
nuevos intereses que conmueven a los guachos que éramos entre granitos de acné y sombras de barbillas visibles y de las íntimamente invisibles ….mientras mirábamos
embelesados en secreto soslayo a aquella angelical muchacha rubia de la fila de
adelante en el aula liceal de Liceo Nº1 de Mercedes.
(Ayer, justamente, la vi.¡Qué pena me dio, fugada en arrugas la juvenilia de su atrapante tersura! “¿Què se fizo el Rey Don Juan?” , se preguntaría de nuevo y
antes que Gustavo Adolfo, Jorge Manrique en su eterna pregunta funeral y coplera).
La evocación del poeta en sus 150 años se ha limitado por la
pandemia. Una lástima. Pero yo igual iré a recorrer los viejos libros y a
volver a exaltarme con sus rimas y
leyendas. “El Miserere”…”La Corza blanca”…”La catedral de Sevilla”….y la larga
sucesión de sus rimadas “golondrinas… himnos gigantes y extraños….del
mezquino idioma….que Poesìa eres tù…”.
C0NFESIONES DE BÉCQUER.
-“Por los tenebrosos rincones de mi cerebro acurrucados y
desnudos duermen los extravagantes hijos de mi fantasía esperando en silencio
que el Arte los vista de la palabra para poder presentarse decentes en la
escena del mundo. Fecunda, como el lecho de amor de la Miseria y parecida a
esos padres que engendran más hijos de los que pueden alimentar, mi Musa
concibe y pare en el misterioso santuario de la cabeza, poblándola de
creaciones sin número a las cuales ni mi actividad ni todos los años que me
restan de vida serían suficientes a dar forma. Y aquí dentro, desnudos y deformes,
revueltos y barajados en indescriptible confusión, los siento a veces agitarse
y vivir con una vida oscura y extraña, semejante a la de esas miríadas de
gérmenes que hierven y se estremecen en una eterna incubación dentro de las
entrañas de la tierra, sin encontrar fuerzas bastantes para salir a la
superficie y convertirse al beso del sol en flores y frutos. Conmigo van,
destinados a morir conmigo, sin que de ellos quede otro rastro que el que deja
un sueño de la media noche que a la mañana no puede recordarse. En algunas
ocasiones y ante esa idea terrible se subleva en ellos el instinto de la vida
y, agitándose en terrible aunque silencioso tumulto, buscan en tropel por donde
salir a la luz, de las tinieblas en que viven. ¡ Pero, ¡ay!, que entre el mundo
de la idea y el de la forma existe un abismo que sólo puede salvar la palabra y
la palabra tímida y perezosa se niega a secundar sus esfuerzos! Mudos, sombríos
e impotentes, después de la inútil lucha vuelven a caer en su antiguo marasmo.
Tal caen inertes en los surcos de las sendas, si cae el viento, las hojas
amarillas que levantó el remolino. Estas sediciones de los rebeldes hijos de la
imaginación explican algunas de mis fiebres: ellas son la causa desconocida
para la Ciencia de mis exaltaciones y mis abatimientos. Y así, aunque mal,
vengo viviendo hasta aquí: paseando por entre la indiferente multitud esta
silenciosa tempestad de mi cabeza. Así vengo viviendo; pero todas las cosas
tienen un término y a éstas hay que ponerles punto. El Insomnio y la Fantasía
siguen y siguen procreando en monstruoso maridaje”.
RIMA 1
-“Yo sé un himno gigante y extraño que anuncia
en la noche del alma una aurora, y estas páginas son de este himno cadencias
que el aire dilata en la sombras.
Yo quisiera escribirlo, del hombre domando el rebelde, mezquino idioma. con palabras que fuesen a un tiempo suspiros y risas,
colores y notas.
Pero en vano es luchar; que no hay cifra
capaz de encerrarlo, y apenas, ¡oh hermosa! pudiera al oído, contártelo a
solas.”...
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