El Cinismo Light.
LAS FORMAS MAS EVOLUCIONADAS DEL CINISMO MÓRBIDO...(PERO SÓLO CUANDO SUS CULTORES CRIOLLOS TIENEN LEJOS EL RIESGO HACEN SUS "PULCRAS" CONFESIONES DE DOLOR Y COMPROMISO).
* El mundo chico -el de mi pago o el de mi país- o el mundo grande -el de los otros- está convulsionado por actos horrísonos.
Todos los años son "annus horribilis". No uno en particular.
Ríos y mares de padecimientos corporales en lo físico y en lo espiritual en esta "tierra liquida", diría Zigmunt Bauman hasta que se murió hace muy pocos meses.
*Y me fatiga esa equivoca apreciación - para mi- del "todos somos culpables" que, dudo, sea sincera mas allá de una declaración abstracta y de onírica epistemología no asumida como acto consciente de verdad interior.
Hay culpables y gente que no tiene nada que ver con muchas de las perfidias que dominan este mundo.Si fuese así no existiría el perdón por innecesario y las condenas por el principio absoluto de inocencia a priori..Sin embargo ambas decisiones siguen muy vigentes.
Si fuésemos todos UNO, una especie indiferenciada de sosías del alma en las conductas de sus individuos singulares, no habrían tantos santos y pecadores.
Los hay, y los reconocemos.
* El mundo chico -el de mi pago o el de mi país- o el mundo grande -el de los otros- está convulsionado por actos horrísonos.
Todos los años son "annus horribilis". No uno en particular.
Ríos y mares de padecimientos corporales en lo físico y en lo espiritual en esta "tierra liquida", diría Zigmunt Bauman hasta que se murió hace muy pocos meses.
*Y me fatiga esa equivoca apreciación - para mi- del "todos somos culpables" que, dudo, sea sincera mas allá de una declaración abstracta y de onírica epistemología no asumida como acto consciente de verdad interior.
Hay culpables y gente que no tiene nada que ver con muchas de las perfidias que dominan este mundo.Si fuese así no existiría el perdón por innecesario y las condenas por el principio absoluto de inocencia a priori..Sin embargo ambas decisiones siguen muy vigentes.
Si fuésemos todos UNO, una especie indiferenciada de sosías del alma en las conductas de sus individuos singulares, no habrían tantos santos y pecadores.
Los hay, y los reconocemos.
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