viernes, 11 de septiembre de 2015

Clío de Luto: Falleció Lincoln Maiztegui Casas



En el día de hoy, 11 de setiembre, falleció uno de los intelectuales más lúcidos del ateneo del país al dejarnos a los 73 años Lincoln Maiztegui Casas tras no poder superar un viejo problema neumonar. Su donoso manejo del idioma -con precisión y galanura- le permitió contar con el instrumento para que sus crónicas historiográficas, o los comentarios periodísticos, resultaran hacia el lector un deleite espiritual.Pero no se agotaba allí la brillantina de su estética que aunaba una inteligencia muy singular para captar y luego intentar explicar la realidad de los años confusos del Uruguay reciente, el que le tocó vivir y sufrir. 
Amaba la música desde la sensibilidad de sus oídos clásicos .Sus manos eran capaces de guitarrear pianísimas melodías en las armonias del nativismo criollo con una seductora voz aterciopelada.
Periodista , docente, historiador, músico, conferencista y debatiente de verbos sólidos , y gran campeón de ajedrez, amén de una pasión deportiva por Nacional de Fútbol, caracterizaron su admirable aliño.
Lo conocí por los años 70 en Mercedes donde se radicó cerca de una década –que allí vivian familiares por rama materna , razón de su elección habitacional al dejar la capital- enriqueciendo la tradición aúlica de la ciudad como profesor en el Colegio San Miguel. Se entreveraba con alma de niño iracundo con sus propios estudiantes y los curas que arremangaban la sotana en ríspidos y calientes partidos del campito hormigonado, patios salesianos entre calles paralelas, Artigas y Colón.
El Prof. Mario López Thode rápidamente captó las cualidades académicas del desgarbado joven y para él fue la cátedra de Historia Nacional en el Instituto de Formacion Docente.Supo López Thode elegir. Sí, le ofreció la cátedra …y el electo dio cátedra aún perdurable en las memorias normalistas.
También desarrolló en Mercedes su otra gran pasión, el ajedrez .Con otros luchadores igualmente amantes de aperturas y cerrojos, la Coqueta del Huml tuvo una ciclo rutilante en el juego ciencia que excedió largamente los limites ciudadanos de la urbe que en materia de jaques y mates fue , además , orbe en los inolvidables años 70 de nostalgias imperdibles con partidas memorables .
Con la excusa del ajedrez -años de fuego y de tambores bélicos- fue a España donde extendió la calidad de sus trabajos , caso de sus gacetillas en El País de Madrid. Aprovechó la estadía en Europa para recorrerla y sentir la proximidad del clasicismo en todos sus órdenes creativos. Y el prodigio de su mente abierta entró en regocijos acumulativos.Sintió la necesidad de despresionar tanta ilustración cobijada en sus sinapsis y ya de retorno al Uruguay comenzó el trasiego de lo interior mediante la fuerza centrífuga de sus producciones periodísticas, las debatientes y las historiográficas. Cayeron títulos inúmeros de la más alta jerarquía educacional y enseñante de ese formidable autodidacta que fue. Son mínimos los títulos de sus colegas actuales –ocasionales ó profesionales- que incursionan en las Ciencias de Clío que no mencionen, en las citas de pie de páginas, a Lincoln para enriquecer sus propios suministros y dar mayor credibilidad y versatilidad a los aportes singulares.
En Mercedes, a falta de un libro-texto para el programa del estudiantado de magisterio, se encargó de escribirlo, el que quedó editado mediante la economía de las entonces salvacionistas técnicas mimeográficas. Me invitó para compartir con él la tarea.Le contesté, demacrado y superado, que no…pues mi introspección me dijo, mal que lesionase mi minúscula autoestima, que no daba la talla para estar a su altura.
Ya famoso por los años 90 en los ánqueles de las más importantes editoriales, las de libros de tapa dura, ilustrados, y hojas del mejor gramaje, reiteró su oferta asociocionista.¿Para qué? volví a cuestionarme . Menos daba yo la talla en ese tiempo que lo suyo era un encanto concatenado entre la seriedad científica, la bella literatura, y la gestión motivante para incursionar con armas ya mas veladas en los misterios que aun se siguen escribiendo en nuestros días sobre el destino nacional, tan difícil de diagnosticar y, aún, de concluir agudas prospectivas posibles y probables . 
El mismo Lincoln seguramente que experimentó los goces y los dolores de las dudas entre metafísicas y fenomenológicas, cuando no ideológicas, sobre su país, auscultando y derivándose en alternancias hacia apuestas de veleidosos signos cambiantes. La última vez que tuvimos oportunidad de hablar de “los viejos tiempos” fue, justamente, en la querida Mercedes, cuando en la capital de Soriano fue invitado por el Directorio Departamental del Partido Nacional en la actual calle Ferreira Aldunate a conferenciar sobre los próceres nacionalistas. Ocurrió a sala llena.
Las probanzas carismáticas de los lideres fue tema que le apasionó especialmente y su Libro “Los Caudlllos” , uno de las más valiosos en el asunto."Los Caudillos" fue escrito con alta limpieza de estilo, profundidad conceptual y testimonios bibliográficos donde suena prístino un concierto de campanas, respetuoso de ojos y oídos de los leyentes, abarcando ahora con mayor talante sociológico el característico tipo humano y campesino del Uruguay feudal levantisco.
Hoy se fue. Es la hora del brindis por el que se va, dejando tanto. Y como Rodo en su parábola “La despedia del Gorgias” cabe, otra vez, que algún Leucipo sea desairado para que el Maestro Gorgias ofrezca la copa “¡Por el que me venza con Honor en vosotros!”
“Vosotros” somos los tantos que nos congratulamos de haber conocido y recibido su sapiencia, incrementando en algo la nuestra gracias a su generoso garbo intelectual. Los “vencedores” ojala se formen pronto…que el Uruguay necesita urgentemente más ilustres Lincoln Maiztegui Casas.

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