iNSENSIBILIDAD CON ROPAJE DE FILANTROPÌA
Cuando a unos y a otros nos faltan algunos "caramelos" existenciales, ni unos ni otros estamos para roles de dirigir terapias....
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Los "caramelos" que me faltan en la mente, trato de sublimarlos escribiendo y es Facebook en mis actuales días el instrumento mas idóneo. Que no venga el imbécil italiano de Umberto Eco a decirnos, también a mis congéneres de similares sublimaciones ante la enfermedad que nos aqueja, y a espetarnos que somos, por eso, unos imbéciles con talante de generalización perversa. No le dan todos sus legítimos títulos, magnas bibliografías y condecoraciones de áureas cocardas de "Honoris causa" desde mil Universidades para sembrar sus juicios elitistas. Vete a la caca
* Otros a los que le fallan los "caramelos" en su apariencia de estar cuerdos, es a lo que no admiten en los refugios oficiales a los infelices que solo exigen llevar con ellos a su perro, corazón vital de su existencia en clave de humanidad. El Uruguay en estos días es un pais frigidaire. Quien no se da cuenta es un insensible, y no solo de su aparato biológico de termo regulación.
Guillermo Pérez, en Facebook, pese a Eco, escribió una gacetilla memorable...que jamás en tan alta sensibilidad se la leí al autor de "El Nombre de la Rosa" o de los Ensayos sobre lo Feo y lo Bello...o en cómo Hacer una Tesis. A Guillermo lo conocí allá por los años 70 cuando era mi Jefe de Redacción en un diario de gran tiraje nacional. Hoy lo reencuentro placenteramente. Escribió esto:
-“NO ENTIENDEN Y NO ENTIENDEN"...
-"No entienden que no pueden abandonar a su único afecto. El perrito callejero les da mucho más de lo que le da un refugio, el Mides y cualquier sociedad filantrópica. La peor carencia de un ser humano, no es la de dinero, techo o comida. Lo más aterrador es carecer absolutamente de afecto.
No viene al caso por qué perdieron todo, la cuestión es que no les quedó nada y están allí, muriendo a la intemperie. Entonces, sin entender un corno cómo es la situación real, lo agarran de mala manera si no lo convencen (que no lo convencen) y lo despojan de lo único que tiene: su perro, callejero como él, colega en desgracia.
Yo sé que hay asistentes sociales que creen que el perro es como una frazada, un abrigo en vivo que bien puede sustituirse por una manta en un lugar confortable y con una buena taza de sopa. Es hora de que se enteren que están radicalmente equivocados y cometen una inaudita crueldad, cuando separan a dos inseparables, cuando le arrancan al descastado su único alivio, su única razón de vivir luego de haberlo perdido todo.
Ni cuenta se dan de lo desalmados que son; creen que el linyera tiene el cerebro quemado y que cuando una persona llega hasta ese extremo de pobreza, se puede hacer cualquier cosa con él. ¡Cómo se atreven a dedicarse a la solidaridad si no son capaces de ponerse en la situación de quien quieren ayudar! En el fondo son unos clasistas de mierda.
Los refugios están muy bien para la gente que recién cayó en esa situación, que no tiene perro y que está dispuesta a intentar algo para salir adelante. Pero esta gente llegó al último andén, donde morir de frio no es lo peor que les puede suceder. Y lo mejor que les puede suceder, es que les hagan un sucucho chiquitito donde quepan él y su perro, quizás algún otro compañero de desgracia. Dale una caldera y un fueguito, un poquito de yerba, una manta y un cartón. Y la sopita, porque no está mal la sopita/guisito, lo que está mal es todo lo demás. Algún baño próximo, alguien que vaya periódicamente y haga el enorme sacrificio de intentar lograr que se bañe y a llevarle ropa usada pero limpia. Y que hable con él todo lo que pueda, para ver si consigue que empiece a aspirar a algo un poco mejor, como el refugio. Pero que el refugio tenga perrera, ¡¡por favor!!
Y si no entienden esto, que no se metan con los linyeras. Si alguien les regaló un título de Asistente Social, que vayan a hacer un posgrado en el Parque Batlle o en la Estación Central, pero con humildad y sobre todo con solidaridad de verdad, no de pacotilla."
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Los "caramelos" que me faltan en la mente, trato de sublimarlos escribiendo y es Facebook en mis actuales días el instrumento mas idóneo. Que no venga el imbécil italiano de Umberto Eco a decirnos, también a mis congéneres de similares sublimaciones ante la enfermedad que nos aqueja, y a espetarnos que somos, por eso, unos imbéciles con talante de generalización perversa. No le dan todos sus legítimos títulos, magnas bibliografías y condecoraciones de áureas cocardas de "Honoris causa" desde mil Universidades para sembrar sus juicios elitistas. Vete a la caca
* Otros a los que le fallan los "caramelos" en su apariencia de estar cuerdos, es a lo que no admiten en los refugios oficiales a los infelices que solo exigen llevar con ellos a su perro, corazón vital de su existencia en clave de humanidad. El Uruguay en estos días es un pais frigidaire. Quien no se da cuenta es un insensible, y no solo de su aparato biológico de termo regulación.
Guillermo Pérez, en Facebook, pese a Eco, escribió una gacetilla memorable...que jamás en tan alta sensibilidad se la leí al autor de "El Nombre de la Rosa" o de los Ensayos sobre lo Feo y lo Bello...o en cómo Hacer una Tesis. A Guillermo lo conocí allá por los años 70 cuando era mi Jefe de Redacción en un diario de gran tiraje nacional. Hoy lo reencuentro placenteramente. Escribió esto:
-“NO ENTIENDEN Y NO ENTIENDEN"...
-"No entienden que no pueden abandonar a su único afecto. El perrito callejero les da mucho más de lo que le da un refugio, el Mides y cualquier sociedad filantrópica. La peor carencia de un ser humano, no es la de dinero, techo o comida. Lo más aterrador es carecer absolutamente de afecto.
No viene al caso por qué perdieron todo, la cuestión es que no les quedó nada y están allí, muriendo a la intemperie. Entonces, sin entender un corno cómo es la situación real, lo agarran de mala manera si no lo convencen (que no lo convencen) y lo despojan de lo único que tiene: su perro, callejero como él, colega en desgracia.
Yo sé que hay asistentes sociales que creen que el perro es como una frazada, un abrigo en vivo que bien puede sustituirse por una manta en un lugar confortable y con una buena taza de sopa. Es hora de que se enteren que están radicalmente equivocados y cometen una inaudita crueldad, cuando separan a dos inseparables, cuando le arrancan al descastado su único alivio, su única razón de vivir luego de haberlo perdido todo.
Ni cuenta se dan de lo desalmados que son; creen que el linyera tiene el cerebro quemado y que cuando una persona llega hasta ese extremo de pobreza, se puede hacer cualquier cosa con él. ¡Cómo se atreven a dedicarse a la solidaridad si no son capaces de ponerse en la situación de quien quieren ayudar! En el fondo son unos clasistas de mierda.
Los refugios están muy bien para la gente que recién cayó en esa situación, que no tiene perro y que está dispuesta a intentar algo para salir adelante. Pero esta gente llegó al último andén, donde morir de frio no es lo peor que les puede suceder. Y lo mejor que les puede suceder, es que les hagan un sucucho chiquitito donde quepan él y su perro, quizás algún otro compañero de desgracia. Dale una caldera y un fueguito, un poquito de yerba, una manta y un cartón. Y la sopita, porque no está mal la sopita/guisito, lo que está mal es todo lo demás. Algún baño próximo, alguien que vaya periódicamente y haga el enorme sacrificio de intentar lograr que se bañe y a llevarle ropa usada pero limpia. Y que hable con él todo lo que pueda, para ver si consigue que empiece a aspirar a algo un poco mejor, como el refugio. Pero que el refugio tenga perrera, ¡¡por favor!!
Y si no entienden esto, que no se metan con los linyeras. Si alguien les regaló un título de Asistente Social, que vayan a hacer un posgrado en el Parque Batlle o en la Estación Central, pero con humildad y sobre todo con solidaridad de verdad, no de pacotilla."
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