Reivindicación del Lenguaje Casto por sus Propios Felones.
Prohibido Mal Hablar por Candidatos Presidenciables en el Uruguay de los Dicterios.
Copiando a la selección Sub 20 de Uruguay que en Egipto mundialista 2009 procura con buen suceso “bajar la pelota al piso”, la campaña electoral uruguaya ha entrado en la caducidad de esa prolija pretensión, un vademécum de agravios y dicterios al orden del día.
Los dueños del lexicón de palabras e imágenes –que ya aburren por la abusiva reiteración real que profana con sus excesos ojos y oídos- recuerdan el cuento del pastor mentiroso.
Exclaman que volverán a la inmaculada concepción del lenguaje, y la prometida lavandina se ensucia al instante, no más.
Ahora uno de los oráculos mayores de la sugestión hacia las masas, afirma sin un rictus, que no permitirá el uso de su imagen, con amenazas de apercibimientos jurídicos. (¡Qué la providencia nos salve de ser así clonados!)
El otro, su antagonista, dice que pensará si adopta similar defensa. ( ¡Preferimos no existir antes de pensar tal cual hoy en viciadas tácticas proselitistas!)
¡Son fenómenos los tipos! Quieren preservar la ecología del diccionario, hasta adjuntando el último Manual de semióticas gráficas.
Todo derecho tiene un límite, incluido el de la libertad de expresión al que se le otorga el absoluto multiempleo de amplificadores para ejercerlo, según voluntad de la Constitución. Pero habrá que ver si no se producen colisiones leguleyas entre el que se irrita y pide “no me relajen” - ya de tanto arraigo violatorio y su consecuente y resignada admisión de asumirlo- con tantas concesiones a emitir y difundir el pensamiento sin agobiantes censuras.
¡Se han dicho por los “políticos”cada exabruptos ofendiendo y bi ofendiendo sensibilidades de terceros a través de los órganos de difusión electrónica y de prensa con exageradas profusiones…y ahora los afectados quieren coraza protectora!
Lucraron la rica mendicidad de la palabra o de la imagen para alimentar sueños.
Obviamente que el salvajismo verbal y la novedosa imagenología tecnológica de estos tiempos, deben ser recurridos pues han destrozado la cultura de la decencia literaria que se elaboró en décadas uruguayas constituyendo afamado orgullo nacional.
Claro que lo más llamativo de la añorada restauración de lo castizo y noble del habla y de la lengua, viene enancado con alegatos reivindicativos de quienes fueron sus propios y principales felones, clientes privilegiados de los principales instrumentos de divulgación masiva que existen en el país de Rodó y de Vaz Ferreira, de Juana y de Delmira. Ellos y sus secuaces.
Todo genera dudas sobre cristalinidades en las protestas.
Los dueños del lexicón de palabras e imágenes –que ya aburren por la abusiva reiteración real que profana con sus excesos ojos y oídos- recuerdan el cuento del pastor mentiroso.
Exclaman que volverán a la inmaculada concepción del lenguaje, y la prometida lavandina se ensucia al instante, no más.
Ahora uno de los oráculos mayores de la sugestión hacia las masas, afirma sin un rictus, que no permitirá el uso de su imagen, con amenazas de apercibimientos jurídicos. (¡Qué la providencia nos salve de ser así clonados!)
El otro, su antagonista, dice que pensará si adopta similar defensa. ( ¡Preferimos no existir antes de pensar tal cual hoy en viciadas tácticas proselitistas!)
¡Son fenómenos los tipos! Quieren preservar la ecología del diccionario, hasta adjuntando el último Manual de semióticas gráficas.
Todo derecho tiene un límite, incluido el de la libertad de expresión al que se le otorga el absoluto multiempleo de amplificadores para ejercerlo, según voluntad de la Constitución. Pero habrá que ver si no se producen colisiones leguleyas entre el que se irrita y pide “no me relajen” - ya de tanto arraigo violatorio y su consecuente y resignada admisión de asumirlo- con tantas concesiones a emitir y difundir el pensamiento sin agobiantes censuras.
¡Se han dicho por los “políticos”cada exabruptos ofendiendo y bi ofendiendo sensibilidades de terceros a través de los órganos de difusión electrónica y de prensa con exageradas profusiones…y ahora los afectados quieren coraza protectora!
Lucraron la rica mendicidad de la palabra o de la imagen para alimentar sueños.
Obviamente que el salvajismo verbal y la novedosa imagenología tecnológica de estos tiempos, deben ser recurridos pues han destrozado la cultura de la decencia literaria que se elaboró en décadas uruguayas constituyendo afamado orgullo nacional.
Claro que lo más llamativo de la añorada restauración de lo castizo y noble del habla y de la lengua, viene enancado con alegatos reivindicativos de quienes fueron sus propios y principales felones, clientes privilegiados de los principales instrumentos de divulgación masiva que existen en el país de Rodó y de Vaz Ferreira, de Juana y de Delmira. Ellos y sus secuaces.
Todo genera dudas sobre cristalinidades en las protestas.
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