martes, 5 de mayo de 2009

La Manía del Diagnóstico en el Uruguay Pensador.

Pablo Da Silveira
Jorge Grünberg

José Rilla





<-Luis E.González
Lincoln Bizzozero










Francisco Panizza
Rosario Queirolo


Romeo Pérez




Constanza Moreira



Ignacio de PosadasJuan Grompone


Esteban Perroni


Daniel Chasquetti



Adolfo Garcé

Sandino Núñez


Siempre con la vieja manía de dialectizar diagnósticos sobre temas equis- muy respetable y necesaria por cierto si no cae en exageraciones que la transformen en fin de si atando ejecutividades hacia cambios deseables y sus añadiduras de conclusiones coloquiales- un grupo de los intelectuales del mayor renombre, por sus altos créditos de academicismos regionales, efectuó una descripción más de las tan heterogéneas que posee el país. La consigna era desagregar del montón en estoque, que tiende a plafonarse que cesa el tiempo del gran crecimiento, los problemas asaz acuciantes que padece Uruguay.

Trece fueron los participantes y de no jerarquizarse a ultranza el pensamiento racional sobre baratas creencias del pensamiento mágico, pero para evitar malas ondas de la superticiosa tradición numérica, divagamos que podría haberse invitado un catorce panelista o excluir elegantemente a uno de ellos para quedar en una neutra docena inocua, protectora contra los avatares de la mala suerte.
Los trece: Daniel Chasquettti, Constanza Moreira, Ma.Julia Aguerre, Jorge Grünberg, Juan Grampone, Adolfo Garcé, Gustavo de Armas, Pablo da Silveira, Sandino Núñez, Mónica Zefferino , Esteban Perroni, José Rilla y Lincoln Bizzozzero. En ciertos temas -aunque manteniéndose por el juego de sustituciones siempre el "trece de la fama" grupal- participaron Ignacio de Posadas , Romeo Pérez , Francisco Panizza, Luis González, Ignacio de Posadas y Rosario Queirolo. Le pareció al cenáculo que estos fueron los temas capitales y a ellos concedieron sus especulaciones:
*La pobreza.
*La educación.
*La emigración.
*La burocracia
*El Mercosur
Destacaron que ciertos déficits y obstáculos notorios, caso de la inseguridad, pueden incorporarse, en tanto grave apremio social, a contenidos vinculares al panorama de la pobreza y la educación. Y así otros en similar postura de aparente independencia pero que, al fin de cuentas, resultan subsidiarios y sólo pueden manejarse como relativismos autonómicos dentro de la globalidad del sistema mundial en que están aprisionados.
Recordemos conceptualmente que son intelectuales aquellas personas dedicadas a pensar, a poner en funcionamiento el intelecto, adiestrado a tan doloroso propósito. Claro que si están insertos en la crisis común, tal la que adolece el país, constituyen la “intelligentzia”, palabra que no goza de buen predicamento. Pensar, siendo parte uno mismo del problema en la bio- eto- ideo esfera donde conviva, es un agudo atolladero a tener presente al momento de poner en funcionamiento el sistema neuronal cuando hay que confrontar dentro de lúcidos paneles.
La charada se pregunta. Sin sutilezas ni con ligerezas torpes. Un problema serio del Uruguay ¿no es el de definir la viabilidad de la propia nación como Estado monosoberano? De las respuestas -no las soluciones que para el caso, como diría Vaz Ferreira, estamos en un contencioso que las admite en pluralidades destrenzadas- tendríamos más claros los caminos para atender a su vez los debates sobre el temario ordinal y articular planteado. Verbigracia y al tuntún: Emigración y alto índice geriátrico ¿permitirán salir de la pobreza?

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