Intentemos Pensar.
Ayer leí en Observa Digital.com una nota del señor Daniel Olaizola que no me resisto a reinsertarla aquí.
¡Cuán hermosa y conmovedora la crónica de una derrota que se hace real transferencialidad hacia tantos vencidos en nuestra pobre tierra! Sin sádicas nostalgias ( que “algia” es dolor); sin utopía, (que es la nada sonora). Quizás una profunda melancolía capaz de redimir reina en el alegato .Y gran belleza.
¡Qué lástima que no quedó un intersticio para hallar un senderito por la fe hacia la fe. (¡Qué cada cual se lo busque junto a sus gemelos !)
.....
Prohibido pensar.
Por Daniel Olaizola
No soy tan viejo como para tener nostalgia. No soy tan joven como para creer en utopías.
No viví el país de las vacas gordas pero entendí lo importante que era la democracia cuando no se tenía y hasta cacerola en mano me manifesté con mis padres a principios de los ochenta cuando era solo un niño.
Fui a la escuela pública y al liceo público que no eran tan buenos como los de mis padres pero que no eran tan malos como para dejarme fuera de las oportunidades laborales. De hecho no gano tan mal como para que el IRPF no me pegue de lleno ni tan bien como para acceder a alguna de las viviendas construidas durante el boom inmobiliario.
No me gusta la derecha pero eso no me hace de izquierda. No me gusta la izquierda cuando dice que todos los que no son de izquierda son de derecha.
Soy de clase media. Pero me dicen que ya no existo. Sin embargo pago IRPF en casi todas las franjas pero no genero renta porque casi no ahorro. Eso si existe. Pago todos mis impuestos pero no recibo ningún plan de emergencia, asistencia ni tampoco seguridad interior. El día que tenga hijos probablemente los mande a un colegio privado si el presupuesto me lo permite.
Soy una generación bisagra. Me dicen que no entiendo lo que se vivía en los cincuenta y los sesenta que hace que se justifiquen los alzamientos armados de izquierda, la represión de derecha, la intervención exterior de izquierda y de derecha. El robo, el secuestro y la muerte. Me dicen que no entiendo lo que se vive actualmente. No sé de tribus urbanas, ni de pasta base, ni de cortes carcelarios, ni de asentamientos.
No sé de casi nada.
Como Fúnez, me acuerdo de todo, todo el tiempo, pero no lo reconozco en la realidad que vivo. No veo debate de ideas, no veo políticas de estado, no veo generosidad.
La hipocresía nos ha ganado. Somos un pueblo autocomplaciente que cree ser educado, solidario, turístico, productivo, seguro. Puras mentiras que nos creemos quienes no tenemos más posibilidades de viajar más allá de la Costa de Oro cada verano. Seguro que todo aquel que pudo ir un poquito más allá se da cuenta de cuán errados estamos.
Soy negativo, pesimista, desestabilizador porque pienso esto. ¿No era eso lo que querían? Ponerme de uno de los dos lados. ¿Del lado de aquellos que oprimen al trabajador aumentando el beneficio del empresario en forma desmedida o del lado de aquellos que piden que el estado controle el precio de la papa el día que el productor finalmente pudo levantar la cabeza y conseguir un precio algo mejor? ¿Del lado de la impunidad o del lado de la justicia? Del lado de Dioses de Izquierda o Dioses de Derecha?
No quiero estar en ninguno de los dos lados. Pero cada vez me dejan menos lugar.
Soy de los que no se quieren ir, pero me parece que me echaron hace tiempo.
¡Cuán hermosa y conmovedora la crónica de una derrota que se hace real transferencialidad hacia tantos vencidos en nuestra pobre tierra! Sin sádicas nostalgias ( que “algia” es dolor); sin utopía, (que es la nada sonora). Quizás una profunda melancolía capaz de redimir reina en el alegato .Y gran belleza.
¡Qué lástima que no quedó un intersticio para hallar un senderito por la fe hacia la fe. (¡Qué cada cual se lo busque junto a sus gemelos !)
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Prohibido pensar.
Por Daniel Olaizola
No soy tan viejo como para tener nostalgia. No soy tan joven como para creer en utopías.
No viví el país de las vacas gordas pero entendí lo importante que era la democracia cuando no se tenía y hasta cacerola en mano me manifesté con mis padres a principios de los ochenta cuando era solo un niño.
Fui a la escuela pública y al liceo público que no eran tan buenos como los de mis padres pero que no eran tan malos como para dejarme fuera de las oportunidades laborales. De hecho no gano tan mal como para que el IRPF no me pegue de lleno ni tan bien como para acceder a alguna de las viviendas construidas durante el boom inmobiliario.
No me gusta la derecha pero eso no me hace de izquierda. No me gusta la izquierda cuando dice que todos los que no son de izquierda son de derecha.
Soy de clase media. Pero me dicen que ya no existo. Sin embargo pago IRPF en casi todas las franjas pero no genero renta porque casi no ahorro. Eso si existe. Pago todos mis impuestos pero no recibo ningún plan de emergencia, asistencia ni tampoco seguridad interior. El día que tenga hijos probablemente los mande a un colegio privado si el presupuesto me lo permite.
Soy una generación bisagra. Me dicen que no entiendo lo que se vivía en los cincuenta y los sesenta que hace que se justifiquen los alzamientos armados de izquierda, la represión de derecha, la intervención exterior de izquierda y de derecha. El robo, el secuestro y la muerte. Me dicen que no entiendo lo que se vive actualmente. No sé de tribus urbanas, ni de pasta base, ni de cortes carcelarios, ni de asentamientos.
No sé de casi nada.
Como Fúnez, me acuerdo de todo, todo el tiempo, pero no lo reconozco en la realidad que vivo. No veo debate de ideas, no veo políticas de estado, no veo generosidad.
La hipocresía nos ha ganado. Somos un pueblo autocomplaciente que cree ser educado, solidario, turístico, productivo, seguro. Puras mentiras que nos creemos quienes no tenemos más posibilidades de viajar más allá de la Costa de Oro cada verano. Seguro que todo aquel que pudo ir un poquito más allá se da cuenta de cuán errados estamos.
Soy negativo, pesimista, desestabilizador porque pienso esto. ¿No era eso lo que querían? Ponerme de uno de los dos lados. ¿Del lado de aquellos que oprimen al trabajador aumentando el beneficio del empresario en forma desmedida o del lado de aquellos que piden que el estado controle el precio de la papa el día que el productor finalmente pudo levantar la cabeza y conseguir un precio algo mejor? ¿Del lado de la impunidad o del lado de la justicia? Del lado de Dioses de Izquierda o Dioses de Derecha?
No quiero estar en ninguno de los dos lados. Pero cada vez me dejan menos lugar.
Soy de los que no se quieren ir, pero me parece que me echaron hace tiempo.
Daniel Olaizola
Publicado 06/05/2009
.....
Hubo respuestas inmediatas de los colisteros.Esta es una de ellas, en nuestra interpretación, muy adecuada e incluso complementaria.Pero el resto corre por el mismo estilo de halagos al contenido y a la identificación entre el lúcido emisor y elreceptor ocasional. Reconocen casi todos los lectores que hallaron una fuerte empatía provocada por la lectura del texto de Daniel Olaizola.Me consta personalmente que es así.
Publicado 06/05/2009
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Hubo respuestas inmediatas de los colisteros.Esta es una de ellas, en nuestra interpretación, muy adecuada e incluso complementaria.Pero el resto corre por el mismo estilo de halagos al contenido y a la identificación entre el lúcido emisor y elreceptor ocasional. Reconocen casi todos los lectores que hallaron una fuerte empatía provocada por la lectura del texto de Daniel Olaizola.Me consta personalmente que es así.
-"Simplemente sensacional. Hace muchísimo tiempo que no leo algo representativo del pensamiento real y honrado ese uruguayo que yo, en el acierto o en el error, siempre lo he concebido como el uruguayo típico. Pero que para nadie existe. Y yo no se donde está porque no lo veo reflejado en ninguna corriente. Y si mi visión fuera correcta me pregunto a quien vota ese uruguayo porque no tiene de donde agarrarse. ¿a quien diablo habrá venido votando y a quien diablo votará en la próxima? ¿de dónde diablos se agarra? ¿quién lo representa realmente? "
César San Miguel.
Publicado: 07/05/2009 05:41:20 p.m.
César San Miguel.
Publicado: 07/05/2009 05:41:20 p.m.
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