-Está seco mi jardín-
Está seco mi jardín de los injertos
no prosperan los claveles ni las rosas
y un sonido áspero de decibeles guadañosos
suma indescifrables chasquidos al molino.
El almanaque de los recientes meses
vacío, muestra sus casilleros memoriosos.
Ya no mece más el reclinante cuerino sillón,
extraña inmóvil a su ausente propietaria .
La noble Ford vencedora de mil lodazales
no pistoneó al intento del primer manijazo
como si las invictas victorias en las zanjas
le fueran añejas a sus tractoras historias.
El sol de abril no alumbra vencido por el celaje
el viento húmedo bate sin fuerza las canoras alas
desde la pluviosa hosca noche gélida, tan cerrada,
quedó sin audiencia el monótono orfeón de los grillos.
Solo el muy fiel Margarito, verde perico favorito,
presente, comprende la soledad del cano geronte
con amados piquitos que ponen analgésicas pausas
en la franca herida abierta, tono del silente dolor.
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