¡*Pobre "Ojito"!... que se nos fue. Un hombre feliz, solo contó con empáticos amigos. Su bondad natural lo parapeteó de enemigos que jamás los tuvo.Vivió a su manera y gusto , siendo así un agraciado de la Vida que le dio y honró dones en vitales secuencias etarias de placenteras sencilleces, siempre moderadas en el recato y nunca en riesgosas exageraciones.
*Tuvo un río servicial - entrañables compañeros entre sí que se contaban sus secretos- una chalana, motores acuáticos, islas, artes de pesca, comilonas de mantas al cuero de vaquillonas y buen vino del Mauá en festivas nochebuenas de largas cantarolas... y ¡un montón de fieles amistades! en torno a cacerías, pesquerías y equipos de futbol en su juventud…el Unión de Bequeló…la VUSA….Bella Italia…y el querido Rovers!.
*Sirvió en la actividad privada desde el Club de Remeros Mercedes preparando las canchas de tennis; en la pública mediante la Dirección de Hidrografia e Islas Fiscales, siendo Patrón Naútico del río Negro en el barco oficial. Todo un artista tejedor para hacer redes y trasmayos, arcos de fùtbol , redes de baloncesto y de voleibol.Concilió el trabajo con lo que amaba. Todo como para ya descansar, afortunadamente, en paz.
-YO QUE SÉ…PERO ALGO HAY….-
La chalana de “Ojito” se llamaba “La Lala”.Una nave marinera amiga del Hum y de sus ocupantes , hombres del río.Cuando falleció su dueño, la madera noble padeció reuma fluvial y quedó amarrada a la costa, en la zona del antiguo muelle ruinoso de los Autobalsas que cruzaban de una orilla a otra del efluvio por aquel pre período antecesor de la hablitacion del puente “Seregni”.Quizas añoraba ahora tantas ausentes travesías con la “barra”
En la última creciente, el Negro vino furioso y “Lala” sintió un regocijo interior.Como una llamada acuática a bogar, otra vez..Se confabuló con el río y se fueron de parranda que no hubo anclaje que los contuviera.
Esta vez fue su propia capitana , evocando en la bitácora mágica los viejos y conocidos paisajes. De repente algo la estremeció.¡La vió! ¡La Isla “Barrientos”! La de “Ojito”.Entonces hacia los matorrales rumbeó . Entre sarandises y arrayanes hizo puerto , como ocultándose, seguramente para venerar en privacidad las cenizas de “Ojito” , las que están allí, en la isla, en la base de la raíz de un anacahuita .Fue plantado el árbol por sus amigos y familiares para evocarlo en aquel escenario póstumo del sitio que tanto amó.
En Mercedes, en tanto, el Bebe Castro, su amigo del alma, se compungía que había desaparecido “La Lala”.
Cuando las aguas volvieron al cauce habitual,en una recorrida de la gente de Prefectura la halló.Calma.Quietita.
El “Bebe” fue a buscarla a “Barrientos”.
Cuando retornaba, no se sabe si una remada falsa le salpicó los ojos´, restregándoselos.U otro cosa...
