-La Verdad que...¡No quiero que gane ninguno!-
-La Verdad que...¡No quiero que gane ninguno!-
- Mi pensamiento es contradictorio con la realidad. Fantasioso.Pero tan concreto como el frío siberiano o un bucle silvestre del río Negro por Mercedes.
-Después de haber eyectado energías impulsivas a favor de la chance celeste, no me surge una simpatía ni croata ni francesa.¡Y bueno!...habrá que ponerse frente al televisor mirando el juego y ver cuáles son las pulsiones mas intensas que procedente de mi inconsciente detallan una empatìa por la consagración del balcànico o del galo. Hoy no existe.Hoy me domina una decepción deportiva, no satisfecha con la narración de proezas no logradas.Las lágrimas de José María, en su medida , son las mismas que a mi me salpicaron.Y no hay calma condescendiente de celofàn.
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