Allí estás , amigo Ariel!...antes de tu dolorosa y creativa partida. Allí, dos dimensiones ... o tres...o cuatro... tan tuyas en la abstracción camuflada y sensible de la fotografía. Vida, en tanto, detrás, a la espalda, en ese mundo natural de ricas sensaciones que cada una de ellas descubre y mimetiza un escenario a reelaborar por rituales desde los caminos del Arte.

La consigna: producir hasta con semi secreta angustia, otro reclamado universo, mas vasto, más finito o más infinito, según predomine en uno ¡vaya a saberse! cuál introyección einstiana y cuántica. Metafisica.


Y delante tuyo un corporativo juvenil ,GPS de tus ansiedades domesticadas en la docencia y en la pedagogía. Sí, captar y transmitir entre los jóvenes el lenguaje de la naturaleza, de la belleza y de las esquivas búsquedas con sus fugas y con sus capturas. Todo material sagrado en su implante terrenal.


Algunos de ellos superarán el laberinto del huidizo Minotauro y la poésis advendrá con la meta descubierta según totalidades o parcialidades.


Te fuiste Ariel de estos pagos del arrayán mítico. Pero dejaste ¡tanto!! ¿El resto? Vaya para esos curiosos adolescentes a los que aún no se les visibiliza el rostro con sus espátulas, pinceles, pomos y la mágica paleta cromática con línea firme o la atribulada (por fragmentación y degradés) cuando exploran , algunos o todos, destino investigador.


Ciertos artistas se hunden en el anacoretismo de su solitario taller. Otros - sin negar la fascinación de la soledad motivante- procuran la irradiación colectiva que amplía el marco sensual de esquivos hallazgos mediante la filosofía áulica del tallerismo. Creo que fue tu opción predilecta desde la impulsión de tu alma filantrópica y socialista.

Te nos fuiste Ariel -" el genio del aire en alma etérea" -al decir de José Enrique Rodó por el verbo de Próspero en su homónima obra máxima, amante sacerdote laico de las fuerzas espirituales frente a los corcovos rudos, tantas veces necesarios, del materialismo del buen insumo. ¡Hay pena en muchas almas!.Qepd, Ariel Valentín Galain Méndez,colega laboral.