-Tarambana-
Como no asumirte, Tarambana,
si eres igual en la plácida tarde
como en la inhóspita mañana.
No pareces nada al astro desigual
que hoy luce pleno y después eclipsa.
Como no asumirte, Tarambana,
emérito juglar de la lívida noche
si en tu neutra bohemia campana
del ocre suelo en pedregal rodado
levantas hasta la ínfima blasfemia.
Como no asumirte, Tarambana,
glotón de paleos pecados capitales
gurí purificado sin confesión insana
cuando tu último caramelo carmesí
se lo regalas al niño de ojos pardos.
Como no asumirte, Tarambana,
si apenas escapé a destino análogo,
no así los hijos de latas en la villa ruana
la madre anoréxica de sosias previsibles,
mínimos salvos, fugitivos de fetales lamentos.
Vicario bendito de un misterio, Tarambana,
desafiante de hipótesis, teorías hereditarias
y de selectiva hegemonía de casta darviniana ,
luces muy cautivante cantando como Gardel.
Sea tu esfinge en Tormes ¡con otros lazarillos!
La Vida asigna destinos, más favorables para los que gozan de testimonios bienvenidos en armonías hacia las facilidades.Cuando no, sobrevivir es una epopeya.Los más sucumben; otros, dotados por una mochila de misterios, hacen de su existencia una saga victoriosa.
si eres igual en la plácida tarde
como en la inhóspita mañana.
No pareces nada al astro desigual
que hoy luce pleno y después eclipsa.
Como no asumirte, Tarambana,
emérito juglar de la lívida noche
si en tu neutra bohemia campana
del ocre suelo en pedregal rodado
levantas hasta la ínfima blasfemia.
Como no asumirte, Tarambana,
glotón de paleos pecados capitales
gurí purificado sin confesión insana
cuando tu último caramelo carmesí
se lo regalas al niño de ojos pardos.
Como no asumirte, Tarambana,
si apenas escapé a destino análogo,
no así los hijos de latas en la villa ruana
la madre anoréxica de sosias previsibles,
mínimos salvos, fugitivos de fetales lamentos.
Vicario bendito de un misterio, Tarambana,
desafiante de hipótesis, teorías hereditarias
y de selectiva hegemonía de casta darviniana ,
luces muy cautivante cantando como Gardel.
Sea tu esfinge en Tormes ¡con otros lazarillos!
La Vida asigna destinos, más favorables para los que gozan de testimonios bienvenidos en armonías hacia las facilidades.Cuando no, sobrevivir es una epopeya.Los más sucumben; otros, dotados por una mochila de misterios, hacen de su existencia una saga victoriosa.
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