-Albañil y orador-
Única bendición presente en el banco de la plaza
la sombra oscura de la mora de un verano aciago
consuelo del sedente solitario, reclamando una coraza,
si la cita con ella se esconde en el lento reloj del rezago.
¿Por qué no viene a calmar mis nostalgias y angustias
y aun pactar la despedida del ya moribundo romance?
margarita de plástico sin condolencia de flores mustias,
amnesias de antiguos besos, cuarentena, tajo del percance.
Otra vez retumba en mi alma la edípica e infantil pena
censura de atributos de celofán del gris niño sin Reyes Magos
fantasía de mercedes sentenciando muy injusta la condena
convulsión silenciosa de peregrinas memorias en fárragos.
Cumpleaños sin postres del frio julio ni sus cálidos chocolates
menos un juguete de frágil madera, tampoco en una hoja de latón
apenas un barato librillo moderador de futuros e inciertos debates,
erróneo acertijo que no fui hábil carpintero ni elocuente mi sermón.
A veces, cuando duelen recuerdos, vuelvo al banco de la plaza,
ya la mora, fraterna por mi pesar, de a poco se nos secó
y yo en mi tristeza vital sigo paleando, pesada la argamasa
...aunque mi tiempo de chambón albañil y orador ¡aún no cesó!
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La vida es una identidad dinámica y unitaria que solo los científicos están para acumular saberes de pretensiones interpretativas. Luego, procuran ordenarlos en etapas y compartimentos ....¡que no existen! Solo hay un transcurrir indivisible de ensambles con sus apariencias diferenciales. Detrás, la poesía, sin saberes, con intuiciones, buscando ahondar en la realidades, objetivas y subjetivas....y una pincelada gratuita de esteticismo que a veces adviene y en otras no. Cuando no ¡Dios mío!
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