No sabía él, entonces, si su primario amor añorado existíría
en aquel tiempo lindo y sesentista de inhibido adolescente,
carga de alta pena y soledad cotidiana que dolorosamente aducía,
trinchera del herido reclamo al principiante corazón confidente.
Cuando apenas la descubrió, tan elegante, fue por leve varonil intuición,
pasarela azul del realismo coqueto, encantado de su blonda cabellera ,
dintel de un par de vivaces ojos, rectos hacia su sorprendida
que, muy célere y vistosa, conmovió el talante de la antrópica friolera.
Estímulo para vulnerables firmezas ¡por fin! en el ruedo social precipitaron
junto al sensible público clamor de premiales éxitos deportivos y estudiantiles,
broncíneas matrices que en modestos recatos de graduación, aristas le destacaron
dando inmediato crédito evaluativo a novicio rango, gurí de interesantes percentiles.
Una primavera llegó el beso de Proserpina, con maravillas faúnicas en extraño éxtasis
unción de breve amistad con la niña rubia. Su sentimiento morocho, lábil se consolidò,
aunque ciertos desencantos desérticos crecieron, asfixiando la fertilidad de los oasis.
Finalmente la cuántica fragilidad de las valencias del arenal...en su alma herida estalló!
Estaba más apto para asumir libros curriculares como en estadios campeonar
que no tanto sensibilizar a igualdad etaria el amor de una más madura mujer,
e inválidas quedaron las dos gratas sublimaciones que hacían muy felices su cantar.
En tanto -paciente- aguardaría certeras flechas de Eros y la fructífera señal del ujier.
**** Así transcurrió una historia cortesana de iniciales destinos en tenues brazos efímeros compensatoria a fines de los sesenta con la apoteosis de una nueva alianza sucedánea. Resultó más plena la rica profundidad empática que la de aquellos cariños primeros ¡ Dio Gracias a Dios por el ensayo! La Gloria advino en posterior era contemporánea!
en aquel tiempo lindo y sesentista de inhibido adolescente,
carga de alta pena y soledad cotidiana que dolorosamente aducía,
trinchera del herido reclamo al principiante corazón confidente.
Cuando apenas la descubrió, tan elegante, fue por leve varonil intuición,
pasarela azul del realismo coqueto, encantado de su blonda cabellera ,
dintel de un par de vivaces ojos, rectos hacia su sorprendida
que, muy célere y vistosa, conmovió el talante de la antrópica friolera.
Estímulo para vulnerables firmezas ¡por fin! en el ruedo social precipitaron
junto al sensible público clamor de premiales éxitos deportivos y estudiantiles,
broncíneas matrices que en modestos recatos de graduación, aristas le destacaron
dando inmediato crédito evaluativo a novicio rango, gurí de interesantes percentiles.
Una primavera llegó el beso de Proserpina, con maravillas faúnicas en extraño éxtasis
unción de breve amistad con la niña rubia. Su sentimiento morocho, lábil se consolidò,
aunque ciertos desencantos desérticos crecieron, asfixiando la fertilidad de los oasis.
Finalmente la cuántica fragilidad de las valencias del arenal...en su alma herida estalló!
Estaba más apto para asumir libros curriculares como en estadios campeonar
que no tanto sensibilizar a igualdad etaria el amor de una más madura mujer,
e inválidas quedaron las dos gratas sublimaciones que hacían muy felices su cantar.
En tanto -paciente- aguardaría certeras flechas de Eros y la fructífera señal del ujier.
**** Así transcurrió una historia cortesana de iniciales destinos en tenues brazos efímeros compensatoria a fines de los sesenta con la apoteosis de una nueva alianza sucedánea. Resultó más plena la rica profundidad empática que la de aquellos cariños primeros ¡ Dio Gracias a Dios por el ensayo! La Gloria advino en posterior era contemporánea!
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