-¡Vamos...Vamos todos ...sigamos al Flautista hacia la costa del río!-
- Y allá vamos todos, detrás de las notas de la cautivadora flauta del renacido ¡músico de Hamelin! Nos prometieron una retribución por servicios a "la causa". Expulsar las plagas e imponer "cambios" sanitarios y protectores de pobrezas y debilidades. Pero los promitentes-como casi siempre en la pandemia de cada cinco años- se vuelven para estas cuestiones y necesidades trascendentes, asaz olvidadizos. El flautista tomò el instrumento màgico -por lo mentiroso desde el apoyo persuasivo- y comenzò con la mas dulce sinfonía llevándose el más preciado bien de la ciudad a destino incierto que dejaba dudas y cavilaciones. Toda la gurisada detràs en un picaresco cortejo por la calle Mayor, llena de cartelones, pasacalles , banderas con números, jingles, dimensionando los rostros simpáticos de diversos personajes, cada cual con un rango mayor.El más importante caudillejo, luciendo fisonomía prominente con los segundones a su lado, ya un poquito mas pequeños en las imágenes...porque en verdad lo son. Los "meteoròlogos" pronostican que estas tempestuosas y galanas marchas proseguiràn hasta el domingo.Y una prórroga de felicidad en los ganadores, mientras los perdedores se esconderàn. Luego,todo volverá a la "permanente normalidad"....que de "nueva" poco o nada tendrá en sus antiguas repitencias que es asì desde el pasado milenio. El flautista se irà...pero volverà en un proximo quinquenio.Si en verdad el "cambio" no se troca en un¡cambio!
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