¡QUE FRÍO...Y ENCONTRÉ EN LA CALLE A LA VENUSINA ...!
-Dejó sus pagos de Milo y vino la bella desvalida por estas tierras purpúreas. Equivocó por una confusión de equinoccios la estación y se encontró no con las pensadas bondades del estío puntaesteño, sino con el gélido frío del actual julio, hibernal y montevideano.
Me apené.Le di cobijo a Venusina y le rasqué la espalda que era intensa su comezón. Sin brazos no llegaba a la marmórea y olímpica columna vertebral a calmar la picazón en fuerte prurito...
¡Pobrecita,lloraba evocando el Partenón y sus Cariátides amigas! ¡Como me agradeció! Debo ahora cerrar el ciclo gestionando ante la Embajada de Grecia que la repatrien en el primer avión, destino Atenas.
Me apené.Le di cobijo a Venusina y le rasqué la espalda que era intensa su comezón. Sin brazos no llegaba a la marmórea y olímpica columna vertebral a calmar la picazón en fuerte prurito...
¡Pobrecita,lloraba evocando el Partenón y sus Cariátides amigas! ¡Como me agradeció! Debo ahora cerrar el ciclo gestionando ante la Embajada de Grecia que la repatrien en el primer avión, destino Atenas.
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