-¿ Pueblo Caníbal ?-
Como en un exhausto y sureño pueblo caníbal
los estamentos directrices masticaban la diatriba
agrietando la trama social los elefantes de Aníbal
punzando dolores afines, los de abajo y los de arriba.
La mentira caminaba triunfante su apostasía venal,
las tibias verdades vestían excusas más bien baladíes
cuando ya pocos reparaban la cercana tragedia terminal
y lenguas viperinas propalaban falsas noticias marroquíes.
El intangible deseo feroz del acechante Iscariote perdedor
no emanaba de la consagración de su victoria leal y vindicante
sino del peor y vil derrumbe de todas las castas al máximo dolor,
sádico fusible inmoral, cruel franquicia, patente de asaltante.
Las antiguas grandezas fundacionales claudicaban su magnitud,
sean los Gritos de Asencio, las Piedras , Sarandí e Ituzaingó,
que trocaban heroicos decibeles en tenues sonidos sin virtud
y la fiesta inmoral, olvidaba ingrata a Artigas,Varela y Rodó.
***
Un intento autoevaluativo sobre si en la probanza del talante lirico, las influencias del paisaje geo-poli-ecologico en que se vive, la intuición poética y alguna inspiracion de prospectiva, ofrecerán al inmediato transcurrrir de nuestro tiempo histórico, una identidad espejo desde las versificadas presuncione s aquí ensayadas.Ojalá que no...y que todo sea para bien en el capítulo final.
los estamentos directrices masticaban la diatriba
agrietando la trama social los elefantes de Aníbal
punzando dolores afines, los de abajo y los de arriba.
La mentira caminaba triunfante su apostasía venal,
las tibias verdades vestían excusas más bien baladíes
cuando ya pocos reparaban la cercana tragedia terminal
y lenguas viperinas propalaban falsas noticias marroquíes.
El intangible deseo feroz del acechante Iscariote perdedor
no emanaba de la consagración de su victoria leal y vindicante
sino del peor y vil derrumbe de todas las castas al máximo dolor,
sádico fusible inmoral, cruel franquicia, patente de asaltante.
Las antiguas grandezas fundacionales claudicaban su magnitud,
sean los Gritos de Asencio, las Piedras , Sarandí e Ituzaingó,
que trocaban heroicos decibeles en tenues sonidos sin virtud
y la fiesta inmoral, olvidaba ingrata a Artigas,Varela y Rodó.
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Un intento autoevaluativo sobre si en la probanza del talante lirico, las influencias del paisaje geo-poli-ecologico en que se vive, la intuición poética y alguna inspiracion de prospectiva, ofrecerán al inmediato transcurrrir de nuestro tiempo histórico, una identidad espejo desde las versificadas presuncione s aquí ensayadas.Ojalá que no...y que todo sea para bien en el capítulo final.
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