jueves, 27 de enero de 2022

-La Calandria y el Captor-



Cándida cantaba

la calandria pradial

arpadas melodías

enamorando sus trinos

y ella misma se extasiaba

desde el púlpito solista

tercer alambre de arriba ,

camuflada jaula campera.


El diestro pajarero preparó

el pegotín de la trampa

muy pegajosa la savia,

tajo viscoso del árbol curupí…

…y la ingenua avecilla

dominada por su arte

allí su patita pisó.

¡Voló el plumerío atrapado!

y la tenorina nunca más cantó

en su antigua azul libertad.


Mujer, canta… canta…

tu hermosura y tu beldad

pleno derecho natural

pero no lo olvides jamás:

el mundo es un gran pegotín

donde tienes sí libertad

aunque en los bretes

de la perversa ciudad

pululan a su arbitrio

malevos cazadores,

cerebros reptilianos,

neocórtex atrofiados.

No te enojes así

ante voces de advertencias

de tus pizpiretas costumbres

que aún falta tiempo

para que cierren y clausuren

fábricas de “Curupí ” y sus grilletes,

transeúntes de calles y avenidas,

currículas insuficientes en familias

liceos, escuelas, juzgados y asambleas

e invisibilidades de tantos micrófonos,

cámaras y “plateau” televisivos .

Allí locutores equívocos propalan

castigos al mensajero

sin antes interpretar

la dolosa prevención del mensaje.

Mujer, no eres instintiva calandria,

acaso cerebral criatura mayor:

Cuídate… del curupí!


***


Variadas casuísticas de un problema de nuestra modernidad urbana :la violación de las "manadas humanas" patriarcales a mujeres. Temática con facetas complejas y diversificadas. Los enfoques, hemos apreciado, no siempre consideran la condición holística del drama y se le parcializa. Hasta que no se le tome en su globalidad, seguirán las acechanzas de quienes -hombres y mujeres- están dominados por su original y antiquísimo "cerebro reptiliano" de depredadores y poco desarrollo equilibrante de su evolutivo neocórtex encefálico.

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